BECAS
MARDONES CHARLONE Pablo
libros
Título:
Crianza de lluvia y diálogo con los seres del clima en la comunidad aymara de Cancosa
Autor/es:
MANUEL DÍAZ; ARRIAGADA, CAMILO, ÓRDENES, SILVIA, PABLO MARDONES, FRANCESCA SIMONETTI, CAMILO AGUIRRE, BENIGNO PINO, NELSON CARROZA, FELIPE ESPINOSA, ANTONIA MARDONES Y ALEJANDRA MEYER
Editorial:
Quimantú
Referencias:
Lugar: Santiago; Año: 2022 p. 112
ISSN:
978-956-410-677-9
Resumen:
La ritualidad ligada a la lluvia es un concepto global de índole universal, presente en diferentes culturas, cuyo propósito, sin excepción, radica en influir en las fuerzas de la naturaleza para que a través del rito llegue la lluvia (Ortega 2017). La lluvia ha tenido una trascendencia fundamental para los pueblos de los Andes centrales, tanto para los dos más numerosos, aymara y quechua, como para muchos otros, como atacameño, chipaya, kallawaya, kolla, pukina, uru. Nos referimos a grupos que comparten prácticas, costumbres y formas de organización social que los emparenta a través de una relacionalidad histórica (Carsten, 2000) que los constituye como una unidad cultural. Por consiguente, la presente investigación, centrada en la comunidad aymara de Cancosa, incorpora elementos comunes de una macrocultura pan-centroandina para quienes el agua, en sus diferentes estados, es y ha sido siempre un elemento considerado un ser sagrado.Desde la antigüedad, el clima seco del desierto y la puna hizo que fuera necesario construir canales de regadío para aprovechar los flujos de agua provenientes de las montañas. El terreno duro y el clima frío obligaron a trabajar de modo persistente la tierra para poder hacerla cultivable. Así, fue de vida o muerte el surgimiento de una organización que pudiera surtir de agua y comida a la población (Albó, 1972; Murra, 1975; Bouysse-Cassagne, 1978). Esta relación con el medio, implicó que para estos pueblos, el agua no fuese un mero recurso, sino que parte integral del sistema y equilibrio del cual los seres humanos forman parte (Ortega, 2017). A su vez, esto implicó que dichos pueblos adquirieran un amplio conocimiento de los diferentes fenómenos meteorológicos del altiplano andino, y zonas aledañas, elaborada en base a la necesidad de desarrollar sus actividades agrícolas, las cuales solo son posibles con la llegada de la lluvia (Van den Berg, 2005).