BECAS
REINOSO Paula Daniela
libros
Título:
Las grietas del orden neoliberal: conflictos políticos y sociales post 2001
Autor/es:
REINOSO, PAULA DANIELA; AVALLE, GERARDO; ÁVILA CASTRO, PAULA; AZARIAN, FIDEL; CACCIA, ANA CLARA; CIUFFOLINI, MARÍA ALEJANDRA; DE LA VEGA, CANDELA; GODOY, LISANDRO NICOLÁS; SACCUCCI, ERIKA; VILLEGAS GUZMÁN, SABRINA
Editorial:
Muchos Mundos Ediciones
Referencias:
Año: 2022 p. 156
ISSN:
978-987-88-7369-5
Resumen:
El presente escrito parte de un lugar tan común que parece incuestionable: el hecho de que toda lucha social tiene un objetivo, un porqué, que funciona como horizonte que la contiene y la guía. Sin embargo, decir esto no implica afirmar que este objetivo, este horizonte, pueda ser entendido como una dimensión autónoma e imperturbable en la conformación y el devenir de un proceso de lucha. Por el contrario, estos elementos, creemos, son absolutamente permeables y están fuertemente conectados al contexto en que las organizaciones se insertan, y esta conexión se da bajo el signo de una dinámica retroalimentativa constante y sistemática.Como decíamos, esta relación de mutua influencia entre el horizonte de las luchas, como elaboración simbólica, y el contexto en el que les toca actuar, tiene una relación de circularidad. Es pensando en el contexto en el que están insertas, sus problemáticas y características, que las organizaciones construyen sus hojas de ruta y actúan en consecuencia, interviniendo en ese contexto que les había servido de punto de partida, y modificándolo con su acción. De la misma manera, los cambios que se desarrollan en el contexto impactan en la forma en la que aquellas se piensan a sí mismas, influyendo en la manera en la que se toman nuevas decisiones.En este sentido, los cambios en los horizontes de las organizaciones impactan en sus objetivos, estrategias y centros gravitatorios, transformando no sólo sus repertorios de acciones, sino también la manera en la que diagnostican los problemas sociales y su posible solución. En pocas palabras, su visión de mundo, lo cual alude, por un lado, a lo que ese mundo es (o está siendo) y, por otro lado, a lo que debería ser.A partir de esto, entendemos también que estas referencias que constituyen la visión de mundo de las luchas sociales, y que nacen de la tensión entre experiencia y expectativa, son las que ordenan, en un doble movimiento de prospectiva y retrospectiva, los nuevos espacios de experiencias, y dirigen los nuevos horizontes de expectativas. Es decir, aportan herramientas sobre la manera en la que se interpreta al mundo, sobre cómo cabe actuar en este y sobre lo que es dable esperar con esas intervenciones en consonancia con lo pasado y lo buscado. Sin embargo, como sabemos por Koselleck (1993), estos conceptos no son un par contrario asimétrico ni uno simétrico complementario; en tanto el espacio de expectativas se nutre de lo sucedido, de lo acontecido, el horizonte de expectativas, en tensión con la renovación constante de la experiencia, se puede descomponer en una multiplicidad de futuros posibles diferentes.En este marco, cuando intentamos realizar un análisis del devenir de procesos políticos concretos en temporalidades definidas, creemos que ya no es posible soslayar un aspecto que, a veces, aparece como sobreentendido, cuando no desatendido. Sigue siendo usual intentar escrutar la actualidad de uno o varios procesos siguiendo un trayecto lineal de sus horizontes de expectativas. Buscando la línea de tensión que permita vislumbrar algún cambio significativo en la manera de pensar el mundo que nos ofrezca la línea explicativa de su actualidad. Y este procedimiento es frecuente porque en general ha dado sus frutos.Sin embargo, este proceder nos pone frente al peligro de concentrarnos casi con exclusividad en el devenir de los horizontes de expectativa organizacionales para encontrar el detalle de las variaciones, asumiendo, de forma tácita o expresa, cierta autonomía de los mismos frente a otras dimensiones. Es decir, se trata de un proceso de análisis que de alguna manera puede llevarnos a la idea de que es posible analizar la expectativa sin la experiencia, el por qué sin el contexto.Lejos de querer darle continuidad a esta interpretación, nos preguntamos qué sucedería si, por el contrario, no asumimos la posibilidad de esta autonomía de la construcción simbólica de las luchas sociales y más bien prestamos atención a la relación de mutua influencia. Esto no sólo nos posibilita indagar los procesos en el marco de los resultados de tensiones en las “relaciones-pasado”, sino que también nos permite observar su desarrollo en el marco de las modificaciones que hay tanto en los procesos de lucha como en los contextos estructurales en las que estas inscriben su acción. En este sentido, el objetivo del texto es pensar el devenir de las luchas sociales en los últimos veinte años, más precisamente, ver cómo el espacio de experiencias se fue transformando en este lapso de tiempo y cómo de esta manera se fueron generando distintos horizontes de expectativas asociados a imaginarios de futuro diversos.Ahora bien, como siempre cuando se propone hacer un recorrido por el tiempo, es necesario tirar de un lado de la cuerda. Si acordamos con Lowith cuando dice que “una adecuada comprensión de la historia y de sus interpretaciones debe, proceder necesariamente, de adelante hacia atrás” (2013, p.14), entonces no podemos soslayar algunas dimensiones actuales de las luchas que ordenan el recorrido por las tensiones entre expectativas y experiencias: las transformaciones ocurridas en el mundo del trabajo, y las disputas en torno al género y al ambiente.No obstante, si hacemos el ejercicio de pensar a las mismas hace veinte años, la claridad con la que hoy el feminismo y el ambientalismo se manifiestan y permean el debate social se vuelve más difusa. Algo similar nos ocurre si pensamos en el horizonte de expectativas vinculado al trabajo al percibir que los sentidos presentes en el ayer y en el hoy ya no son los mismos. Para poder precisar estos movimientos, es necesario indagar en la construcción y mutación de las visiones de mundo construidas por las luchas sociales en las últimas dos décadas. Tratar de comprender cómo organizaron sus acciones a partir de los contextos en los que se vieron inmersas y, en consecuencia, cómo reorganizaron sus expectativas, sus sentidos políticos y sus futuros posibles.