INVESTIGADORES
REGALDO Luciana MarÍa
libros
Título:
Gestión ambiental: introducción a sus instrumentos y fundamentos
Autor/es:
VIDAL, E.; REGALDO, L.
Editorial:
Ediciones UNL
Referencias:
Lugar: Santa Fe; Año: 2022 p. 352
ISSN:
9789877493474
Resumen:
A lo largo de su historia, el ser humano se ha organizado de diferentes formas para proveerse de sus necesidades —mate- riales y culturales— y estas han definido su relación con el entorno que les dio sustento. No siempre está relación fue virtuosa sino más bien conflictiva, al menos respecto de la pérdida irreversible de organismos y cambios en las condiciones que sustentan la vida y que, dicho desde una perspectiva antropocéntrica, fue —y sigue siendo— una pérdida irreversible de recursos naturales.Hay una tendencia a considerar que, en términos ambientales, «todo pasado fue mejor», pero la historia ecológica desmiente categóricamente este mito, a tal punto que ilumina casos de forzosas aniquilaciones de culturas ahogadas en sus propias carencias vitales.Sin embargo, hay que reconocer que el comportamiento de la sociedad posindustrial profundizó en forma desmesurada los conflictos ya existentes, como la desforestación, la erosión de tierras o el exterminio de especies, y agregó otros: alteración de la atmosfera, contaminación química y radiactiva, etcétera.Las paradojas de la sociedad moderna son inquietantes. Nuestra capacidad de compresión del mundo es superada por la incapacidad de protegerlo, por lo menos en términos prácticos. Teorizamos lo impensable, desde la génesis del Universo hasta el hipotético descubrimiento de una nueva partícula que sugieren las expresiones manifiestas sobre la superficie de una hoja. Pero, por otro lado, no logramos lidiar con las desesperantes carencias de la humanidad; estas no necesitan de sofisticadas tecnologías sino de una escala de valores que nos aparte del autismo.Desde una visión menos pesimista, y de hecho como res- puesta a las notables consecuencias de nuestra insaciable intervención sobre el ambiente, hemos consensuado determinados principios que hacen al desempeño ambiental. Estos se han traducido en acuerdos globales entre naciones que a su vez impulsaron la sanción de un profuso cuerpo normativo. El principio de Desarrollo Sustentable ha condicionado nuestro comportamiento al incorporar la dimensión ambiental a la toma de decisiones, lo que llevó, por ejemplo, a utilizar tecnologías de producción más limpias, o a imple- mentar prácticas de explotación de recursos sustentables, o a obligar a los gobiernos a informar de sus actos y dar cabida a la participación ciudadana, o a responsabilizar de sus actos a quienes contaminen. No obstante, es crucial aclarar que estas prácticas saludables se desvanecen en aquellos países que se muestran incapaces de satisfacer necesidades básicas de una parte considerable de su población. Las vergonzosas disparidades regionales, económicas y sociales, llevan a pen- sar que en realidad la «cuestión ambiental» es «para pocos». Argentina, no escapa a su realidad mutante crónica. La visión de condena al «éxito o al fracaso», dependiendo del lado de la sinusoide que se mire, nos aferra al presente; egoístas con el Otro que está y egoístas con el Otro que vendrá. Las crecientes disparidades sociales también se traducen en disparidad de intereses. Por un lado, están aquellos que solo pueden sostener las preocupaciones por sus necesidades inmediatas, con suerte, un poco más que las vitales. Por otro lado, el sector que, si bien no se despega del sube y baja, se garantiza lo suficiente como para poder extender sus expectativas más allá de lo indispensable. Así, el futuro adquiere mayor significancia. El anhelo de trasladar el bienestar de una generación a otra y la seguridad de que estamos «cenándonos» el presente imponen lo ambiental en la agenda del gobernante. Raras veces las acciones se sostienen; no olvidemos nuestro carácter tornadizo.La cuestión ambiental envuelve al presente y al futuro; y los bretes del presente desatienden al futuro. Una sociedad en crisis permanente no puede sostener una agenda compleja como la ambiental. Así como el empoderamiento del ambiente en la Constitución Nacional del año 1994 pareció haber instalado en nuestro país una nueva etapa en la gestión del mismo, en los recientes festejos de las Bodas de Plata de nuestra nueva Carta Magna vemos con preocupación que los esfuerzos destinados a esta cuestión no están a la altura de los anhelos que en ella manifestamos.Por otra parte, entendemos que la educación formal se ha ido adaptando a estas circunstancias. Especialmente las universidades que, más allá de haber usufructuado de las prerrogativas que el sayo ambiental otorga, han venido ofreciendo un sinnúmero de carreras y/o cursos que forman profesionales capacitados para involucrarse en asuntos que hacen a lo ambiental. Estas nuevas ofertas educativas han surgido de un reperfilamiento de sus programas académicos aunque sin desprenderse del objetivo de la formación disciplinar. Ingeniería Ambiental, Derecho Ambiental, Economía Ambiental, Sanidad Ambiental, son algunos de los ejemplos que encontramos en las propuestas universitarias. En esta nueva lógica de abordar los problemas, incluyendo el ambiente en la toma de decisiones, nace la Gestión Ambiental como un área de formación. No se trata de una alternativa a la formación disciplinar, sino un complemento que permite obtener una visión global de los problemas. Más allá de los instrumentos particulares que la gestión ambiental nos provee, su fortaleza está en el carácter interdisciplinar que la sustenta. Esto implica interacciones de actores que no siempre son simples, existen léxicos, códigos, prácticas, métodos y actitudes que se han naturalizado en áreas singulares tanto en lo referido a los profesionales en particular como a la sociedad civil en general, partícipe necesaria de toda decisión sobre al ambiente por ser, naturalmente, su propietaria. No se trata ya de la voluntad de actuar en forma concurrente, sino de contar con las capacidades y/o habilidades que sostengan la comunicación.Aquí radica la desemejanza de la naturaleza de la formación en Gestión Ambiental respecto de la clásica formación profesional de especialidades. En Gestión Ambiental el trabajo interdisciplinar no es solo deseable, es imprescindible. Esta obra fue desarrollada para cumplir con los requisitos académicos de un curso introductorio a la Gestión Ambiental. En los dos primeros capítulos se aportarán elementos para discutir acerca de la experiencia ambiental de la humanidad a lo largo del tiempo y de las distintas culturas y de cómo el nacimiento del concepto de Desarrollo Sustentable ha venido dando forma a nuestro desempeño ambiental desde su inclusión en la conferencia de Rio de 1992. En cada uno de los restantes capítulos se abordan los principales instrumentos que se utilizan para regular el uso correcto del ambiente. Algunos de estos instrumentos surgen de la adaptación de disciplinas específicas, como lo son el derecho o la economía, y otros que se han ido desarrollado interdisciplinarmente, como los Estudios de Impacto Ambiental, los Indicadores Ambientales o los Sistemas de Gestión Ambiental.Hemos solicitado a los autores que, al menos como repaso, introduzcan al lector en los fundamentos que dan origen al desarrollo de estos instrumentos de gestión; este piso conceptual y lexicográfico disciplinar es el que permitirá interactuar con profesionales de diversas ramas de la ciencia en la atención de problemáticas ambientales. De todas maneras, sabemos que la tarea es difícil cuando se pretende realizar una síntesis tan ajustada de contenidos para ofrecerlos en tan solo un curso académico. Pero nos tranquiliza el hecho de que la oferta de cursos de posgrado más específicos también aplicables a la Gestión Ambiental son numerosos en muchas universidades del país y serán de mucha utilidad para quienes deseen dedicarse a esta actividad.