INVESTIGADORES
DAICH Deborah Edith
libros
Título:
Tras las huellas de Ruth Mary Kelly. Feminismos y prostitución en la Buenos Aires del siglo XX
Autor/es:
DEBORAH DAICH
Editorial:
Biblos
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2019 p. 200
ISSN:
978-987-691-713-1
Resumen:
Desde los años setenta, Ruth Mary Kelly, una prostituta que ejercía su oficio en el Puerto de Buenos Aires y que supo, a lo largo de los años, rondar por distintos círculos (feministas, punks, de organismos de derechos humanos, ente otros), defendió los derechos laborales de las prostitutas. Alcanza con pronunciar el nombre de Edipo para que toda su historia sea conocida; Carlo Ginzburg señalaba este ejemplo -así como otros- para dar cuenta de cómo un nombre se vuelve micro-narración, cómo condensa en sí mismo el devenir completo de una trama. Esto no sucede con Ruth, a pesar de ser recordada por muchas personas y haber tenido su pequeña cuota de fama, su nombre no es mito. Al menos no aun. Así pues, este trabajo pretende ir tras las huellas de Ruth, para recuperar su figura como luchadora por los derechos de las prostitutas y para pensar, también, en sus ideas respecto de la prostitución como un trabajo, en un momento en que ésta no era tema principal del movimiento feminista local. Ello implica preguntarse por las posibilidades de escucha de los feminismos vernáculos (¿por qué, estando Ruth allí, la prostitución no era un tema? ¿Cuáles eran, entonces, los temas? ¿Qué leían las feministas porteñas de la segunda ola?), así como interrogar los planteos solitarios de Ruth y sus posibles conocimientos acerca de las discusiones feministas respecto de la prostitución en otras latitudes. Pues no hay que olvidar que los años setenta dan inicio también al movimiento internacional de trabajadoras sexuales, con la conformación, en 1973, de COYOTE en San Francisco -y la subsiguiente creación de filiales y otras organizaciones en Estados Unidos- y la toma de la iglesia de Lyon por las prostitutas francesas en 1975. Así, recupero los inicios de ese movimiento pero también algunas discusiones feministas que informan las distintas posturas respecto del mercado del sexo. Se trata de repasar algunos aspectos del feminismo radical y cultural que informaron al movimiento anti-pornografía norteamericano, así como las suspicacias que éste despertó y que desembocó en las sex wars de los años 80, sin perder de vista las contribuciones de los feminismos materialistas que, a partir de la campaña Wages For Housework, reconocieron al trabajo sexual contenido en la labor de reproducción de la fuerza de trabajo. Seguir las huellas de Ruth es una forma de recuperar narrativas silenciadas u olvidadas, pequeños rastros que pueden echar luz sobre lo que fue el mercado del sexo en el Puerto de Buenos Aires o sobre la prostitución perseguida por las campañas de moralidad y por los edictos policiales en tiempos de dictadura y transición democrática. Es también una forma de acercarse a la efervescencia contracultural y política de los años 70 y 80 desde otras miradas, como los atisbos originales de una prostituta ignota. Ir tras los pasos de Ruth permite acercarnos a los pensamientos y elaboraciones de una pionera en la lucha por los derechos laborales de las prostitutas en la Argentina. Asimismo, ir tras los pasos de Ruth implica interrogar el pasado desde un presente que inquieta. En el contexto global de campañas anti-trata y recelo frente a las migraciones transnacionales de mujeres de los últimos años, la narrativa de la lucha contra la trata de personas ha servido como idioma privilegiado para canalizar una serie de ansiedades sociales. Al mismo tiempo, se constituyó en un poderoso discurso que ha permeado las agencias gubernamentales y generado una serie de nuevas políticas. Las trabajadoras sexuales no han sido ajenas a estos movimientos puesto que todas estas acciones focalizadas en combatir la trata de personas se dirigen, en verdad, a eliminar el sexo comercial. Así, esta serie de políticas ?informadas por discursos feministas abolicionistas- terminaron por perseguir toda prostitución, por lo que habilitaron la vulneración concreta y cotidiana de los derechos de las trabajadoras del sexo, en especial de las pobres. Si la condena moral hacia las trabajadoras del sexo y al mundo del sexo comercial no resulta novedosa, la actual asociación lineal entre prostitución y trata ha llevado a una profundización de aquella, invisibilizando las voces de las trabajadoras sexuales y el hecho de que, en nuestro país, la prostitución a título personal no es delito. El discurso del combate a la trata ha servido como vehículo para un pánico sexual que claramente la excede, todo lo que se conecte con el mercado del sexo es pasible de ser leído en clave de ?esclavitud? y pura violencia, pura explotación, y ha comenzado así una cruzada moral salvacionista que no complejiza, no explica ni describe los fenómenos, sino que los valoran y los juzgan. Las formas contemporáneas del feminismo abolicionista consideran que la prostitución es una expresión extrema de la dominación patriarcal, que se trata de una forma de violencia contra las mujeres y, por tanto, una violación a los derechos de las mujeres. Así, independientemente de la diversidad de experiencias y de trayectorias posibles, el sexo comercial es, en este discurso abolicionista, siempre violencia. Esta narrativa domina buena parte de la militancia feminista y del movimiento amplio de mujeres, y ha servido para legitimar determinadas políticas públicas. Algunos de estos posicionamientos niegan (por acción u omisión) que desde el comienzo mismo del feminismo como movimiento emancipatorio, las conceptualizaciones acerca de la sexualidad y de la prostitución eran tópico constante de discusión. Y algunas voces, inclusive, han querido restarle autenticidad al movimiento local de trabajadoras sexuales. Así, interrogar el pasado a través de la reconstrucción del derrotero de Ruth responde también a la pregunta actual respecto de nuestras genealogías feministas y a la búsqueda de los antecedentes del movimiento local de trabajadoras del sexo. Ir tras las huellas de Ruth sigue este propósito pero también el de recuperarla a ella, el de destacar su voz.