INVESTIGADORES
BERMEJO Talia
libros
Título:
Cecilia Marcovich. Itinerarios entre el arte y la enseñanza
Autor/es:
TALÍA BERMEJO
Editorial:
Mecenazgo Cultural
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2023 p. 160
ISSN:
9781873671009
Resumen:
Cecilia Marcovich nació en Harlau (Rumania) el 18 de septiembre de 1894 y murió en Buenos Aires el 11 de junio de 1976. Junto a su familia, a comienzos del siglo XX, emigró a la Argentina siendo una niña gracias al patrocinio del famoso Barón Maurice Von Hirsch, fundador de la Asociación de Colonización Judía. Su formación artística inicial transcurrió en la ciudad de Rosario (Santa Fe). Años más tarde realizó el consabido viaje de perfeccionamiento a París, donde estudió (entre 1925 y 1931) con los maestros Antoine Bourdelle y André Lhote, primero, Charles Despiau y Paul Albert Baudouin, después. Cuando Marcovich llega a la capital francesa, en 1925, atraviesa otras fronteras aparte de las geográficas. Desde el primer movimiento que la trajo al país desde Europa, hasta las decisiones profesionales que tomó a lo largo de su carrera, en su trayectoria se hilvanaron desafíos y corrimientos. Su condición de mujer artista y migrante judía solidaria con los activismos a favor de los derechos de las mujeres determinó lo que sería una trayectoria disruptiva en el marco del arte moderno en Buenos Aires. El paso por los talleres parisinos siguió un camino cercano al de otros jóvenes argentinos y latinoamericanos. Sin embargo, para Marcovich implicó un movimiento radical en tanto rompía con las expectativas del género al enfrentar los roles convencionales de madre y esposa en procura de una carrera profesional. Esto significó para la artista darse a la tarea de construir su propio espacio de acción, cuyo impacto principal se produjo por fuera de los canales oficiales y especialmente en el marco de la enseñanza. Desde 1931, luego de su estadía europea, se desenvuelve entre la producción y la docencia. Construye un espacio alternativo a la Academia oficial a través de la creación de la Asociación Plástica Argentina, una escuela-taller que funcionó a lo largo de treinta años en la ciudad de Buenos Aires. Cuando Marcovich inicia su labor docente, entre las décadas de 1930 y 1940, se está produciendo una eclosión de tendencias y movimientos vinculados a las vanguardias entre los que contamos desde el Taller de Arte Mural hasta el Movimiento Arte Concreto Invención. En ese contexto altamente polémico, el taller-escuela es pionero ya que introduce una peculiar y novedosa modalidad de trabajo en el terreno de las escuelas de arte. Al estilo de una cooperativa en la cual todos los gastos, desde la renta, la luz y la leña para calefaccionar hasta los modelos se distribuían entre los alumnos, el taller-escuela abría una opción diferente para quienes decidieran 2incursionar en las artes plásticas. Además, Marcovich no percibía honorarios por el dictado de las clases con lo cual el costo se reducía a los insumos mínimos necesarios y al mantenimiento del edificio. Por sus aulas pasaron Alberto Greco, Demetrio Urruchua y Juan M. Melé entre otros. Este último, en sus Memorias de un artista concreto relata que, a la búsqueda de contenidos y enseñanzas que la Academia oficial no brindaba, se puso en contacto con Cecilia Marcovich, acerca de quien escribió: “Tengo que confesar que con ella aprendí gran parte de lo que sé en relación con el oficio y la composición de una obra. Todo esto me serviría luego para comprender el arte Moderno y diría Abstracto”. Al mismo tiempo, Marcovich se movilizaba y actuaba desde organizaciones político-culturales como la Asociación de Intelectuales, artistas, periodistas y escritores (AIAPE) que reunió, desde mediados de la década del treinta, a un amplio sector del colectivo artístico vinculado a los frentes populares antifascistas. Desde la plataforma de la AIAPE llevaría adelante proyectos con los artistas Lino E. Spilimbergo —con quien compartió la dirección del taller de la asociación—, Luis Falcini, Antonio Sibellino y otros. Al igual que varias otras mujeres integrantes de la AIAPE, en 1941 se sumó a la Junta de la Victoria. La Junta promovía la ayuda para los aliados y, a diferencia de otros grupos antifascistas, se propuso también afianzar las prácticas democráticas en el país e implementar una noción de la democracia que tenía en cuenta la incorporación de las mujeres en debates y oportunidades. En las décadas de 1940 y 1950, la carrera de Marcovich transcurre entre viajes de estudio y la enseñanza en la escuela-taller. El primer destino latinoamericano fue Río de Janeiro (Brasil). Allí trabajó a lo largo de un año (1939-1940), período clave de su trayectoria que la llevó a re-encauzar gran parte de los proyectos artísticos y educativos elaborados de allí en más. De este período datan las primeras obras que más tarde serían identificadas como “las morenas”, un conjunto de mujeres afro-descendientes a las que se sumaron niñas y niños, maternidades y escenas callejeras de la ciudad carioca. Luego, en 1946, exhibió en el Salón Peuser de la ciudad de Buenos Aires una parte significativa de los dibujos y pinturas realizados durante la estancia en Brasil. Hacia fines de los años cuarenta y durante la década de 1950, inició una serie de viajes por el norte argentino, en particular, las provincias de Salta y Jujuy. Estos eran los itinerarios propios de la época que alentaron a otros artistas de su generación como Raquel Forner, Antonio Berni, Lino E. Spilimbergo y otros, con la intención de conocer y explorar las distintas realidades del país. A lo largo de sus viajes por las provincias norteñas, Marcovich pasó temporadas de trabajo sumamente productivas. Las producciones de este período se dividen en series de dibujos a lápiz y pastel en los que exponen escenas de trabajo en los Altos Hornos de Zapla (Jujuy), retratos de trabajadores y representaciones acerca de la vida y los habitantes de la zona. Durante los años 60 y hasta el final de su vida, Cecilia continuó con sus tallas en piedra, sus dibujos y grabados. Durante el mismo período, convirtió su vivienda sobre la calle Guardia Vieja en casa museo, donde también había montado su propio atelier. Dedicó distintos espacios para albergar y mostrar la obra producida a lo largo del tiempo y aquella todavía en proceso. Son numerosas las fotografías que registran la disposición de las piezas, las preferencias de su autora respecto de esa curaduría doméstica. Casa-museo, 3pero también espacio de enseñanza y encuentro. Allí solían visitarla algunos de los estudiantes más avanzados de la escuela, con quienes compartía reflexiones sobre los maestros antiguos y modernos, dialogaba y atendía a sus observaciones, respondía a sus preguntas. En las conversaciones de Marcovich —de acuerdo al testimonio de sus discípulos y a sus propios escritos— el ejercicio del arte se enlazaba con las posibilidades del crecimiento personal, así como también con el ejercicio de la libertad creativa y la libertad de hacer y aprender, convicciones que transmitía con especial interés y empatía a sus estudiantes mujeres. En suma, para Marcovich, la producción artística y la docencia formaban parte de una misma práctica liberadora. A la luz de lo anterior, no es de extrañar que Marcovich haya tenido una presencia destacada en los salones oficiales. Entre los premios que le fueron otorgados se encuentran: . 1935 Tercer Premio Nacional de Escultura del XXV Salón Nacional de Bellas Artes . 1936 Medalla de Plata de escultura en el XV Salón de Otoño de Rosario . 1940 Segundo Premio Nacional de Escultura del XXX Salón Nacional de Bellas Artes . 1950 Primer Premio del Salón de Primavera de la Sociedad Hebraica Argentina . 1962 Premio Jockey Club del Salón Nacional por la monumental cabeza en piedra Niña de color. Cabe destacar que, en la Sociedad Hebraica Argentina (Buenos Aires), realizó una muestra retrospectiva, en 1949, que incluyó esculturas, litografías, dibujos, óleos y monocopias. Para entonces, una escultura de Marcovich formaba parte de la colección de arte argentino de Simón Scheimberg. Hoy en día, la obra integra el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Se ha colocado un ISBN de fantasía para que el libro pueda entrar en el sistema