INVESTIGADORES
ORTECHO Mariana Jesus
libros
Título:
¿Pueden los planteos decoloniales prescindir de las metodologías? Límites (procedimentales) en las epistemologías críticas latinoamericanas
Autor/es:
MARIANA ORTECHO; GEORGINA REMONDINO
Editorial:
Editorial de la Universidad de Villa María - EDUVIM
Referencias:
Lugar: Villa María; Año: 2017 p. 200
ISSN:
978-987-699-397-5
Resumen:
El descrédito acaecido sobre las consideraciones epistemológicas que han sostenido a la ciencia occidental en general y sobre la metodología, entendida como protocolo ?rígido y racional? de procedimientos, en particular ha generado importantes problemas dentro del diverso campo de perspectivas críticas que desde el ámbito académico han intentado apostar por dinámicas alternativas de producción de conocimiento. Resulta claro que cualquier planteo que se efectúe desde la academia en contra de las propias reglas de producción gnoseológica del ámbito científico se convierte, como propuesta de producción de sentido, en una suerte de oxímoron. Es decir, ¿cómo efectuar denuncias legítimas desde los mismos dispositivos semio-epistemológicos criticados?De forma específica, la perspectiva decolonial, considerada aquí como una corriente de sentimiento, pensamiento y relación que excede por mucho la producción conceptual, suele ser por lo señalado anteriormente ?en tanto área de producción teórica? objeto de numerosos reproches. Sucede que la vertiente de teoría crítica latinoamericana, aun proponiéndose la apertura a espacios diversos ?en la consideración de fuentes culturales no occidentales en las que abrevar para sus planteos epistemológicos o en la búsqueda de diálogo directo y contribución a procesos sociales? logra con escasas excepciones escapar a aquellos hábitos epistemológicos criticados en pos de tender puentes con (esos) otros ámbitos de producción de sentido.Por este motivo, por los señalamientos recurrentes en relación a este asunto y por el apercibimiento de las indiscutibles limitaciones que escapan a las muy buenas intenciones y voluntades de quienes se plantean proyectos epistemológicos emancipatorios decoloniales es que surgió el interés por generar un espacio de diálogo ?confrontación y encuentro? entre algunos compañeros (amigos y colegas) que abordamos de una u otra forma la perspectiva decolonial en nuestros recorridos investigativos, indefectiblemente personales.La invitación entonces, a participar en la elaboración de este texto, ha sido amplia ?evitando, por ejemplo, proponer una significación previa del término ?metodología?? con el ánimo de constelar divergencias y asumir su diversidad a través de los diferentes aportes.En efecto, sabemos que las distintas tradiciones de pensamiento, la multiplicidad de recorridos (mal que nos pese) disciplinares y la potencia de los hábitos a partir de allí generados hacen que la reflexión en torno a los ?procedimientos? metodológicos se ocupe en este libro de muy distintos asuntos.Así por ejemplo, quienes desde la investigación deciden estar más próximos a iniciativas organizacionales de base social se interesan tanto por las características y cualidades de los encuentros que desde el territorio se despliegan como por sus posibilidades de generar tramas vinculares solidarias y perdurables en el tiempo.Las apuestas más inclinadas por articular e integrar investigación académica y acción militante, de forma aún más específica, procuran cuestionar y evidenciar las múltiples instancias políticas ?en tanto toma de posición? que traman los procesos investigativos buscando un compromiso claro con los conflictos y desafíos de coyuntura social. La reflexión metodológica, para quienes recorren estos caminos, está siempre tensionada por los embates presentes y por el diferimiento temporal de los eventuales aportes que la producción científica pueda efectuar a situaciones de conflicto social.De modo diferente, el desafío o los cuestionamientos metodológicos resultan claramente distintos para todos aquellos que buscan comprender ciertas vertientes de pensamiento crítico y sus posibilidades sociales, culturales y concretamente intelectuales de emergencia. Desde este punto de vista uno de los más grandes desafíos metodológicos reside en diversificar la materialidad de las fuentes, cuestionando de modo profundo y sutil los recursos conceptuales, categoriales y analíticos de los que se dispone desde el trabajo de indagación para comprender las relaciones (presentes en ?producción? y ?reconocimiento?) entre procesos político-sociales y fenómenos culturales e intelectuales.Se vuelve evidente de esta manera que los cuestionamientos epistemológicos críticos devienen en reflexiones metodológicas de lo más variadas que hasta, parecen a veces, sentirse seducidas por posicionamientos nihilistas que niegan provecho a las reflexiones metodológicas por entenderla, de un modo quizás más próximo a la Filosofía, como un área de reflexión sobre las formas de razonamiento, configuradas por la ratio moderna. Los planteos investigativos, desde esta perspectiva, se enardecen reclamando labilidad a los procesos interpretativos que subyacen a la investigación crítica en general, y descolonial en particular, buscando incluso la reivindicación del encuentro meramente estético que, que tal como lo sugería Susan Sontag desde el campo de crítica de arte, intente resistirse a la propia interpretación.Ahora bien, cada uno de estos planteos posibles para la reflexión epistemológica centrada en cuestiones de ?procedimiento? presenta una serie de cuestionamientos que es imposible referir/(reducir) aquí.La metodología en ningún caso se entiende como un procedimiento definido y dispuesto para su reproducción en distintas instancias; de modo diferente, casi podríamos decir que un punto de encuentro es la consideración y reivindicación de la singularidad de todo proceso investigativo y la imposibilidad de adoptar una pauta metodológica preestablecida de proveniencia exógena.Ahora bien, habiendo asumido que toda práctica o, de modo más amplio, todo proceso de producción de sentido integra una instancia de ruptura y creación a otra de mera reproducción, se vuelve necesario preguntarnos por aquella porción de iteración que no escapa a ningún trabajo de investigación.Por ello, parece imprescindible señalar la manera, profundamente provechosa, en la que se encuentran las reflexiones en torno al alcance de los procesos interpretativos que subyacen a cualquier investigación y a la dimensión política que atraviesa cualquier iniciativa gnoseológica. Dicho de otra manera, parece necesario ?para las diversas líneas de reflexión y producción delineadas en este texto? profundizar sobre aquello que las matrices argumentales, lógicas y racionales no logran ?captar? de ámbitos culturales fronterizos al espacio moderno/colonial (ni logran aportar a procesos concretos y presentes de lucha social) a pesar de adoptar, en el nivel axiológico, de forma franca y explícita una posición política comprometida con la justicia social.Quizás valga entonces radicalizar la asunción respecto de la dimensión política que emplaza y sostiene cualquier investigación para responsabilizarse de sus propias limitaciones, de todas aquellas instancias ?perceptuales, cognitivas y desde allí interpretativas? que no pueden alcanzarse mediante la definición de un posicionamiento.Si algo en claro ha dejado la reflexión sobre la relación ética, estética y política es la idea de que la mera percepción no es susceptible de direccionarse con la voluntad; nuestras posibilidades experienciales son resultado de una serie de circunscripciones culturales que han devenido hábitos no sólo cognitivos sino fundamentalmente cenestésicos, lo cual no puede sino volverse central al momento de considerar las posibilidades de asomar siquiera desde estos bordes gnoseológicos a otros mundos, diferentes al moderno/colonial que con tanta solvencia conceptual denunciamos.Pero esto no implica renunciar a todo intento de apercibimiento y comunicación; al contrario, invita a reflexionar sobre aquello que nos atraviesa y nos hace ?mediante determinadas dinámicas semióticas? signos de una trama amplia que desde los estrechos recursos representacionales consabidos en el marco de la cultura moderno/colonial será, sin dudas, imposible conocer.Esa invitación es la que extendemos a los lectores de estas páginas, ofreciéndoles argumentos ?a veces contrapuestos, en tensión unos de otros?, formas de razonamientos, materialidades y marcas disciplinares que, desde sus diferencias, intentan abonar a la pregunta que ha convocado de manera urticante a sus autores: ¿pueden los planteos decoloniales prescindir de las metodologías?.Sabemos que es estrecho el universo desde el cual realizamos este ejercicio crítico ?entendiendo que éste debería estimular un salto creativo sagaz? respecto de las formas de producir conocimiento. En principio, el formato de libro impreso de circulación académica y los lenguajes aquí presentes, obturan la posibilidad de introducir otras materialidades sensibles y otros recursos que asistan a nuestro objetivo. No obstante ello, asumiendo el ceñido lugar de enunciación en el que nos hayamos, emprendimos el desafío de plantear el cuestionamiento en torno a las metodologías superando con ello una postergación y ciertas simplificaciones en las que se suele incurrir. Así es como cimentamos en este libro ?de manera quizás incipiente? consideraciones en torno a los procedimientos e instrumentos que hacen al quehacer en las ciencias sociales y humanas.En esa senda, el lector encontrará consideraciones críticas en torno al método científico, a los hábitos de indagación en áreas disciplinares diversas ?como la sociología, la antropología, la historia, la psicología comunitaria, los estudios de hábitat, entre otras?, a la producción específica de saberes desde la relación entre conocimiento y colonialidad; así como ponderaciones en torno a la idea de un sujeto cognoscente y la triple afectación cultura/política/lenguaje. Concluyendo el recorrido, hacemos un convite a evidenciarla potencialidad que subyace en diversos registros y materialidades presentes en los artículos y que, creemos, abonan de manera singular a la reflexión epistemológica/metodológica sobre una pretendida pluriversalidad en la producción de saberes.En función de esta propuesta, hemos diseñado un programa de lectura segmentando el libro en tres unidades temáticas. Éstas se componen de los artículos ?en versiones actualizadas y revisadas? que fueron publicados en la revista Astrolabio?Nueva Época nº 13 en el año 2014. También se añadieron nuevos artículos cuyos autores retomaban algunas discusiones acontecidas en una serie de encuentros que realizamos en el transcurso del año 2015 ?bajo el mismo cuestionamiento y retomando las propias labores investigativas de cada uno, cuestión que se constituye en una marca necesaria para reflexionar desde nuestra propuesta?, en el Centro de investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS-CONICET y UNC).En la primera sección del libro, que hemos llamado Tensiones en torno al método, el artículo de Alejandro De Oto retoma las analogías en las ciencias sociales que Clifford Geertz señalaba a principios de los años ochenta; desde allí el autor reflexiona sobre las analogías poscoloniales y decoloniales y la práctica investigativa. De Oto deja sentado, a modo de hipótesis, que se puede producir una desvinculación entre los trabajos y los enfoques que evocan conceptos y categorías poscoloniales y decoloniales, y el conjunto de las tramas teóricas que representan estas dos genealogías. Al finalizar su artículo, el investigador cuestiona ?en un planteo posiblemente tan polémico como fecundo? si acaso, para mantener la fuerza crítica de la analogía colonial en los estudios de variada temática y naturaleza en cada espacio de actuación, ?lo más productivo sea convocar ese dominio teórico desde los materiales, contextos y problemáticas específicas de las experiencias de investigación. Es decir, hacer un viaje desde los compromisos concretos hacia los campos teóricos y, al llegar allí, afectarlos?.En esta misma sección, en un posicionamiento con aspectos divergentes respecto de otros autores del libro, Sofía Soria aborda inicialmente la co-constitución histórica entre modernidad y colonialidad y sus correlatos en el plano epistémico. Desde ese enclave, la autora problematiza respecto de lo que titula perspicazmente como ?la alteridad como método? y elabora una serie de preguntas de gran valor heurístico: ?¿podremos articular una apertura hacia la alteridad que desde su inicio no lleve ya la marca de una violencia?, ¿es posible un lenguaje, una teoría y un método que garanticen cierta fidelidad con la alteridad?, ¿cómo deshacernos de las huellas que la herida colonial ha dejado en la manera de construir y validar el conocimiento?, ¿podremos deshacernos de esas huellas?, ¿es deseable hacerlo??. El recorrido que de aquí se sigue ofrece una serie de argumentos que invitan a una lectura detallada de cada uno de sus pasajes. Hacia el final del texto, la investigadora del CIECS se posiciona respecto de las evocaciones de la alteridad y las posibilidades de su registro. Abre en este punto un argumento en el que vale la pena detenerse tanto por la apuesta política que encierra como por las posibles divergencias que pueden presentarse.El artículo ?Sobre metodologías decoloniales: reconstrucciones metodológicas a posteriori?, de María Eugenia Borsani, también compone esta sección. La autora comienza haciendo un justo trato a las obras de Feyerabend y de H-G Gadamer en el marco un reconocimiento crítico al tratamiento que las cuestiones metodológicas han tenido en tiempo de crisis del humanismo. Recuperando su propia experiencia en una larga trayectoria académica, lee la temática que nos convoca tensionando las exigencias institucionales?frente a las que, argumenta, existe un cinismo epistémico?con el ya reconocido llamado a ejercer una ?desobediencia epistémica?. En este punto, revisa algunos pensadores que han problematizado la cuestión de las metodologías ofreciendo argumentos fecundos para, sino abonar a una metodología decolonial, al menos poner en jaque el legado moderno de aquellas. Hacia el final, incita a cierta exégesis sosteniendo que ?aquello que se presente como metodología no puede sino ser resultado de un trabajo hermenéutico en retrospectiva (?) poniendo el eje de la actividad interpretativa en la dimensión colonial que es justamente la cuestión a considerar en pos del corrimiento / desprendimiento decolonial?.Concluyendo la primera sección, el lector encontrará el artículo de Julio Cesar Monasterio titulado ?Campos, disciplinas y jerarquización de saberes. Una mirada a la investigación moderna?. Aquí el autor se detiene ?con una destacable claridad pedagógica? en ciertas discusiones sobre las principales invenciones modernas en torno a la producción del conocimiento científico. Con ese fin revisa la generación del pensamiento binario, la negación de la simultaneidad temporal y epistémica entre culturas, la cuestión de las disciplinas y la transdisciplinariedad; la previsibilidad del recorrido de investigación, y la diferenciación entre conocimiento científico, sentido común y conocimiento comprometido. Hacia el final de su artículo pondera una propuesta singular en pos del logro de una metodología decolonial ofreciendo al lector una serie de dimensiones sobre las que vale la pena detenerse a reflexionar.La segunda sección del libro, llamada Vínculos y modulaciones en la producción de saberes, congrega a dos artículos que encontraron un embrionario espacio de reflexión compartido en encuentros realizados desde la línea de estudios Prácticas socioculturales juveniles y de la línea Afirmaciones culturales y perspectiva decolonial; esta última perteneciente a los programas Transformaciones de la cultura contemporánea y Co-construcción del conocimiento (CIECS-CONICET y UNC).El artículo de Santiago Rebollo, Pamela Paz García y Mariana Ortecho se traba sobre la crítica a las propias prácticas investigativas que emergen de sus experiencias de campo y la ponderación de las consecuencias epistémicas y políticas que esas prácticas conllevan. En el recorrido propuesto reparan con insistencia sobre un tema que consideran es central rediscutir: los hábitos representacionales/relacionales que constriñen las posibilidades de decolonizar de manera efectiva ?no solamente nominal o conceptualmente- las formas de producción de conocimiento. Así mismo, resulta inquietante el cuestionamiento que estos autores formulan: ?qué hay por fuera de esta manera de hacer ciencia; o quizás mejor, que hay por `vincular´ de nuevo, incierto y trascendente a lo ya conocido en nuestros propios modos, en nuestros propios métodos, en nuestra propia forma de ?con otros? `encontrar´?. Esta pregunta resume el sentir de este grupo de investigadores que se detienen en una revisión crítica de prácticas y corrientes epistémico/metodológicas que optan por algún tipo de encuentro entre investigador/a y sujetos o comunidades en intervenciones comunitarias. Finalmente, advierten en sus argumentos sobre un punto que es nodal para la transformación de las propias matrices de pensamiento: desde ?la insatisfacción política con las consecuencias epistémicas del conocimiento científico es posible encontrar-se en y con espacio para el despliegue de una crítica radical des-constreñida de compromisos moderno-coloniales, aquella materialmente productiva que buscando trascender la mera denuncia habilite y promueva nuevos ?y eventualmente originales y originarios? modos de pensar y hacer investigación social?. Así, no solamente bregan por una crítica radical en términos políticos de las condiciones de producción de conocimiento, sino que instan a evitar la reproducción que encierra la labor investigativa tal como la hemos aprendido hasta el momento. También con la puesta sobre relieve del punto de vista que ofrece la experiencia de trabajo en campo, el artículo de Gabriela Bard Wigdor y Alexis Rasftopolo propone un debate ético desde la perspectiva de la investigación militante. Desde sus propias experiencias de trabajo con comunidades en barrios de Córdoba los autores remarcan una ?incomodidad política-metodológica? permanente a partir de sus tránsitos por dos mundos que, en sus posicionamientos, no debieran ser incompatibles: la investigación y la militancia. En la senda que proponen salen al cruce de los argumentos que restan valor a la militancia y al accionar político en relación con la producción de saberes. Revisan también las críticas a las formas eurocéntricas y norcéntricas del paradigma colonial del conocimiento deteniéndose sobre los mecanismos hegemónicos de generación y sostenimiento de los universalismos ligados a las tradiciones ?que no dudan en llamar??imperialistas?. Al concluir el artículo, presentan los argumentos con los que proponen pensar a la investigación militante como un hacer-pensar decolonial; hecho que abre a nuevas discusiones que permitan avanzar en el plano tanto epistémico como axiológico propio de este tipo de perspectivas.Por su parte, la última sección del libro invita al lector a reparar sobre la potencialidad que encierran distintos registros y materialidades que desafían a las metodologías tradicionales en la apuesta por decolonizar los procesos de producción de conocimiento. El espacio acotado de la publicación ha dejado fuera distintos géneros, tipos de registros y materiales sensibles que hubieran sido enriquecedores para pensar las potencialidades que intentamos ?experimentar? ?tal es el caso de trabajos autoetnográficos, micro relatos, registros de performances y otras materialidades que se gestan en nuestro entorno de trabajo en el CIECS?. No obstante ello, el convite que realizamos se enriquece sustancialmente con los dos artículos que componen la sección.El primer artículo no solamente goza de particular belleza estética sino que además encierra una densidad reflexiva y una potencia que es digno de valerse una lectura y relectura detenida. En este artículo, titulado ?El mito de la modernidad en América Latina?, Zulma Palermo sigue el trazado de las diferentes formas por las que la colonización creó una imagen de América Latina y de los latinoamericanos. Sigue en esta labor dos perspectivas: la que se construye desde la ?interioridad? del pensamiento europeo y, contrastivamente, desde fuera de la monotopía de la mirada ?universalista?. Se vale para ello inicialmente de la escritura de la epístola de Pedro Mártir de Anglería como muestra de una forma de representación del mundo emergente de la interioridad de la cultura europea. Perfila también en su recorrido las formas por las que esa mirada fue transformándose en el tiempo, tal es el caso de lo ?real maravilloso? que analiza con especial pericia. Hacia el final, se detiene en la emergencia de expresiones negadas por las que se dicen las subjetividades ?otras?. El camino que traza muestra que ?la escritura acompaña, colabora o subvierte las imposiciones de la colonialidad, resultado ésta de la persistencia de la matriz colonial de poder que opera sobre todas las formas de producción social imponiendo una sola forma de conocimiento con la consecuente sujeción de las subjetividades?. Este último punto resulta nodal para el tema que convoca a esta sección del libro pues expresa, desde el punto de vista que ofrece Palermo, cómo la escritura participó decisivamente tanto en la consolidación de la colonialidad como en las búsquedas descoloniales.Por su parte, el siguiente capítulo de esta sección ?y último artículo del libro?pertenece a Agustina Solera y a Noelia Cejas. Las autoras parten de un punto diferente al propuesto por quien comparte con ellas esta sección y lo hacen insertas en discusiones que las atraviesan desde la arquitectura, el urbanismo y los estudios de Hábitat. En el trabajo titulado ?Hábitat decolonial?, se ocupan de reconocer ciertas posiciones epistémico-metodológicas en torno a la noción de ?hábitat? que se configuran como hegemónicas. Son los discursos académicos y el discurso de los expertos de la arquitectura las materialidades que analizan bajo el objetivo de construir una perspectiva decolonial amplia de pensamiento y acción territorializados en el abordaje del hábitat. Si bien las autoras se centran en una porción de los discursos hegemónicos que constelan en el campo de Hábitat, es de destacar que sus reflexiones emanan de vivencias personales con experiencias periféricas (indígenas y no indígenas que tienen en común el hecho de ser fundadas en saberes ?no autorizados?) que dan cuenta de otras formas de entender el hábitat y brindan elementos para ampliar la mirada. En su recorrido realizan un aporte a la comprensión del hábitat proponiendo ampliar la entelequia hacia la espacialidad de la vida social que no puede reducirse solo a una realidad material, externa a las subjetividades y a las experiencias de habitar los lugares. Finalmente, para concluir las páginas que dan inicio al libro queremos agradecer al equipo editorial de la Revista Astrolabio?Nueva Época, a la comunidad y autoridades del CIECS ?particularmente a las directoras y compañeros de los programas Co-construcción del conocimiento y Transformaciones de la cultura contemporánea?; y a los autores y autoras que con entusiasmo y compromiso se sumaron a esta publicación colectiva. Agradecemos también a la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba por apoyar el proyecto que permitió financiar parte de esta obra, a los colectivos en los que participamos y que han sido siempre fuente de reflexión y sentimiento renovado para escribir estas páginas; y una gratitud especial a la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) por valorar nuestra apuesta.