INVESTIGADORES
MARCORA Paula Ines
convenios, asesorías y/o servicios tecnológicos
Título:
Informe de Monitoreo sobre el Estado de conservación de los bosques de Polylepis australis en el Parque Nacional Quebrada del Condorito y Reserva Hídrica Provincial de Achala
Autor/es:
RENISON, D., MARCORA, P., SUÁREZ, R.
Fecha inicio:
2007-09-01
Fecha finalización:
2008-02-01
Naturaleza de la

Producción Tecnológica:
Biológica
Campo de Aplicación:
Medio terrestre-Conservacion
Descripción:
Monitoreo de los bosques de tabaquillo (Polylepis australis)   Informe Final     Daniel Renison, Paula Marcora y Ricardo Suárez     Parte 1: Información de base y diagnóstico inicial del estado de conservación de los bosques de tabaquillo     Objetivo Proveer información de base y un diagnóstico inicial del estado de conservación de los bosques de tabaquillo  (Polylepis australis) en la Unidad de Conservación Parque Nacional Quebrada del Condorito y Reserva Hídrica Pampa de Achala. Establecimiento de las parcelas de estudio La ubicación de las parcelas se seleccionó inicialmente utilizando  SIG (Cingolani et al., 2004). Elegimos al azar áreas dentro de unidades de vegetación que supuestamente contenían bosques o matorrales esparcidos (i.e. con una cobertura de P. australis generalmente >5%) y estratificamos la muestra para obtener una distribución pareja en alturas (1400 a 2500 m s.n.m.) y cuencas hidrográficas. En el campo, localizamos las parcelas usando GPS y las seleccionamos para su muestreo cuando: (1) había por lo menos un P. australis adulto de 2 m o más de alto, y (2) todos los individuos eran accesibles para su medición. Este procedimiento excluyó parcelas en barrancas profundas, y acantilados que eran inaccesibles sin implementos especiales para escalar. Cuando la ubicación de la parcela seleccionada era inaccesible o sin árboles >2 m (N = 29), trasladamos la ubicación de la parcela al área más próxima de 30 x 30 m que satisfacía estos requerimientos. Aplicando este procedimiento establecimos 30 parcelas en cuatro de las cuencas. En la cuenca del río Mina Clavero establecimos solamente 26 parcelas porque no pudimos encontrar 30 áreas adecuadas.             En cada parcela registramos: (1) el porcentaje cubierto por tabaquillo (estimación visual, proyección de la cobertura del follaje/900 m2); (2) para todos los ejemplares de P. australis más altos que 30 cm, la altura y el número de ramificaciones basales (como indicativo del tipo de crecimiento de los matorrales (Renison et al., 2005)); (3) altura de todos los tabaquillos mayores a 30 cm, (4) en 10 subparcelas de 1 x 1 m. el número de plántulas menores a 5 cm; (5) estado de conservación del suelo cómo roca expuesta por erosión, compactación del suelo y composición química; (6) posición topográfica en tres categorías: 1. fondo de valles y pendientes suaves (en adelante llamados fondo de valle), 2. laderas medias, y 3. laderas altas y cumbres convexas (en adelante llamados laderas altas); (7) altura sobre el nivel del mar; (8) inclinación de la pendiente; (9) orientación de la pendiente; (10) porcentaje de afloramientos rocosos naturales; y (11) incidencia del sol medido como la trayectoria del sol no cubierto por montañas, afloramientos rocosos u otros obstáculos (en un área plana sin obstáculos: 180 grados).   Evaluación del impacto antrópico Los disturbios antrópicos del pasado son muy importantes para entender la dinámica de bosques y medir la degradación ecológica. Idealmente, las cargas ganaderas y eventos de fuego deberían conocerse durante varios siglos para entender la cobertura actual de tabaquillo, que es el producto de influencias antropogénicas y del medio durante varias generaciones de tabaquillos. Para entender el tipo de crecimiento, es necesario un tiempo histórico menor, pues presumiblemente el crecimiento es influenciado por el ambiente que afecta al árbol durante su período de vida. Sin embargo, como en la mayoría de las montañas de Suramérica, en las montañas de Córdoba no están disponibles los registros completos sobre las cargas ganaderas y fuegos. La construcción de potreros data desde principios del siglo veinte, y es aún incompleta con > 25% de área dedicada a la ganadería sin alambrados. Pocos propietarios tienen la voluntad de declarar las cargas ganaderas pasadas, y virtualmente ningún propietario está dispuesto a indicar eventos de fuego, ya que la quema de bosques es ilegal.             Como no hay registros sobre el impacto humano, lo sustituimos por indicadores obtenido de los mapas de vegetación y erosión (Cingolani et al., 2004). Según el análisis, se usó como indicador del impacto humano: (1) la proporción de roca expuesta por erosión en todas las unidades de vegetación exceptuando los bosques, en cuadrados de 90 x 90 m alrededor de nuestras parcelas de estudio (en forma similar a Renison et al., 2004; los bosques se descontaron para evitar un razonamiento circular, porque protegen los suelos en un grado mayor que sectores con tipos de vegetación abierta). En las montañas de Córdoba la roca expuesta por erosión debería ser un buen indicador de presión de pastoreo durante tiempos prolongados, ya que la presión de pastoreo (estimado a través de la deposición de excrementos) y la proporción de suelo expuesto a la erosión están altamente correlacionadas en estas montañas (Cingolani et al., 2003). También se usó (2) el estado de degradación de la cuenca medido cómo proporción de roca expuesta y número de establecimientos ganaderos (ver arriba la descripción de las cuencas), y (3) la distancia a los establecimientos ganaderos. Esta distancia es un buen indicador debido a que las actividades ganaderas generalmente son mayores cerca que lejos de las casas (Cingolani et al. en prensa).             Las tres medidas de impacto humano integran el período completo de pastoreo doméstico, i.e. desde el tiempo en que la ganadería fue introducida en las montañas hasta el presente. Si bien algunos de estos indicadores no son completamente independientes de la posición topográfica (Cingolani et al., 2003), al considerar un área grande alrededor de nuestra parcela, incluimos varias posiciones topográficas, minimizando el sesgo debido a esta causa.             El empleo del fuego era y posiblemente sigue siendo muy común en la cría de ganado, y contribuye a la erosión del suelo al reducir la cobertura vegetal.     Para cuantificar los eventos de fuego en el corto plazo, registramos las cicatrices de fuego en cada uno de los Polylepis encontrados dentro de las parcelas y asignamos un código basado en la experiencia obtenida en Renison et al., 2002: 0. no presenta cicatrices de fuego, 1. hay cicatrices, pero sin vestigios de carbón, 2. cicatrices con la mayor parte de la superficie cubierta de corteza pero con vestigios de carbón, 3. cicatrices abiertas con carbón en la superficie de las ramas principales, sin indicios de fuego en las ramas menores, en el suelo generalmente se encuentra presente madera quemada, 4. indicios de corteza quemada, cicatrices con carbón en las ramas principales y menores, habiendo ocurrido el fuego probablemente en los últimos 2 o 3 años, 5. corteza quemada en las ramas principales y menores, habiendo ocurrido el fuego dentro del último año. En el mejor de los escenarios, estos puntajes representan eventos de fuego durante unas pocas décadas pasadas, de manera que sólo podemos utilizar estos índices de impacto de fuego para explicar la arbustización (y no la cobertura de Polylepis, estructura). Para determinar la influencia de la tala, registramos si había evidencias de troncos o evidencia de ramas cortadas en la parcela. Parte 2: Monitoreo del crecimiento y características regenerativas de los bosques de tabaquillo en el Parque Nacional Quebrada del Condorito y Reserva Hídrica Provincial de Achala       Objetivo Evaluar a nivel de población, el efecto de las pautas de manejo aplicadas para proteger los bosques de tabaquillo en el Parque Nacional Quebrada del Condorito. Metodología de trabajo   Efectos del ganado El estudio fue realizado en las 146 parcelas establecidas en el año 2003, descriptas en la primera parte de este informe (pág. 4). En cada parcela, durante el invierno del 2005 se escogieron al azar  4 individuos de tabaquillo pertenecientes a distintas clases de altura. Las clases de altura se definieron para representar distintos estadios del ciclo de vida de los tabaquillos: 1) 4-30cm; 2) 31-60cm; 3) 61-200cm y 4) >200cm. A cada individuo se le midió supervivencia y crecimiento en altura durante el invierno de 2006 y 2007 cuando finalizaron las estaciones de crecimiento (setiembre 2005-agosto 2006 y setiembre 2006-agosto 2007). Además se asignó a cada individuo un valor de accesibilidad de 1 a 3 para representar si los individuos eran accesibles para el ganado, o estaban parcial o totalmente fuera del alcance del ganado. Para evaluar la viabilidad de las semillas, en cada parcela se escogió un árbol semillero al que se le juntó semillas durante 3 años. Las semillas se hicieron germinar en condiciones estándar de laboratorio.             Los datos de producción de semillas por árbol y de los efectos del ganado sobre ésta, se tomaron de Pollice 2007. La lluvia de semillas se midió por tres años (2005 a 2007) a través de 107 trampas ubicadas a distintas de entre 0.1 y 13 m desde el árbol semillero. El potencial de germinación más la supervivencia de plántulas durante un año, se midió a campo sembrando 6 grupos de 600 semillas en 20 parcelas con y sin ganado que fueron revisadas después de un año de haber sido sembradas.   Efectos del fuego Se delimitaron diez áreas de estudio en las que ocurrieron incendios en distintos años. Pocos días después de cada incendio, se registraron las áreas afectadas y se eligieron al azar individuos quemados y controles no quemados, en total se seleccionaron 566 individuos abarcando un amplio rango de tamaños  (4 a 920cm de altura).  Los individuos fueron identificados con un número y a cada uno se le midió: 1) porcentaje quemado, 2) altura previa al incendio (usando el esqueleto remanente), 3) índice de volumen, 4) número de fustes basales, 5) porcentaje de roca y suelo desnudo bajo la copa, 6) posición topográfica, 7) pendiente, 8) orientación y 9) recorrido solar. Durante los dos años siguientes a los incendios, a cada individuo se le midió: 10) supervivencia, 11) altura, 12) índice de volumen, 13) número de fustes basales, y 14) porcentaje de brotes ramoneados. Esta última variable nos permite analizar el efecto de la interacción entre fuegos y ramoneo del ganado sobre las variables respuesta. El potencial de germinación más la supervivencia anual de plántulas, se midió sembrando  40 grupos de 600 semillas sobre sustratos quemados y no quemados que fueron revisadas después de un año y medio de haber sido sembradas. Además, durante las primaveras de 2004 y 2005 se arrojaron cien cuadratas al azar bajo la copa de árboles semilleros quemados y no quemados en las cuales se contó el número de plántulas recién germinadas (Alinari 2006).