INVESTIGADORES
LOPEZ Alejandro Martin
congresos y reuniones científicas
Título:
`Cuando los hermanos se pelean…´ Conflicto y acción misionera en el Chaco argentino
Autor/es:
LÓPEZ, ALEJANDRO MARTÍN
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Simposio; Tercer Simposio Internacional sobre Religiosidad, cultura y poder; 2010
Institución organizadora:
Grupo de Estudios sobre Religiosidad y Evangelización, Instituto Ravignani, FFyL, UBA
Resumen:
El presente trabajo aborda los conflictos entre agentes misioneros evangélicos, en una comunidad mocoví del suroeste del Chaco. Mediante su estudio, buscamos complejizar el análisis de la acción misionera. Los mocoví, son un grupo aborigen, perteneciente al tronco lingüístico guaycurú, que habita la zona sur de la región chaqueña, en la República Argentina.  Actualmente su población, en las provincias de Santa Fe y Chaco, alcanza a algo más de 12000 personas, distribuidas en comunidades urbanas, peri-urbanas y rurales. La presente comunicación se basa en trabajo de campo realizado desde 1998 en las comunidades de Santa Rosa y San Lorenzo en el Suroeste de la Provincia de Chaco. Analizamos también documentos de diverso tipo producidos por los misioneros, tanto en el contexto de la misión estudiada, como desarrollos teóricos sobre la acción misionera. Antes de la llegada de los españoles los mocoví eran un grupo cazador-recolector. Durante el siglo XVII incorporaron el uso del ganado caballar y vacuno, y ampliaron su zona de influencia. Para principios del siglo XVIII la presión colonial los obligó a desplazarse hacia Corrientes y Santa Fe. Los jesuitas fundaron entre los mocoví misiones como la de San Javier (1743). Luego de su expulsión en 1767, los mercedarios se hicieron cargo de las misiones jesuíticas durante un breve período, seguidos por los franciscanos.  A fines del siglo XIX la ocupación efectiva de la región, provocó el retorno de muchos mocoví a zonas del sur de la actual provincia del Chaco. En ese período fueron incorporados al mercado laboral como peones rurales en obrajes y estancias. Estos drásticos cambios dieron lugar a una serie de movimientos milenaristas protagonizados por mocoví (San Javier en 1904; Florencia 1905; Napalpí en 1924; el Zapallar en 1933), violentamente reprimidos. Durante las décadas de 1930 y 1940 misioneros evangélicos y pentecostales tomaron contacto con tobas en Formosa, dando origen a la presencia protestante en la región. De estos contactos se originó un movimiento sociorreligioso de gran importancia para los grupos chaqueños. La acción de los misioneros fraternales menonitas favoreció el crecimiento de iglesias evangélicas aborígenes, con grados bastante amplios de autonomía. Diversos autores han abordado como ello inauguró un espacio de resignificación simbólica que permitió la incorporación progresiva de elementos de las prácticas y representaciones shamánicas y la refuncionalización de muchos aspectos del mensaje cristiano. Por otra parte, las iglesias evangélicas y sus vínculos a nivel regional, nacional e internacional se constituyeron en fuentes de recursos y de prestigio que favorecieron el surgimiento de nuevos liderazgos. El evangelio -en especial la Iglesia Evangélica Unida- arribó a las comunidades mocoví del Suroeste del Chaco recién para fines de la década de 1970, coincidiendo con el comienzo de procesos de reemergencia étnica. Su llegada estuvo vinculada a mocoví que habían tenido experiencias en las iglesias tobas de Saenz Peña y alrededores. Paulatinamente ello llevó a la conformación de cultos locales, en cuyo establecimiento jugaron un importante rol misioneros tobas. Una de las comunidades mocoví más importantes de esta región era la de “Las Tolderías” o “Cacique Catán”, cercana a la ciudad de Charata. El surgimiento de cultos evangélicos mocoví  acentuó las divisiones al interior de la misma, dando con el tiempo lugar a su separación en Santa Rosa (“católica”) y San Lorenzo (“evangélica”). En 1999 el Centro de Capacitación Misionera Transcultural (CCMT) cuya sede se encuentra en la ciudad de Córdoba, comenzó a enviar a sus alumnos a la comunidad mocoví de San Lorenzo como parte de su proceso formativo. El centro está profundamente involucrado en la Coperación Misionera Iberoamericana (COMIBAM) y en las discusiones y  diseño de la pastoral evangélica de misiones en Latinoamérica. De hecho el CCMT y sus modos de acción constituyen un modelo de referencia en el campo misionero evangélico latinoamericano. En línea con las tendencias actuales en este contexto, el centro se caracteriza por ser internacional e interdenominacional. La idea de un período de “inmersión” como preparación para los misioneros es central en el planteo de esta institución. Los grupos de estudiantes, que son enviados al campo por pares y supervisados periódicamente, son una muestra muy amplia de variados modelos e intereses misioneros, extracciones socio-culturales y estructuras eclesiales de origen. En nuestro trabajo discutiremos conflictos que se han suscitado en el proceso de inmersión de los misioneros. Conflictos entre los compañeros que realizan la inmersión, conflictos con los mocoví de la comunidad que los recibe y conflictos con sus supervisores, las autoridades del CCMT. Nuestro objetivo al abordar estos desacuerdos es el poner de manifiesto la multiplicidad de modelos de misión, de iglesia, de proceso de conversión, e incluso de miradas sobre el hombre y la cultura, que hay debajo del paraguas de la misión evangelizadora. Frecuentemente presentada como una estructura ideológica monolítica y sin matices, la acción misionera requiere una etnografía detallada que de cuenta de sus particularidades en cada caso. Un análisis de las desavenencias que mencionamos y las formas en que ellas fueron tratadas por los diversos actores, nos ayudará a reconstruir las líneas de fuerza del campo sociorreligioso en cuestión. Por otra parte, el conflicto al interior de la acción misionera ha sido poco abordado no solo por la tendencia de muchos investigadores de presentar a la misión como un frente sin fisuras, sino también por una ideología propia de las iglesias misioneras, en el contexto de la cual las desavenencias y la falta de armonía y unidad son vistas como un anti-testimonio. En este sentido exploraremos la construcción del concepto de unidad y acuerdo y las formas en que el conflicto tiende a ser invisibilizado. En ese mismo sentido, aprovecharemos el conflicto como acción disruptiva, para estudiar los mecanismos de control que dichas disrupciones ponen de manifiesto y los modos legitimados de gestionar el desacuerdo.