INVESTIGADORES
BLENGINO Luis Felix Augusto
congresos y reuniones científicas
Título:
Poshistoria, Filosofía y Espiritualidad Política
Autor/es:
BLENGINO, LUIS
Lugar:
Córdoba, Argentina
Reunión:
Jornada; V Jornadas de Filosofía Teórica:"Filosofía Teórica, Metafilosofía o Post Filosofía?"; 2008
Institución organizadora:
Centro de Investigaciones-Escula de Filosofía. Facultad de Filosofía y Humanidades-Universidad Nacional de Córdoba.
Resumen:
En esta intervención me propongo abordar la cuestión del estatuto de la filosofía en lo que se ha denominado posthistoria desde una perspectiva que pretende articular el diagnóstico foucaulteano del presente con la filosofía política de Rancière. En esta línea lo que pretendo señalar específicamente es el sentido que adquiere una filosofía entendida como espiritualidad en la época del fin de los grandes relatos, que siguiendo a Foucault se puede afirmar que coincide con la época de expansión de la lógica biopolítica de gobierno. Si el presente se encuentra signado por la creciente animalización del hombre, tal como sostiene Kojève, y la poshistoria consiste en su tendencial coincidencia con la administración biopolítica de las poblaciones, la tarea de la filosofía -en tanto que ontología crítica de nosotros mismos sobre nosotros mismos para señalar los límites históricos que se pueden traspasar- es,entonces eminentemente una tarea práctica, espiritual dirá Foucault. Esta espiritualidad consiste en la creación de sí mismo en tanto que subjetividad libre, capaz de gobernarse a sí mismo. Tal como señala Foucault las formas de este gobernarse a sí mismo son dos: el gobierno de sí como sujeto individual y el gobierno de sí como (parte del) sujeto colectivo. Así, emergen dos modos correlativos de la espiritualidad: la ética y la política. Aquí, sólo nos ocuparemos de la segunda en tanto que si el sujeto blanco de la biopolítica es la población -y en esto consiste la animalización del hombre, en el ser tratado como población- lo que se le opone y le resiste, el pueblo, aparece como modo de subjetivación o espiritualidad política. Foucault señala que el pueblo es aquella parte de la población que se resiste a ser tratada como tal, es decir, como mero sujeto de necesidades y en tanto que resistencia pretende gobernarse a sí mismo.De este modo, procuro mostrar que la espiritualidad política debe ser entendida a partir del concepto de resistencia como contraconducta, que a su vez se opone al de conducta o conducción que en nuestro presente se encarna en el diagrama biopolítico. Por lo tanto, el discurso filosófico cuya tarea es por un lado señalar pero también forzar a los discursos a asumir la propia contingencia, por otro es crear prácticas de libertad. En este sentido, cabría señalar la contingencia misma de la idea de poshistoria entendida como reino de la biopolítica y desaparición paulatina de la política y asumir la tarea filosófica como crítica y modo de subjetivación de nosotros mismos como sujetos libres, i.e. autogobernados. En este punto sostengo que el modo de subjetivación política que encarna esta aspiración espiritual al gobierno de sí es lo que se llama pueblo, cuya lógica disruptiva del orden policial-biopolítico explica Rancière. En este sentido la filosofía entendida como espiritualidad política tiene como función principal expresarse en movimientos de contraconducta a partir de la conversión espiritual de los sujetos con el fin de alcanzar el autogobierno. Este es, creo, uno de los sentidos posibles, y quizás no de los más triviales, de la estética de la existencia: la producción de sí mismo como subjetividad política en el contexto más amplio de una espiritualidad política o de un movimiento de contraconducta.