Castells en Puerto Madero: usos del espacios, tensiones y negociaciones en un gran proyecto urbano

GUILLERMO JAJAMOVICH

Jerez de la Frontera

Otro; II COLOQUIO CONFLICTOS URBANOS; 2020

Red Iberoamericana de investigadores en Políticas, Conflictos y Movimientos Urbanos

A lo largo del tiempo, Puerto Madero fue señalado como ejemplificación de un modelo de ciudad excluyente. Frente a tales representaciones negativas y a la par de la urbanización del área, la Corporación Antiguo Puerto Madero Sociedad Anónima (CAPMSA) promovió una serie de iniciativas dentro y fuera del área a los fines de obtener consenso para su desarrollo y evitar resistencias (Jajamovich, 2018). En ese marco, se invitaba explícitamente a población no residente de la misma a partir de actividades deportivas y culturales. En aquel contexto más abarcativo de pugnas sobre qué representa el área y de qué manera debe utilizarse, la ponencia interroga un episodio específico como ser la instalación en Puerto Madero de un comedor por parte del dirigente piquetero y de jubilados y pensionados Raúl Castells entre 2006 y 2007. Surgido a partir de la cesión de un empresario gastronómico del área y en represalia a sucesivas clausuras de sus locales por parte de la CAPMSA, el comedor de Castells estaba orientado a alimentar gratuitamente a sectores populares con torta frita y mate cocido a la vez que funcionar como foro de denuncia de desigualdades sociales ante audiencias locales y turísticas. La localización del comedor acentuó la disputa con la CAPMSA derivando en una causa judicial que hizo que Castells finalmente abandone su emprendimiento a través de un canje por un espacio en otra área de la ciudad. En efecto, el comedor se localizaba en el sector Oeste de Puerto Madero. Es decir, una de las área donde los sectores populares no suelen detenerse sino que tienden a atravesarla, en tanto las geografías de uso popular tienden a anclarse en otras áreas de Puerto Madero como ser el asentamiento Rodrigo Bueno, la Costanera Sur y el Parque Micaela Bastidas. Denominado por diferentes observadores como ´comedor piquetero´, ´comedor popular´, ´comedero popular´, ´McCastells´, este episodio permite repensar los usos y usuarios admitidos y contemplados en el área así como las negociaciones que se despliegan frente a usos y usuarios no contemplados. Así, este episodio tensiona los usos y usuarios admitidos, pone en cuestión la apertura/clausura de estos espacios a la vez que presupone variadas negociaciones como ser: cierta adaptación del espacio del comedor al área en que se inserta garantizando orden, limpieza y ´urbanismo´; por otro lado, el propio espacio tensionando el área en que se inserta recibiendo y atrayendo un público no habitual para ese área, ofreciendo productos atípicos para la misma y desplegando una estética que no sintoniza con el área y que, en su conjunto, parecen haberlo tornado poco tolerable. En ese sentido, este episodio tensiona los relatos desplegados tanto por la CAPMSA y los vecinos del área (Benas) a la hora de caracterizar Puerto Madero. En efecto, desde esa perspectiva, Puerto Madero difiere tanto del resto de la ciudad como de los barrios cerrados. A diferencia de los primeros, se trata de un área segura, limpia y no degradada; a diferencia de los segundos, se destaca su carácter abierto y democrático. En ese sentido, este episodio señala algunos límites de tal apertura y carácter público a la vez que resalta el temor de algunos gestores y residentes del área: el riesgo de que Puerto Madero se contamine de aquello que lo diferencia del resto de la ciudad. Es en esas coordenadas de actores variados donde se produce una negociación: Castells tensiona ese límite sin romperlo, promueve una isla "subalterna" en el sector Oeste de Puerto Madero a la vez que se esfuerza, relativamente, por adaptarse a ese entorno. Aunque finalmente, causa judicial de por medio, Castells abandonará ese espacio en un canje por espacios de mayor proporción en otras áreas de la ciudad.La ponencia se apoya en una serie de trabajos que han visitado tal episodio (Gorelik, Carman) así en otras reflexiones abarcativas en torno a usos del espacio público en Puerto Madero (Girola et al, Benas). Asimismo, se recuperan perspectivas sobre grandes proyectos urbanos, usos del espacio y las tensiones entre gestión y diseño del mismos y usos (in)esperados. A diferencia de los abordajes que ya han revisitado el episodio de Castells en Puerto Madero, en esta ocasión nos apoyamos en trabajos previos que reconstruyen la mirada y el accionar de la CAPMSA sobre Puerto Madero. La ponencia se apoya en una variedad de fuentes como ser: diarios masivos que dan cuenta del proceso, documentos de la CAPMSA sobre los usos y usuarios alentados, documentación del grupo de Castells y publicaciones barriales.