BECAS
COMPAGNUCCI Paula
congresos y reuniones científicas
Título:
¿QUE LE QUEDA AL CINE -TESTIGO DEL TIEMPO- POR CONTAR? La importancia de producir desde nuestro lugar de feministas.
Autor/es:
PAULA COMPAGNUCCI
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Encuentro; X Encuentro Interdisciplinario de Ciencias Sociales y humanas "Las urgencias del presente: Desafíos actuales de las ciencias sociales y humanas"; 2019
Institución organizadora:
Centro de Investigaciones María Saleme de Burnichon
Resumen:
El desarrollo de la teoría fílmica feminista nos permite comprender la dimensión pragmática del cine como modo de representación, discurso e institución, y como parte integral del acto cinematográfico en la medida en que un modo de representación nos remite necesariamente a un modo de producción y a modos de recepción. Así, entendemos al cine como ese sistema de relaciones -de poder- que se establecen alrededor de una película, que incluye el modo en que se construyó, quienes la pensaron, para qué se pensó dicha producción, cuáles fueron las condiciones de producción de la película; pero también a la manera en la que la obra va a ser vista, supeditada al encuentro con el espectador y la espectadora, cuya construcción de significado completa la obra cinematográfica.Los elementos disponibles del lenguaje cinematográfico, las posibilidades y obstrucciones (no solo como limitantes, sino también intencionales) configuran los modos de contar; pero a la vez, dichos modos se encuentran inmersos en los sistemas de poder propios de una sociedad sexista. En el caso del cine hegemónico y comercial, entendemos que se irgue como un discurso cultural que sirve a los intereses de un entramado social que busca naturalizar y perpetuar un colonialismo heteropatriarcal capitalista, donde las representaciones de lxs subalternxs dentro de los discursos son invisibles o si están son exotizadas, romantizadas o estigmatizadas. Porque ?aquello que queda por fuera de las representaciones mediáticas, es invisible y por lo tanto no hace parte del discurso de lo público, se le niega la existencia. Hoy, cuando la visualidad es el modo de ser dominante de la realidad, lo invisible no existe en nuestro marco de realidad? (Román, 2009, p159).El feminismo puede incluir una perspectiva- un par de lentes - con las cuales analizar las sociedades, el cine, una película. Sin embargo, aquí entendemos una separación conceptual entre el análisis y la intervención; remitiendonos a Annette Kuhn, entendiendo al feminismo -también- como un ?conjunto de herramientas conceptuales, un método o conjunto de métodos, incluso como un modelo analítico, mediante el cual se puede analizar un objeto: en este caso el cine?(1991,p84).En este trabajo, nos preguntamos acerca de si un un varón cisgénero puede hacer una película feminista y sí una obra producida por una mujer o una persona no binaria que no porta los atributos que lo privilegian en un sistema heteropatriarcal, como es el de producción de los discursos audiovisuales, es per se una obra feminista. En primer lugar advertimos que, la posibilidad de hablar de un ?cine de mujeres? reconoce implícitamente que el cine ha funcionado como un mecanismo de exclusión. En este sentido, entendemos que si bien no todas las directoras harán una película feminista advertimos que las representaciones de las mujeres y las personas no binarias culturalmente predominantes se relacionan con el predominio de varones en la industria audiovisual, como ?productores de representaciones en general, y de representaciones de la mujer en particular: por ejemplo la publicidad y las industrias de la televisión están en manos de hombres que ocupan los puestos de mando(...) y la industria cinematográfica ha estado dominada por productores, directores y técnicos varones?(Khun, 1991,p21). Dichas representaciones presentes en los discursos audiovisuales son desde estereotipos perniciosos que nos representan como «objetos de deseo, adoración o violencia, sujetos pasivos, castigados si se atreven a plantearse una actitud activa, a desear o cuestionar el modelo hegemónico de ?ángel del hogar?, y atrapados por la imposibilidad de salir de las figuras complementarias y yuxtapuestas de madre/femme fatale, virgen/puta»(p4)En efecto, Anette Khun(1991) reivindica la potencia de pensar en un ?lenguaje femenino?, o la relación femenina con el lenguaje, que a diferencia del discurso occidental que ostenta las características ?masculinas? de visibilidad y orientación a una meta del relato aristotélico; el lenguaje femenino ofrece ?pluralidad sobre unidad, multitudes de significados contra significados aislados y fijados, vaguedad contra instrumentalidad?(p25). Entendemos que es el lenguaje femenino el que propondrá discusiones, preguntas, pluralidad de voces, de significados e intenciones, más que tesis cerradas o un discurso instrumental para subrayar una idea ?validada?. El ?lenguaje femenino? nos otorga una nueva forma de contar las historias, de vernos en la pantalla, de construir un mapa de realidades y construcciones sociales, para potenciar modos de comprensión del mundo que promuevan la empatía, con una base sensible. Encontramos necesaria reinventar las formas de producir, de contar de mirar(nos) para subvertir los estereotipos, las naturalizaciones, los supuestos que vulneran los derechos de lxs mujeres, los varones trans y las personas no binarias. Destruir las lógicas hegemónicas, heteropatriarcales y coloniales es una necesidad fundamental para modificar la matriz cultural machista y misógina propia de la producción mediática.