BECAS
SAN MARTÍN Cristina Natalia
congresos y reuniones científicas
Título:
Migración de campos de dunas al sureste de la provincia de Chubut, Argentina. Implicancias paleoclimáticas.
Autor/es:
MONTES, ALEJANDRO ; RODRÍGUEZ, SILVANA; SAN MARTÍN, CRISTINA; ALLARD, JOSÉ
Lugar:
Ushuaia
Reunión:
Congreso; VI Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología; 2015
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Cuaternario y Geomorfología
Resumen:
Mediante la utilización de imágenes satelitales de los últimos 11 años y observaciones de campo se describen distintas morfologías eólicas asociadas a campos de dunas activos, entorno a la latitud de 46° S. El desplazamiento de estos campos de dunas ahoga la vegetación a su paso, y una vez que los depósitos eólicos atraviesan un sector, los sedimentos quedan desprotegidos ante la acción erosiva del viento, favoreciendo a que las dunas se retroalimenten y continúen migrando. Sus depósitos marginales suelen quedar preservados dejando crestas longitudinales conformadas por arena entrampada entre la vegetación que no alcanza a ser cubierta totalmente. A su vez, entre estas crestas se reconoce un ?rastro? erosivo marcando la zona por donde se movilizaron las dunas (Fig. 1.a). En base a su morfología podrían asociarse a los modelos evolutivos de Landsberg (1956), David (1981) y Pye (1982) descriptos para representar el origen y la migración de dunas parabólicas alargadas. El modelo de David (1981) hace hincapié en el origen y en la disponibilidad de los sedimentos, aunque los tres autores remarcan la significativa función que cumple la vegetación en la fijación y preservación de los brazos marginales. Las dunas parabólicas alargadas están asociadas a un régimen de vientos unidireccional y a una cobertura vegetal de desarrollo moderado (Gutiérrez 2008). Aunque los campos de dunas estudiados están constituidos internamente por dunas transversales barjanoides (Fig. 1.b), las crestas laterales que quedan preservadas a su paso poseen similares características a las descriptas en los modelos de los autores mencionados, ya que la vegetación cumple un rol fundamental en su estabilización. En los sectores erosionados ubicados entre las dunas se reconocen estructuras pedogenéticas y raíces exhumadas (Fig. 1.c), microyardangs y pavimentos del desierto. Hacia la parte frontal los campos de dunas no poseen crestas definidas, conformando un manto arenoso menor a 1,2 m de potencia y con irregularidades topográficas generadas por el desarrollo de nebkas (Fig. 1.d). Al O del puesto Ramón Santos, (limítrofe entre las provincias de Chubut y Santa Cruz) se midió la velocidad de avance de dos de estos campos de dunas, cuyos valores promedian 29,60 y 69,96 m/año, respectivamente. Utilizando la longitud de los ?rastros? erosivos que dejaron a su paso y las velocidades mencionadas se calcularon edades aproximadas de 167 y 126 años. Existen campos de dunas al E de los lagos Colhué Huapi, Viedma y Argentino, y en Punta Dúngenes con características similares a las descriptas. El rasgo geomorfológico principal que queda preservado tras su paso son las crestas arenosas alineadas con la dirección principal del viento y, en algunos casos, pequeñas cubetas de deflación. A diferencia de lo que ocurre en el resto de los sectores de Patagonia mencionados, en el área de estudio no se reconocen procesos hídricos o generados por acción del oleaje que favorezcan la disponibilidad de sedimentos para el desarrollo de estos depósitos eólicos. Por tal motivo se asume que su origen en la zona de estudio podría estar asociado a factores climáticos. Esto implicaría condiciones favorables para su generación entre mediados y fines del siglo 19, que se corresponderían con el fin de la Pequeña Edad de Hielo (Bradley y Jones 1993). En gran parte de la Patagonia, al igual que en el N de Tierra del Fuego, es posible reconocer la influencia de la acción erosiva del viento, que conjuntamente con distintos mecanismos de erosión hídrica han tenido un importante papel en la morfología del paisaje (Clapperton 1993; Simeoni 2008; Coronato et al. 2011; Montes et al. 2014). En la zona de estudio el relieve está dominado principalmente por la presencia de cañadones de origen fluvial, aunque presenta claras evidencias de erosión eólica sobreimpuesta, adquiriendo en algunos casos morfología de megayardangs. Esto sugiere que las condiciones propicias para el desarrollo de geoformas eólicas erosivas y depositacionales, han sido recurrentes durante el Cuaternario e incluso asociadas a mayor aridez.