IIDYPCA   23948
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN DIVERSIDAD CULTURAL Y PROCESOS DE CAMBIO
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
¿Que se oculta en el valor intrinseco de la naturaleza? Paradojas vistas desde un concepto relacional de valor
Autor/es:
MARÍA CONSTANZA CASALDERREY ZAPATA
Reunión:
Jornada; IX Jornadas de economia ecologica; 2019
Institución organizadora:
ASAUEE y Universidad Nacional de Río Negro
Resumen:
Vivimos en una época que algunos dan en llamar la Sexta Extinción Masiva y de la cual, dependiendo a quién se le pregunte, la humanidad o el capitalismo serían culpables. En este contexto, se han empezado a proponer conceptos y marcos teóricos no solo para dar cuenta de este proceso, sino buscando revertirlo o limitarlo. El concepto de Servicios Ecosistémicos (SSEE) es uno de ellos. En rigor, si entendemos que la relación entre el modo de producción y los procesos de degradación ambiental trata sobre la capacidad de subsistir, es probable que dicha relación haya sido objeto de reflexión de muchos grupos humanos (si no de todos) a lo largo de la historia. Pero no se trata solo de una reflexión sobre cómo subsistir, se trata de una reflexión sobre cómo vivir, cómo convivir, cómo se debe vivir. En este punto la discusión se torna necesariamente ética y política y es en esa línea que se inserta esta presentación. Parto de una perspectiva antropológica que entiende que el valor es, ante todo, un concepto relacional: valorar es ante todo una acción y más puntualmente, es una acción humana. Desde esta idea muy básica buscaré tensionar la noción de valor intrínseco tal como entiendo está siendo utilizada en los debates alrededor del uso y objetivo (político, económico, analítico, descriptivo) del concepto de SSEE. En sus primeras apariciones, el término SSEE se propuso como marco conceptual capaz de traducir el valor de la naturaleza a un lenguaje que todos los seres humanos pudiésemos entender por igual, el lenguaje económico. El fin habría sido educar al común de la gente sobre el ?verdadero valor? de la naturaleza, valor que normalmente no tendríamos en cuenta. Hasta aquí dos cosas son importantes: una, esta idea de que hay un sector de la población mundial que tiene un conocimiento (el verdadero valor de la naturaleza) que el resto de los mortales no poseemos. Por otro lado, la idea de que ese ?verdadero valor? existe independientemente de quien esté haciendo la valoración: el valor intrínseco se acercaría a algo del orden de la verdad. Por otro lado, otro sentido del valor intrínseco tiene que ver con su oposición respecto a lo que se denomina valor instrumental. En este punto la reflexión se vuelca al problema de la relación medios-fines. Básicamente, habría cosas (vivas y no vivas, animadas e inanimadas, humanas y no humanas) que son valiosas porque permiten llegar a unos fines deseados, mientras que otras cosas serían esos fines. Esta es la línea del imperativo categórico de Kant: el ser humano es un fin en sí mismo. El carácter correcto o incorrecto de una acción debe tener esa máxima como norte: si un ser humano está siendo usado como medio para un fin por otro ser humano, entonces esa acción es incorrecta. Esto lo metió a Kant en mucho problemas políticos, pero también epistemológicos. Pues, ¿qué es usar como un medio? Un esclavo sería el mejor ejemplo de ser humano como medio. Pero ¿emplear a alguien en una fábrica para obtener una ganancia? ¿Se podría decir que uno usa al ser amado para sentir amor? ¿Se podría decir que el niño usa a la madre para sobrevivir? ¿Son estos usos incorrectos o malos? Este mismo tipo de problemas caben a la máxima: la naturaleza es un fin en sí mismo. Ello implicaría el no uso de la naturaleza ¿y qué es la naturaleza? ¿Qué de la naturaleza tiene valor en sí? ¿Usar la naturaleza como medio para, digamos, subsistir, sería algo malo o incorrecto? En función de estos interrogantes se han desarrollado corrientes de ética ambiental que, a los fines de este trabajo podemos resumir en antropocéntricas, ecocéntricas y biocentricas. El concepto de SSEE es un concepto antropocéntrico, en tanto define que los servicios son los beneficios que los seres humanos reciben de los ecosistemas. ¿Qué pasa entonces con aquellas funciones ecosistémicas que no representan beneficios directamente perceptibles por los humanos? Serían SSEE de soporte. Así, el ser humano vuelve a estar en el centro. Esto es criticado por econcentristas y biocentristas, pues entienden que hay cosas que deben existir y que vale la pena cuidar más allá de los beneficios o perjuicios que nos puedan ocasionar. Aquí, de nuevo, la idea de que ellos (biocentristas y ecocentristas) conocen su verdadero valor, que la mayoría de nosotros no logramos percibir. A este rechazo de ecocentristas y biocentristas respecto al marco conceptual del MEA subyace un sentido de valor intrínseco como inconmensurable: como algo que no es pasible de ser comparado con valores humanos; cosas que nos son reducibles a una escala de valoración humana. Esta misma idea de inconmensurabilidad es la que lleva a muchos de ellos a criticar la tendencia a la mercantilización de los SSEE, crítica que es compartida, curiosamente, por el marxismo ecológico o la economía ecológica radical, pero que no realizan desde una postura biocéntrica o ecocéntrica si no, precisamente, antropocéntrica. Aquí es donde encuentro la paradoja del concepto de valor intrínseco, pues el sentido de este último como verdadero valor, se contrapone al sentido del mismo como inconmensurable. Si algo es inconmensurable para los humanos, ¿cómo es que algunos sí pueden valorarlo? Desde una perspectiva de valor como relación, como acción humana sobre otra cosa que es el objeto de la valoración, el concepto de valor intrínseco es un imposible. Lo que oculta es el quiénes están diciendo que tal o cual cosa debe ser conservada por ?su valor intrínseco? porque solo ellos conocerían cuál es su verdadero valor. Lo que se oculta en definitiva en el concepto de valor intrínseco es que de hecho este es el valor que un determinado grupo humano le otorga a determinadas especies, funciones, ecosistemas, etc. y, al borrarse a sí mismos como sujetos de la acción (valorar), borran tanto los intereses que los mueven, como sus respectivas concepciones de mundo, formas de vida, presentándolas como universales.