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Pese a que Argentina es considerada a nivel mundial una potencia productora de alimento, recientes informes de organismos internacionales alertan sobre las crecientes dificultades de su población para garantizar la seguridad alimentaria. El propósito de este trabajo no solo analiza las políticas públicas que han promovido esta situación, sino que pretende dar cuenta de las respuestas que surgen desde la agricultura familiar, sector clave en la producción de alimentos frescos al mercado local. A partir del estudio de dos experiencias que están en marcha en la ruralidad de Santiago del Estero, el movimiento de ferias de productores y el diseño de encierros ganaderos comunitarios, trataremos de dar cuenta de los complejos procesos de resistencias por parte de agricultores familiares de base campesina donde se acciona una racionalidad práctica entre lo disponible y lo posible. Sostenemos que dichos procesos organizativos y productivos emergentes resultan promisorios frente a la actual crisis alimentaria global que encuentra su potencial en lógicas tales como: la intensificación del trabajo familiar, el uso de los recursos endógenos y la coproducción con la naturaleza.