La (buena) decadencia del presente

UANINI, FEDERICO

Córdoba

Jornada; XI Encuentro Nacional de Filosofía; 2018

Asamblea de Filosofía - FFyH/Universidad Nacional de Córdoba.

Postular que vivimos en un período histórico actual de decadencia no supone realizar sobre el presente un pronóstico negativo, ni mucho menos. Implica, desde una cierta postura, considerar que estamos atravesando un momento donde los valores que estructuraban lo afectivo, lo vincular (en síntesis, lo político) se están debilitando para dar paso (o no) a otra forma de habitar lo social. Pese a la connotación peyorativa del adjetivo ?decadente?, como período cultural se presenta como un interesante momento donde analizar la posibilidad de construir identidades más libres. Sin embargo, y las pasadas semanas en Argentina lo demostraron bien, hay ciertas formas de cultura que se rehúsan a abandonar su lugar de precepto hegemónico. Parafraseando a Freud en su El malestar en la cultura no hay por qué suponer que lo pasado, por el simple hecho de serlo, se ha desvanecido . El lugar que hoy nos toca vivir es un tiempo de la lucha por el intento de generar nuevas formas de vida e identidades que irrumpen gracias a la militancia social y a la denuncia feminista, pero aún sin poder dejar (tanto en lo personal como en lo colectivo) las viejas valoraciones sobre el cuerpo, el alma (en su amplio sentido) y lo político que viejas formas de cultura, como la machista, han impregnado y dejado marca en nuestro país. Haciendo uso de las herramientas críticas aportadas por un pensador un tanto distante para nuestro tiempo pero que también tuvo que ?padecer? el cambio de una época y, más aún, la clara consciencia de que algunos tiempos se resisten a morir, intentaré analizar lo que considero un momento de decadencia de los valores patriarcales. Daré cuenta de algunos de los aportes críticos que Friedrich Nietzsche realizó entre 1878/1880 sobre la decadencia que se vivía en su Europa para así (reconociendo los obvios abismos y diferencias) poder no sólo entender qué se juega de positivo en eso que denomino como ?buena decadencia?, sino también notar la problemática realidad que significa que ciertas viejas formas ?metafísicas? de cultura aún habiten políticamente en una cultura pseudo-láica como la argentina.