INVESTIGADORES
SVAMPA Maristella Noemi
congresos y reuniones científicas
Título:
Neoextractivismo, lógicas de Desarrollo y Modelos en disputa en América Latina: 2000-2016
Autor/es:
MARISTELLA SVAMPA
Lugar:
Cochabamba
Reunión:
Congreso; Lógicas de desarrollo, extractivismo y cambio climático; 2016
Institución organizadora:
Universidad Mayor de San Simon
Resumen:
Entre 2000 y 2015-2016, América Latina vivió un ciclo político y económico caracterizado por un novedoso escenario transicional. Diversos procesos sociales y políticos fueron configurando los marcos de este nuevo escenario: la crisis y cuestionamiento del consenso neoliberal, las intensas movilizaciones sociales y la crisis de representación política, la relegitimación de los discursos críticos, en fin, la emergencia de gobiernos autodenominados ?progresistas?, de centroizquierda e izquierda, que valorizaban la construcción de un espacio latinoamericano; fueron algunas de las notas distintivas de un cambio de época que se contraponía a todas luces con el período anterior.. Sin embargo, lo que primó fue la denominación genérica de ?progresismo? para designar a estos nuevos gobiernos, abarcando así corrientes ideológicas y perspectivas políticas diversas, desde aquellas de inspiración más institucionalista, pasando por el desarrollismo más clásico, hasta experiencias políticas más radicales: a saber, desde Chile, con Patricio Lagos y Michele Bachelet, Brasil, con Lula Da Silva y Dilma Roussef, Uruguay, bajo el Frente Amplio, la Argentina de Néstor y Cristina Kirchner, el Ecuador de Rafael Correa, la Bolivia de Evo Morales y la Venezuela de Hugo Chávez, entre otros. Esta nueva apertura fue expresada de modo paradigmático por Bolivia y Ecuador, países en los cuales la articulación entre dinámica política e intensidad de las movilizaciones sociales fue tal, que ésta se tradujo en procesos constituyentes cuyo corolario fue la ampliación de las fronteras de derechos. Nuevas categorías, tales como ?Estado Plurinacional?, ?Autonomías Indígenas?, ?Buen Vivir?, ?Bienes Comunes? y ?Derechos de la Naturaleza?, pasaron a formar parte de la gramática política latinoamericana, impulsadas por diferentes movimientos sociales y organizaciones indígenas y alentadas por dichos gobiernos. Sin embargo, desde el inicio ambos países ilustraban también la existencia de un campo de tensión en el cual cohabitaban dos narrativas diferentes: una, la indianista, ecoterritorial y descolonizadora, centrada en la apuesta por la creación de un Estado Plurinacional y el reconocimiento de las autonomías indígenas, así como por el respeto y cuidado del Ambiente; la otra, la nacional-popular, marcada por una dimensión estatalista, reguladora y centralista, que apostaba al retorno y/o recreación de un Estado nacional, en el marco de la globalización asimétrica.Salvo excepciones, durante más de una década estos gobiernos vieron renovados sus mandatos presidenciales, a través de abrumadoras mayorías electorales, constituyéndose en partidos predominantes (como el MAS en Bolivia) o mayorías absolutas (como Alianza País en Ecuador). Indudablemente, la construcción de hegemonía estaba asociada al crecimiento de la economía y la reducción de la pobreza. Por ejemplo, un informe de la CEPAL (2012) acerca de la última década daba cuenta de la caída global de la pobreza (de 44% a 31,4%), así como del descenso de la pobreza extrema (de 19,4% a 12.3%). Entre los ejes del éxito de dichos gobiernos solía citarse no sólo el aumento de salarios, sino también la expansión de una política de bonos o planes sociales (programas de transferencia condicionada), que si bien aparecían como claros herederos de los ´90 (en su carácter asistencial y compensatorio), buscaban desprenderse del enfoque focalizado típico de la era neoliberal. Ahora bien, entre 2000 y 2015, la dimensión de disputa y de conflicto introducida por la nueva dinámica de acumulación del capital introdujo dilemas y fracturas al interior del campo de las organizaciones sociales y de las izquierdas, que mostraron los límites de los progresismos desarrollistas, visible en su vínculo con prácticas e imaginarios hegemónicos del Desarrollo. Ciertamente, a partir de 2003, la geografía de la extracción en el sur global se dotó de nuevos registros, en virtud de los altos precios internacionales de los productos primarios. En esta línea, y al calor del boom de los commodities, América Latina vivió un período de crecimiento económico, acompañado empero por una marcada tendencia a la reprimarización, visible en la acentuación de su reorientación hacia actividades primarios extractivas o maquilas, con escaso valor agregado. En consecuencia, el proceso de comodificación a gran escala de los bienes naturales trajo una doble consecuencia: de un lado, se tradujo por una explosión acelerada de conflictos socioambientales en toda la región latinoamericana; de otro lado, abrió una brecha en el interior de los movimientos sociales y en el campo del pensamiento crítico latinoamericano. En suma, el cambio de época fue configurando un escenario conflictivo en el cual otras de las notas mayores fue la (re)articulación entre tradición populista con neoextractivismo desarrollista, lo cual conllevó la denegación o minimización de los impactos territoriales, ambientales y socio-sanitarios de la extracción de bienes primarios. En este artículo realizaré un análisis del ciclo 2000-2016, colocando en el centro de la reflexión el avance del extractivismo. Para ello, me abocaré a presentar algunos de los conceptos-críticos en relación a esta problemática, entre ellos Consenso de los Commodities y Neoextractivismo. Para justificar su pertinencia, daré cuenta del modo en cómo estos conceptos arrojan luz sobre la crisis actual, en sus diversas dimensiones. En segundo lugar, haré un recorrido por algunos de los conceptos-horizonte, que emergen del actual proceso de ambientalización de las luchas sociales, entre ellos, Buen Vivir, bienes comunes y posextractivismo.