La recóndita presencia de Dios

UANINI, FEDERICO

Córdoba

Jornada; I Jornada de Filosofía Medieval: "Medioevo un pasado presente"; 2014

Escuela de Filosofía. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Nacional de Córdoba.

Progreso. Una palabra atravesada por la cotidianeidad. Formando partes de múltiples discursos y tópicos, termina tornándose anodina y carente de esa sustancia sobre la cual se jactan quienes la enarbolan ad nauseam. Sin embargo, bajo ciertas concepciones filosóficas, el progreso es algo más que un término y oculta una faceta mucho más profunda que la mera apariencia del decir: progreso es la dirección de la historia. Si se la aprecia desde un análisis filosófico-histórico macro, este movimiento del devenir llamado ?progreso? carece de un sentido unidireccional: según sea la visión filosófica, progreso adquiere un significado radicalmente distinto. Desde la parusía, hasta un autoconocimiento del Espíritu o la destrucción de un sistema explotador, han sido diferentes concepciones que, a lo largo de la historia del pensamiento, se han relacionado con el avanzar de la historia y se han transformado en la definición de ese sentido, de esa dirección hacia la cual toda la realidad se mueve. Sin embargo, el objetivo de este trabajo no es realizar una mera exposición de las diversas maneras en que se han vinculado alguno de los múltiples significados del término progreso con la historia. A pesar de la relación con este tópico, nuestro objetivo es principalmente dar cuenta cómo una cierta categoría se repite sin cesar a lo largo de ciertas filosofías de la historia. Nos proponemos mostrar la relación que existe entre la concepción teleológica de la historia desarrollada por el cristianismo y los distintos enfoques de análisis sobre el devenir que han desarrollado otros autores. El objetivo de esto es exponer categorías desarrolladas en el Medioevo y la presencia constante de éstas en un pensamiento moderno y contemporáneo. Intentaremos mostrar la marca dejada por los primeros pensadores que tomaron la historia como problema y exponer un vínculo relevante para ese pensar: es con la incorporación de Dios en el relato histórico, cuando el devenir es un peregrinaje hacia la resolución de una naturaleza perdida, donde la historia adquiere un sentido que permite hablar de progreso, de un tiempo expectante en un porvenir de acechanza continua.