BECAS
ARCOS Camilo
congresos y reuniones científicas
Título:
"El ecologismo popular y la justicia ecológica como respuestas alternativas a la crisis ambiental. La Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST-MNCI): una experiencia organizativa local"
Autor/es:
ARCOS CAMILO
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Jornada; 3ras Jornadas de Estudiantes de Cs. Exactas y Naturales; 2018
Institución organizadora:
Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UNCuyo)
Resumen:
En un contexto de crisis ambiental (global), las contribuciones teóricas del pensamiento ambiental crítico se consideran fundamentales al momento de abordar las causas profundas de ésta, así como las concepciones ideológicas, las estructuras de poder y los dispositivos de reproducción que subyacen al contexto social en que se produce su desarrollo, profundización e imposibilidad de resolución (Agoglia, 2011).En este sentido, Martinez Alier (2010) conceptualiza tres corrientes del ecologismo, según cómo estas abordan la cuestión ambiental: la primera, ?el culto de los silvestre?, propone resguardar del crecimiento económico partes de la naturaleza prístina, apoyándose en valores estéticos o sagrados, pero sin cuestionar el crecimiento económico ni las relaciones de poder que atraviesa la sociedad-naturaleza. Por otro lado, la segunda corriente del ecologismo, denominada ?el evangelio de la ecoeficiencia?, plantea una adaptación del crecimiento económico a esta nueva demanda socialmente instituida, a partir de soluciones meramente técnicas que permitan internalizar las externalidades ambientales que la economía neoclásica no ha tenido en cuenta (modernización ecológica). En contraste a estas dos, ?el ecologismo popular?, indagando en las causas profundas de la crisis ambiental, nos muestra que las desigualdades ambientales surgen como producto del sistema económico dominante, que el crecimiento económico viene acompañado de mayores impactos en el medio ambiente, y a su vez nos alerta sobre el desplazamiento geográfico de la fuente de los recursos y sumideros de residuos (Martínez Alier, 2010). Así, la expropiación del ambiente de los países pobres por parte de los países ricos genera una deuda ecológica como producto de la construcción de un intercambio ecológicamente desigual, creciente en la evolución del capitalismo, e inherente a la propia dinámica de este. El impacto ambiental de esta deuda ecológica recae de forma desigual sobre ciertos grupos sociales generando conflictos ecológicos distributivos. Esto implica que estos grupos sociales sean marginados, desplazados o excluidos de la distribución de los recursos básicos necesarios para su subsistencia, provocando la conformación de movimientos de protesta y resistencia. Los mismos no se referencian necesariamente con el ecologismo en el sentido de una defensa de la naturaleza sagrada per se, sino por un interés sobre la misma como fuente necesaria para la vida (justicia social-justicia ecológica).Así pues, nos propusimos sistematizar una experiencia local de una organización social (UST-MNCI, Mendoza, Argentina), en tanto esto nos permitiera generar relaciones entre la cuestión agraria (cuestión social) y la cuestión ambiental (a veces tácita) que den un marco explicativo coherente a las condiciones socio-histórico-políticas de nuestra región, desde actores que pueden considerarse dentro del ecologismo popular, como corriente conceptual que los contiene. Para esto se trabajó con aplicación de estrategias y técnicas de carácter cualitativo (análisis bibliográfico y documental, triangulación de fuentes de información y de investigadores, auto-reflexión epistemológica), así como entrevistas en profundidad con referentas/es de la organización y análisis de discurso de documentos oficiales de la organización en sus distintas escalas de participación e influencia (UST- Movimiento Nacional Campesina Indígena- Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo- La Vía Campesina).Los resultados parciales nos aproximaron a reafirmar la hipótesis inicial que sostenía que esta organización social propugna un ecologismo tácito al defender sus territorios frente al avance del ?agronegocio?, reivindicando la lucha por el alcance de un modelo de sociedad con soberanía alimentaria (La Vía Campesina, 2015), a través políticas públicas que garanticen el derecho al acceso a la tierra y el agua, así como condiciones dignas de vida para el campesinado. Sin embargo, se encuentran lejanos a posturas ?decrecionistas?, más próximas a algunas organizaciones sociales del Norte global, que incluso son parte de la misma organización que los nuclea a escala mundial (La Vía Campesina).