INVESTIGADORES
VERZERO lorena
congresos y reuniones científicas
Título:
El cuerpo politizado: tendencias actorales en el teatro militante
Autor/es:
LORENA VERZERO
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; 3. VI Congreso Argentino de Historia del Teatro Universal: “Historia del actor, del ritual dionisíaco a Tadeusz Kantor”; 2009
Institución organizadora:
Centro Cultural Rector Ricardo Rojas (Universidad de Buenos Aires), Área Artes Escéncias del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Centro de Investigación en Historia y Teaoría Teatral (CIHTT)
Resumen:
Organizamos un recorrido por las tendencias actorales que pusieron en acto algunos colectivos teatrales militantes, paradigmáticos por su diferente filiación política. Hemos comprobado una hipótesis inicial: el teatro militante se define por la asunción de un compromiso político y, en muchos casos, partidario, a partir del cual la expresión actoral se convertía en una herramienta para el esclarecimiento, la propaganda o la movilización. De esta manera, la especificidad de cada uno de los colectivos teatrales militantes está dada por su adscripción ideológica, que traba relación con sus opciones estéticas. Algunos grupos de teatro militante consideraban sus experiencias culturales como una herramienta para la transformación socio-política, determinadas por la urgencia de la coyuntura histórica, que no dejaba resquicios para la investigación formal. Resulta paradigmático en este punto el Centro de Cultura Nacional José Podestá, que funcionó fundamentalmente como apoyo al FREJULI (Frente Justicialista de Liberación Nacional) para las elecciones del 11-3-73. En el extremo opuesto, Once al Sur centralizaba su trabajo en la búsqueda estética, que proyectualmente operaría como un servicio social, independientemente de una suscripción partidaria directa. Entre ellos, Libre Teatro Libre (LTL) se constituye como un colectivo teatral orgánico que fusionó la militancia política en el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) con la exploración estética. Hemos comprobado que LTL y Once al Sur, a pesar de su diferente adscripción político-partidaria, coincidieron en el interés por la apropiación de técnicas provenientes de las tendencias innovadoras en materia actoral, en cuyo centro se encuentra la propuesta de Grotowski. En continuidad con esto, Once al Sur también incorporó elementos del teatro de Barba. Así, estos colectivos privilegiaron el trabajo corporal y la vinculación con el otro en escena, a partir de un fuerte entrenamiento, y la reflexión y puesta en juego de un caudal energético. En el caso de LTL, la vocación internacionalista del partido explica su interés por los recursos estéticos provenientes del mundo comunista. La propensión de Once al Sur hacia la innovación estética se vincula, más bien, con una modernización ligada a los proyectos sesentistas. En el sentido inverso, la Podestá se reunió por una motivación política y el trabajo actoral consistía en la puesta en ejercicio de los saberes personales. La potencia pulsional de la causa política repercutía en una inusitada energía sobre el escenario. El contexto fue determinante para la vivacidad, tanto artística como política, de este grupo y para su pronta disolución. En todos los casos, la doble acepción del término “actuar”, que implica tanto interpretar como accionar, se resume en una sola en el teatro militante: actuar es operar sobre la realidad desde el escenario (en la obra) y desde la cotidianeidad (en la sociedad). En esto radica, en síntesis, la funcionalidad social del intelectual revolucionario: en agenciar la transformación social desde el compromiso de la acción, que en teatro podría resumirse en la noción de actor que condensa la doble acepción del término.