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El entrenamiento musical en los primeros años de vida tiene efectos beneficiosos en el desarrollo de diferentes habilidades. El mismo, estimula la plasticidad sináptica, observable en diferencias anatómicas, funcionales y comportamentales. El entrenamiento puede ser receptivo o activo. En el primero, el sujeto percibe la música y sus elementos, en el segundo, produce música además de percibirla. Una de las funciones cognitivas que se ven influidas por el entrenamiento musical es la memoria. La forma en que los niños procesan la información emocional es relevante para el estudio del desarrollo normativo y psicopatológico. El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto del entrenamiento musical activo o receptivo por un período de 4 o 10 semanas, en la memoria emocional de niños de 4 y 5 años. Durante un período de 4 o 10 semanas los niños recibieron el entrenamiento musical activo o receptivo. Posteriormente a ello, observaron 24 imágenes neutras y emotivas y calificaron su valencia y excitación. Inmediatamente después, se realizó una prueba de memoria libre y una prueba de reconocimiento. Una semana después de las pruebas inmediatas se realizó una prueba de recuerdo libre y reconocimiento diferido. Los resultados indicaron que los niños evaluaron las imágenes emocionales como más activantes que las neutras. Recordaron más imágenes emocionales que imágenes neutras, siendo las imágenes negativas las más recordadas. Y, los niños con entrenamiento activo tuvieron un mejor recuerdo y reconocimiento que los niños con entrenamiento receptivo. Por otra parte, los niños de 5 años mostraron un mayor recuerdo que los nenes de 4 años de edad. Los resultados indicaron que el entrenamiento musical modula la memoria emocional. Los datos extraídos, de relevancia social, clínica y educativa, avalan que el entrenamiento musical continuado tiene un efecto positivo en la memoria de un niño en edad preescolar.

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