Tendencias de la vegetación durante el Paleógeno y Neógeno temprano de Patagonia: origen de comunidades adaptadas a condiciones xéricas

BARREDA, V.; PALAZZESI, L.

La Plata

Congreso; 16º Congreso Geológico Argentino; 2005

Los marcados cambios paleogeográficos, tectónicos y paleoclimáticos ocurridos durante el Cenozoico, afectaron la distribución y composición de la vegetación de Patagonia. El análisis conjunto de las evidencias palinológicas y paleobotánicas permitieron inferir sus principales cambios. Durante el Paleoceno y Eoceno Temprano se desarrolló una vegetación dominada por elementos arbóreos, en su mayoría de respuesta megatérmica (arecáceas, juglandáceas). El reconocimiento de anacardiáceas y casuarináceas (Casuarina sp.) durante el Eoceno, sin embargo, indicaría la presencia de sectores con especies adaptadas a una menor disponibilidad hídrica y/o déficit de nutrientes. No obstante, el clima regional habría sido cálido y húmedo. En el intervalo Eoceno Medio-Oligoceno Temprano se observó un paulatino reemplazo de elementos megatérmicos por meso y microtérmicos, con expansión de bosques de nothofagáceas, podocarpáceas y araucariáceas. En el Oligoceno Tardío se produjo un nuevo avance de familias megatérmicas (rubiáceas, combretáceas, sapindáceas). A partir del Mioceno se identificaron las primeras evidencias de una vegetación abierta, xerofítica, herbáceo-arbustiva, integrada por chenopodiáceas, efedráceas, asteráceas y poáceas. Los bosques, sin embargo, continuaron desarrollándose en amplios sectores de la Patagonia. Durante el Mioceno Tardío la vegetación va acercándose a su actual conformación fitogeográfica, que culmina con la restricción de los bosques en el sector occidental, y el desarrollo de estepas en la región extra-andina.