La historización de la teoría en tanto doxa

CARLOS BELVEDERE

Córdoba

Congreso; I Congreso Nacional en Ciencias Sociales. Las ciencias sociales a cien años de la Reforma Universitaria; 2018

Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Sociales

En mi presentación he de referirme, desde una perspectiva fenomenológica, a dos de las cuestiones fundamentales incluidas en la convocatoria a este panel: (a) ¿Cuál es la fuente ?o sea, el origen y fundamento? de una justa politización de la teoría?; (b) ¿Cómo puede lo particular ?implicado en toda historización? formar parte de una teoría ?que, en cuanto tal, tiene pretensiones de universalidad? (a) Para la fenomenología, todo proceso abstractivo se arraiga en el mundo de la vida y debe retrotraerse a él como su fuente. De modo que el fundamento último de toda racionalidad ?incluida la racionalidad política que se busca aquí? es ese reino de evidencias originarias, ante predicativas, del cual nos habló Husserl bajo el nombre de mundo de la vida. Para la cuestión que nos convoca, tiene una relevancia especial que el mundo de la vida sea eminentemente intersubjetivo. La semejanza implicada en el vínculo intersubjetivo tal como es vivido originariamente, en su ingenuidad pre-reflexiva, guarda un potencial político emancipatorio en la medida en que brinda un parámetro ético desde el cual valorar, cuestionar y, de ser necesario, subvertir el orden social. Esta potencialidad bien puede tematizarse, en un sentido que le conviene esencialmente, como una relación de paz ?donde la guerra no es más que un hecho derivado y una contingencia subsanable?, justicia ?en la medida en que deja ser al otro, en su trascendencia, más allá del Mismo y del imperialismo del yo?, y equidad ?en tanto disposición anímica a otorgarle a cada cual lo que merece, sin hacerle violencia ni subsumirlo a una medida común que, como ha mostrado magistralmente Levinas, le sería impropia?.(b) ¿Cómo podrían estas ideas, en su universalidad, reclamar una inscripción regional, respondiendo a la exigencia de un pensar ?latinoamericano?? Tal como ha mostrado Husserl, el mundo de la vida ?del cual, dijimos, es menester partir en todo proceso abstractivo? es un mundo subjetivo y relativo, coincidente con aquello que los griegos denominaban doxa. De modo que nuestra particularidad de seres latinoamericanos está en el origen de nuestras preocupaciones; origen al cual siempre hemos de remontarnos, y cuya huella guardará una indeleble significación en tanto ?como ha mostrado Schutz? las ciencias sociales (a las cuales pertenecen las inquietudes que nos convocan) siempre han de trabajar con tipologías de plenitudes, absteniéndose de llegar a la formalización total con la cual perderían, precisamente, ese arraigo en el mundo de la vida que la fenomenología ha promulgado como principio rector de todo pensar, incluido el de la teoría social.