IRICE   05408
INSTITUTO ROSARIO DE INVESTIGACIONES EN CIENCIAS DE LA EDUCACION
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Argumentación individual oral y escrita en dos tipos de tareas
Autor/es:
PERALTA, NADIA
Lugar:
Mérida
Reunión:
Congreso; XXXVI Congreso Interamericano de Psicología de la Sociedad Interamericana de Psicología; 2017
Institución organizadora:
Sociedad Interamericana de Psicología
Resumen:
La argumentación es entendida como una actividad cognitiva que envuelve las habilidades de lógica y razonamiento. La misma es considerada como un recurso con gran potencial para negociar con las contradicciones, dudas y decisiones complejas, lo que la convierte en un objeto de fuerte interés para los investigadores que acuerdan con la importancia de los procesos sociales y cognitivos del aprendizaje. En la actualidad existen dos corrientes de investigaciones vinculadas a la argumentación y el aprendizaje (Sá Ibraim, Cardoso Mendonça y Justi, 2013), aprender a argumentar y argumentar para aprender: en el primer caso, el objetivo es estudiar como los sujetos mejoran sus argumentos en términos cualitativos y cuales son las habilidades argumentativas óptimas; en el segundo caso, la argumentación sirve para generar entendimientos, esclarecimientos, ampliar los conocimientos y resolver conflictos (Schwarz, 2009). La primera línea podría vincularse a una perspectiva más individual, mientras que la segunda hace referencia a la interacción social. Ambas líneas se encuentran estrechamente interrelacionadas y la mayoría de los estudios se centran en la vinculación de ambas. El trabajo que aquí se presenta se centra en la primera línea de investigaciones (aprender a argumentar) y el objetivo es comparar la argumentación oral y escrita individual en dos tipos de tareas e identificar si el desarrollo explícito argumentativo (argumentación oral) mejora el posicionamiento cognitivo frente a una tarea. Se realizó un estudio comparativo con el fin de comparar las performances individuales argumentativas y no argumentativas, orales y escritas. Se constituyeron dos grupos de 12 sujetos cada uno, el primer grupo realizó tareas de ordenamiento de juicios y el segundo, tareas de posicionamiento actitudinal. El procedimiento fue el siguiente: en primer lugar, los sujetos realizaron un pretest que consistió en un set de cuatro tareas (sea de ordenamiento de juicios o de posicionamiento actitudinal respectivamente) donde los sujetos simplemente tenía que escribir la respuesta. Luego, en la sesión experimental realizaron nuevamente una de las cuatro tareas con argumentación oral (explicitación de los argumentos que sustentan la respuesta seleccionada al investigador). Finalmente realizaron dos postest: en el primero, los sujetos debían argumentar nuevamente oralmente respecto a una tarea diferente a la realizada en la situación experimental y en el segundo debían argumentar de manera escrita respecto a la misma tarea realizada en la situación experimental. Todo fue grabado y transcripto para su posterior análisis. Para el análisis de los datos se utilizaron algunas de las categorías de Walton (1996). En el caso de las tareas de ordenamiento de juicios se estudiaron tres categorías: presencia o ausencia de argumentos; tipos de argumentos (basados en experiencias personales y basados en creencias), alcance del argumento (globales o puntuales) y calidad argumentativa (en cuanto a la redacción de los argumentos y la riqueza). En el caso de las tareas de posicionamiento actitudinal, las categorías fueron: presencia o ausencia de argumentos; tipos de argumentos (basados exclusivamente en el texto; basados en el texto y en creencias personales y basados en el texto, en creencias personales y el sujeto se coloca en el lugar del personaje) y calidad argumentativa (en cuanto a la redacción de los argumentos y la riqueza). Los resultados indican que en las tareas de ordenamiento de juicios, la mayor parte de los sujetos mejoran o mantienen la cantidad de argumentos cuando deben escribirlos y los sujetos emplean un 82% de argumentos basados en creencias y 18% basados en experiencias personales. En el caso de las tareas de posicionamiento actitudinal los sujetos mejoran su calidad argumentativa escrita luego de explicitar su argumento oralmente y la mayoría de los argumentos son basados en el texto y experiencias personales (50%). En ambos tipos de tareas, los sujetos mejoran sus performances argumentativas escritas luego de pasar por la instancia de explicitación de sus argumentos.Estos resultados son de fundamental importancia ya que aportan datos empíricos en relación a la importancia del tipo de tarea y sus efectos en la argumentación entendida como un proceso psicológico que sustenta y provoca aprendizajes.