INVESTIGADORES
RODRIGUEZ Maria Florencia
congresos y reuniones científicas
Título:
Procesos recientes de mercantilización del suelo público bajo expansión de la inquilinización informal en villas de la Ciudad de Buenos Aires-Argentina (2003-2015)
Autor/es:
RODRÍGUEZ, MARÍA CARLA; RODRIGUEZ MARIA FLORENCIA; ZAPATA, MARÍA CECILIA
Lugar:
Queretaro
Reunión:
Seminario; Red Latinoamericana de Investigadores sobre Teoría Urbana (RELATEUR) ?La ciudad latinoamericana entre Globalización, Neoliberalismo y Adjetivaciones: lecturas críticas; 2016
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Autónoma de Querétaro.
Resumen:
Esta ponencia tiene por objetivo abordar las dinámicas que ha asumido el proceso de inquilinización informal en la Ciudad de Buenos Aires durante los últimos años (2003-2015). Más concretamente, se analiza la modalidad de alquiler en las villas de la ciudad, incluyendo una caracterización socio-económica del perfil de los inquilinos ? trabajadores precarios de bajos ingresos y bajo nivel educativo, con marcada presencia de jefas de hogar y migrantes de países limítrofes- las características físicas de las viviendas alquiladas (tipologías y características de acceso a servicios) y los arreglos económicos y precios del alquiler. Para ello, se trabaja con datos de fuente primaria, producidos a través de una encuesta de 304 casos y 12 entrevistas en profundidad, realizadas en el marco de una investigación llevada adelante en las villas 31 y 31 bis; 3, 21-24, 20 y Rodrigo Bueno y fuentes secundarias (datos censales, informes técnicos, informes de auditorías, estudios producidos por la academia, artículos periodísticos).El alquiler informal en villas constituye una forma de integración precaria en los márgenes de la centralidad y una marca distintiva del despliegue del neoliberalismo urbano en la ciudad , durante el período bajo estudio. El aumento de la población en villas, su densificación, y dentro de este crecimiento, la expansión de modalidades de alquiler informal ? que incluyen la tipología de edificios construidos con uso exclusivo de alquiler, donde habita un tercio de las familias relevadas - no puede pensarse de manera desvinculada de los procesos generales de mercantilización urbana y, en particular, de la lógica inmobiliaria de valorización del suelo en la ciudad central del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Entre 2002 y 2014, el precio promedio del m2 de departamentos en venta en la CABA, experimentó una suba promedio de 359,5% (CEyS, 2015), que arrastró la dinámica de precios del alquiler formal. No ocurrió lo mismo, con los ingresos y la condición laboral de la población. La relación entre el valor del m2 y la evolución del ingreso medio de los primeros deciles revela una situación muy desfavorable, pues una persona de un hogar del decil más pobre necesita más de 5 ingresos para acceder a la propiedad de 1 m2. Asimismo más de una cuarta parte de los trabajadores asalariados no están registrados, situación que impide la posibilidad de acceso a un alquiler formal, de modo tal que los habitantes con peores ingresos y con mayores índices de informalidad ocupacional se localizan en la zona sur de la ciudad a través de modalidades de hábitat informal (CEyS, 2013 y 2015). En la última década la población en villas creció un 52.3%, pasando de 107.422 habitantes en 2001 a 163.587 personas en el año 2010, con una marcada concentración poblacional en la Comuna 8 (con el 37.2%, 60.802 habitantes), Comuna 4 (con el 22%, 34.557 habitantes), Comuna 1 (con el 17.3%, 28.287 habitantes) y Comuna 7 (con el 16.2%, 26.455 habitantes), repoblamiento que se dio, ?en vertical?, a partir de la proliferación de un mercado de habitaciones/piezas ofrecidas en alquiler.Estos datos son relevantes pues en una sociedad de mercado con políticas urbanas neoliberales, las características de empleo e ingreso de la población juegan un papel significativo en la definición de las posibilidades de acceso a una vivienda que impactan en la distribución de los grupos sociales en el espacio urbano. Las diferencias en la distribución del ingreso crean diferencias geográficas y dinamizan un desarrollo geográfico desigual, dando lugar a un espacio que no es homogéneo, sino que conforma un ?mosaico geográfico? (Harvey, 2000:99) con diferentes modos y niveles de vida, uso de los recursos, relación con el medio ambiente y formas culturales y políticas diversas. Frente a los efectos de esta dinámica remercantilizadora del suelo y la vivienda, los sectores populares desplegaron modalidades propias de acceso al hábitat, pues vivir en la Capital -y en ciertas áreas con componentes de centralidad- se volvió un recurso más de vida, y con ello, de acceso a estructuras de oportunidad (Kaztman, 1999).Las villas son una de las diversas modalidades de hábitat popular que las familias despliegan para acceder, residir y vivir en la Ciudad de Buenos Aires. En sus inicios, éstas se localizaron próximo al área centro, muy cercanas al Riachuelo, en las inmediaciones a los lugares de trabajo (cercanía al puerto) y/o a los medios de transporte (como terminales ferroviarias) que permitían conexiones con las zonas productivas (Merklen, 2009). Consideradas en un primer momento, lugar ?de paso? y ?de emergencia? para sus residentes (Oszlak, 1991), a través de los años, las villas se convirtieron en un lugar de permanencia, siendo para amplios sectores, la única alternativa posible donde vivir (Rodríguez, 2015). El mayor pico poblacional se evidenció en la década del ?70, con 213.823 habitantes, cifra que se redujo sustantivamente en los años siguientes con la implementación del plan de erradicación impulsado durante la última dictadura militar. Las villas volvieron a repoblarse de manera constante con el retorno democrático, así, a mediados de los ?90 comenzó a manifestarse un proceso de densificación de las villas tradicionales que, a causa del agotamiento de los predios vacantes, tendió a dinamizar los mecanismos de compra-venta de las viviendas y alquiler de piezas dentro del mercado informal (Cravino, 2006, 2009; Rodríguez, 2012). La informalidad remite fundamentalmente a una de las formas en las que se resuelve la relación capital/trabajo entre sectores que no logran insertarse en la economía formal de mercado laboral; proceso que a su vez provoca un cambio en la estructura socio-espacial y en la manera en que los sectores resuelven su acceso al mercado de tierra y vivienda. La noción de informalidad desbordó así las problemáticas asociadas con el mercado de trabajo y se hizo extensiva para caracterizar también la forma en que se resuelve la relación de sectores flexibilizados con el mercado de tierra y vivienda y con el sistema de propiedad (Herzer, Di Virgilio, Rodríguez &Redondo, 2008). La definición de informal no supone adherir un dualismo sobre la existencia de un mercado formal versus otro informal. La informalidad es parte constituyente de la estructura productiva y territorial de la ciudad capitalista, que pone de manifiesto el carácter segmentado de un único mercado de trabajo y de tierra que refleja la heterogeneidad constitutiva del sistema, que acumula a partir del desarrollo geográfico desigual. Por ende, existen acoplamientos e interrelaciones entre el sector informal y el formal: por ejemplo, el sector formal provee capital e insumos al informal, mientras que los bienes y servicios producidos por éste suelen ser consumidos por asalariados formales. Ya sea que se trate del mercado de trabajo y/o del mercado inmobiliario, se hace referencia a agentes que no adhieren a las reglas institucionales establecidas o bien no entran bajo su protección (Herzer, Di Virgilio, Lanzetta, Martín, Redondo & Rodríguez, 2008). Estos tipos de mercados no están liderados por agentes intermediarios típicos (como inmobiliarias), sino por redes sociales en los barrios o se desarrolla mediante la transacción ?cara a cara? entre los habitantes de los mismos o nuevos actores emergentes, como los propietarios de edificios para alquilar en villas.