INVESTIGADORES
VERZERO lorena
congresos y reuniones científicas
Título:
El crítico como intelectual: Dilemas de una figura conflictiva
Autor/es:
LORENA VERZERO, YANINA LEONARDI
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Otro; Encuentro Iberoamericano de Críticos e Inviestigadores de Teatro: Teatralidad, Discurso Crítico y Medios; 2008
Institución organizadora:
CICRIT (Círculo Internacional Itinerante de Crítica Teatral), CCEBA (Centro Cultural de España en Buenos Aires), El Muererío Teatro
Resumen:
Es nuestro propósito dejar planteados algunos interrogantes en torno al estatuto y el sentido socialmente atribuidos a la producción crítica y a la figura del crítico como intelectual en nuestro ámbito. Las preguntas que guiarán nuestras reflexiones giran en torno a: ¿Cuáles son las tareas socialmente atribuidas al crítico/intelectual, a partir de las cuales se podría pensar en dos roles diferenciados, superpuestos, o en una figura del crítico teatral como intelectual? ¿Cuáles son los parámetros de legitimación que, en un mundo regido por de la mercancía cultural, determinan diferentes relaciones de tensión entre diversos tipos de discurso crítico que luchan por el reconocimiento y el prestigio social? Para situar las reflexiones, esbozamos un panorama del rol social que ha sido delegado al intelectual desde la Modernidad hasta nuestros días, haciendo especial hincapié en las figuras de los años sesenta y setenta, momento de quiebre del paradigma moderno y con grandes influencias en la organización social del presente. Como rasgo característico de la actualidad, observamos que la lógica del capitalismo cristalizado no sólo regula los espacios parainstitucionales, sino la vida cotidiana por completo, de manera que el crítico -que concluimos por considerar parte de la esfera intelectual-, circula por una diversidad de espacios y debe desarrollar estrategias que no variarán demasiado de uno a otro. Es decir, los juegos de influencias con los que operan los medios de prensa en muchos puntos coinciden con aquellos que rigen las instituciones más tradicionales. En este marco, las preguntas abiertas siguen girando en torno a cuáles son los límites éticos del crítico –en tanto intelectual y justamente por ser un intelectual– frente al vaciamiento de sentidos al que pueden llevar el bricolage, las luchas por la visibilidad y los juegos de influencias de la lógica mercantil. Frente a este contexto social y político, uno de los riesgos es asumir un posicionamiento “políticamente correcto”, que permita evitar la confrontación y el compromiso con su realidad, perdiendo, de este modo, las particularidades que caracterizaron al intelectual en los años ‘60/70, pero garantizando el prestigio de una posición social.