BECAS
TOMASSINI HernÁn
congresos y reuniones científicas
Título:
ESTRUCTURAS MILITARES DEFENSIVAS DEL S. XIX EN EL PARTIDO DE BAHÍA BLANCA: LA ?ZANJA DE ROSAS? Y LA ?ZANJA DE CERRI?
Autor/es:
TOMASSINI, HERNÁN; PERRIERE, HERNÁN
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Congreso; VI Congreso Nacional de Arqueología Histórica Argentina; 2015
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Cuyo
Resumen:
El objetivo de este trabajo consiste en realizar un análisis comparativo sobre dos estructuras militares defensivas localizadas en el partido de Bahía Blanca. Se trata de las denominadas ?zanja de Rosas? y ?zanja de Cerri? construidas en la primera y segunda mitad del S.XIX respectivamente. Estas estructuras deben su origen al proceso de adelantamiento de la frontera con las sociedades indígenas llevado a cabo por el estado provincial y nacional. En el marco de ese proceso, en 1828 se funda la Fortaleza Protectora Argentina, origen de la ciudad de Bahía Blanca. Posteriormente, en el período 1833-1834 durante la autodenominada ?Expedición al Desierto?, mediante la cual se buscaba lograr el adelantamiento de la línea fronteriza hasta el río Negro e incorporar tierras al estado, se ampliaron y consolidaron los elementos defensivos en la incipiente localidad construyéndose dos zanjas integradas ubicadas a una distancia de entre 700 y 4000 m sobre los sectores noreste y sudoeste de la Fortaleza. Junto a estas zanjas se construyeron, cuatro pequeños fortines distribuidos en diferentes puntos a lo largo de su extensión. El límite sudoeste de la estructura conocida como ?zanja de Rosas? terminaba su recorrido en el sector costero, funcionando éste como linde natural.Por su parte, el origen de la ?zanja de Cerri? correspondía a una extensión de la ?zanja de Alsina? establecida en 1876 durante el gobierno de Avellaneda. Esta estructura fue proyectada con el objetivo de frenar las incursiones de los denominados cuatreros que recorrían la provincia en busca de ganado para comerciar. Ubicada en cercanías de la desembocadura del río Sauce Chico, tenía una extensión de 2500 m que iban desde el fortín Cuatreros hasta el estuario local. Allí terminaba su recorrido, complementando el sistema defensivo con la línea de costa y con el río. A pesar de una distancia temporal de al menos 40 años y de haber sido construidas en contextos políticos e institucionales diferentes, el relevamiento de ambas estructuras junto con el análisis del registro documental, permitieron observar que las mismas poseen algunas características en común que resultan relevantes. Por un lado, desde un punto de vista arqueológico es posible determinar similitudes en cuanto al ancho, profundidad y orientación de las mismas. Por otro lado, fueron elaboradas con una doble lógica, tanto defensiva como simbólica. Defensiva, teniendo en cuenta que buscaban frenar el avance y las incursiones de las sociedades indígenas en el territorio para luego ocupar, con fines económicos y productivos, el espacio dejado por estas. Y simbólica porque mas allá de su eficacia, o no, como elemento defensivo, servía a los propósitos de delimitar el espacio fronterizo; el método para establecer en el espacio geográfico un ?nosotros? y un ?ellos?.