BECAS
ASISS GONZÁLEZ Federico Javier
congresos y reuniones científicas
Título:
EL PUEBLO DE LAS CIUDADES CASTELLANAS COMO RECURSO DISCURSIVO EN LA CRÓ-NICA DE PEDRO I DE LÓPEZ DE AYALA: EL CASO DE TOLEDO Y BURGOS
Autor/es:
ASISS GONZALEZ, FEDERICO JAVIER; CARRIZO, WALTER JOSÉ
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Simposio; Europa: la guerra y la paz en perspectiva mundial; 2016
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Cuyo - Asociación de estudios interdisciplinarios sobre Europa
Resumen:
Es indudable que el conflicto dinástico entre Pedro I (1334-1369) y Enrique II (1333/34-1379), hijos ambos de Alfonso XI (1311-1350), trascendió el plano de la polí-tica fáctica. En efecto, éste no sólo se circunscribió al ámbito de lo bélico y lo diplomá-tico, sino que también abarcó el intelectual en su uso propagandístico. Este último esce-nario, además, posee la particularidad de ser aquél en el que la lucha entre ambos her-manos más se prolongó, desarrollándose, inclusive, hasta pasadas varias décadas después de la muerte de Pedro I. Tal situación sólo puede explicarse a partir de la necesidad de la dinastía Trastámara de legitimar su acceso al poder regio y de arrebatar los derechos sucesorios a los descendientes del rey asesinado. En este sentido, el género de la «crónica», «Forma medieval de la historiografía» (Siebenmann, 1995: 67), jugó un papel central en la construcción de la imagen de Enrique II como soberano legítimo. Ahora bien, entre todos sus exponentes sobresale la Coronica del serenissimo Rey Don Pedro, hijo del Rey Don Alonso de Castilla? (ca.1379-1395), del Canciller Don Pedro López de Ayala (1332-1407). Su importancia, radica no sólo en el hecho de que su autor atestiguó la lucha fratricida, participando activamente en ella; sino que también, como defensor del partido trastamarista, ocupó funciones de relevancia en los reinados de Enrique II, Juan I y Enrique III. Por ello, analizar la descripción que realiza del reinado de Pedro I resulta relevante para apreciar cómo el discurso histórico opera en la funda-mentación del poder político. Basado en este supuesto, el propósito último de este traba-jo consiste en comprender cómo el cronista «dibujó» la figura de Pedro I a efectos de demostrar que, debido a su «cruel» accionar, dicho rey se convirtió en el enemigo del reino de Castilla y León, como consecuencia, para ser un poco más precisos, de las malas decisiones que tomó en dos de sus ciudades más importantes, tanto en términos eco-nómicos como simbólicos: Toledo ?caput Hispaniae? y Burgos ?capital del reino de Castilla y punto clave en el sistema de la Mesta?. Ahora bien, para alcanzar nuestro cometido, recorreremos el discurso político historiográfico del Canciller, deteniéndonos, específicamente, en los momentos en los que se refiere a la intervención de Pedro I en las urbes mencionadas, con el fin de develar cómo la conducta que le es atribuida en ellas funciona discursivamente como un medio para justificar el cambio dinástico por una «decisión divina» justificada por incumplimiento de las obligaciones que el rey tenía con su pueblo.