“Marcel Duchamp ‘entre’ la materialización de lo invisible: notas sobre algunos ready-mades de notable ¿liviandad?”

ORNELA SOLEDAD BARISONE

Madrid

Otro; Filosofía del Arte; 2009

Filosofía del arte, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Madrid

El arte contemporánea se vuelve nihilista a nuestros ojos. Es posible constatar cómo, a partir de un urinario duchampiano, todo puede ser objeto de arte. La regla del ‘todo vale’ da cuenta de una pérdida del sentido, de una pérdida de estatuto de aquellos valores que antaño se consideraban supremos. “Todo el arte contemporánea nos puede parecer igualmente valioso o igualmente despreciable” (Cereceda, 2006: 50) En este orden de ideas, nos interesa situarnos en un problema que nos resulta imprescindible en algunas de las propuestas de Marcel Duchamp: la exposición de la nada como objeto artístico. Este problema, creemos, se halla relacionado con aquel que posteriormente expone nítidamente el artista Yves Klein cuando el 28 de abril de 1958 presenta en la pequeña galería Iris Clert de París “El vacío”. El vacío debía servir para “encontrarse de lleno en la propia sensibilidad pictórica.” Por qué pensamos en esta asociación, se nos objetará. Principalmente, porque es un modo de introducir uno de los trabajos y reflexiones de Duchamp en torno a lo “Infra-mince.” Este cruce, intenta poner en diálogo una de las estrategias de lucha “contra la estética y la calística” declaradas por el propio Marcel. Cómo se llega a esta cuestión, sería un interrogante posible. La posible respuesta pretende relacionar el vacío con esos ready-mades duchampianos en los que lo Infra-leve se pone de manifiesto. Sin duda, es un hecho que da cuenta de la intención explícita de desestetizar el arte, de alterar los lentes a partir de los cuales acostumbramos a ver el mundo. Esta relación permite mostrar también, el modo en que se tiende a la utilización de materiales cada vez menos perceptibles, se evidencia una ruptura con lo visible que Duchamp intenta poner en juego toda vez que incita al espectador (ya no expectante sino actuante y mirón) a redescubrir otros sentidos con los que mirar el arte. Vender la nada, vender el aire, vender el vacío son gestos que el arte contemporánea nos obliga a revisar.