INVESTIGADORES
GEORGIEFF sergio Miguel
congresos y reuniones científicas
Título:
Trazas fósiles en el miembro inferior de la Fm. Bajo Barreal: su implicancia en modelado de reservorios, región sur del río Deseado, Golfo de San Jorge, Provincia de Santa Cruz, Argentina
Autor/es:
FERREIRA, M.L.; REPICH, S.; GEORGIEFF, SERGIO M.; ARNOSIO, M.
Lugar:
Puerto Madryn
Reunión:
Congreso; 14ª Reunión Argentina de Sedimentología; 2014
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Sedimentología
Resumen:
Los afloramientos de la Fm. Bajo Barreal, sección tobácea (Miembro inferior) en la región sur del río Deseado, provincia de Santa Cruz (Fig. 1), están formados por una intercalación de areniscas, limolitas y tobas. Esta formación es una unidad continental que en subsuelo puede correlacionarse con reservorios de yacimientos hidrocarburíferos actualmente en producción. La asociación de facies de los cuerpos arenosos pertenece a sistemas fluviales efímeros, con un importante aporte piroclástico. Esta situación geológica determina condiciones particulares en los sistemas de porosidades y permeabilidad de los reservorios en subsuelo tales como porosidades altas generadas por macroporos producto de la disolución de los clastos volcánicos y bajas permeabilidades generadas por la obstrucción de conexiones entre gargantas porales debido a la removilización de arcillas, principales productos de la mencionada disolución. La ocurrencia de fósiles en determinadas posiciones estratigráficas de los niveles arenosos, limosos y tobáceos, son elementos de correlación a tener en cuenta en la reconstrucción de modelos geológicos conceptuales y cuantitativos de sistemas fluviales y características petrofísicas de dichos niveles. Las trazas fósiles, ocurren siempre hacia el tope de los niveles arenosos, cuya potencia oscila dentro del rango de 40?70 cm. En todo su espesor se desarrollan niveles bioturbados. Se reconocieron tipos de ramificación, ?verdadera o simultánea?, típica de galerías de crustáceos. También dos tipos de rellenos, pasivo activo, este último caracterizado por la presencia de meniscos. Se distinguen diferentes tipos de excavaciones tales como ?verticales? de diámetro entre 1,5?2 cm, longitud entre 10?15cm y las de forma en ?J? o ?S?, con diámetro de 1,5 cm cuya longitud es superior a los 15 cm (Fig. 2). En relación con las características petrofísicas de estos niveles y a escala de registros de perfiles de pozos se observan cambios importantes en las variaciones geométricas de las curvas de potencial espontaneo (SP), resistividad, conductividad y curvas especiales como densidad-neutrón (determina porosidad) y sónico (determinan porosidad). Disturbación de estructuras sedimentarias, que pueden observarse en imágenes de pozo. Estos niveles bioturbados son vulnerables a la hora de punzar y estimular con fractura hidráulica un reservorio. La práctica de fracturar una roca en profundidad es un método común en la industria, las clásicas fracturas crecen en la vertical, al atravesar niveles vulnerables como los bioturbados, generan una rápida situación de removilización de ?finos? en el reservorio, que dificulta la extracción de los fluidos del mismo. Identificando las facies de niveles bioturbados, puede acotarse la región de punzados, y prevenir la alta removilización de finos dentro del reservorio. Si bien el conocimiento sobre trazas fósiles no es necesario a la hora de poner en producción un nivel petrolero, consideramos que la identificación de tales niveles bioturbados pueden resultar importantes al momento de predecir facies dentro de un modelo estocástico, pudiendo ajustar más la cuantificación de las zonas de niveles de baja calidad de reservorios y de alta calidad.La metodología de correlación entre subsuelo y superficie permite ajustar modelos geológico cuali y cuantitativos y otorgarles un carácter predicitivos. Sumado a la correlación de pozos, la ubicación de estos niveles bioturbados podemos asegurar la correlación lateral de facies fluviales permitiendo delimitar el sistema fluvial e inferir la continuidad de los reservorios (Fig. 2).