INVESTIGADORES
LUXARDO Natalia
congresos y reuniones científicas
Título:
Etnografías de la inequidad en salud
Autor/es:
LUXARDO, NATALIA
Lugar:
Quilmes
Reunión:
Jornada; Pre-jornadas interdisciplinarias sobre cuidados/cuidadorxs en salud. Enfoques y Derechos; 2015
Institución organizadora:
Red Argentina de Investigaciones sobre Cuidados en Salud (RAICES) y Universidad Nacional de Quilmes
Resumen:
Hablar de inequidades, desigualdades o disparidades en salud requiere de algunas precisiones terminológicas. Bouchard, Albertini & Batista (2012) analizaron a través de un estudio bibliométrico la utilización de estos términos en la literatura académica anglo-sajona y notaron que el concepto de desigualdad e inequidad eran los más utilizados durante los ´80 y ´90, pero que desde el año 2003 aparecía con más fuerza el de disparidades. Sin embargo, este último connota una cierta neutralidad y se lo asocia más con el concepto de ?diferencia? o ?diversidad?. En este proyecto se hablará de inequidades, remarcando el carácter de injusticia de las mismas. El reconocimiento de las inequidades en salud como un problema prioritario en el campo de la Salud Pública ocurre en los ´80, después de una década de estudios que documentan el papel central que cumplen los determinantes sociales en la morbi-mortalidad de las poblaciones (Bouchard, Albertini & Batista, 2012). En efecto, si bien en los ´60 existe un primer antecedente en la investigación de Meltsner (1966) acerca de la discriminación racial y el acceso a la atención médica, es recién a partir del ?70 cuando en la literatura académica emerge este tipo de investigaciones. Townsend (1973) plantea si las prácticas de atención de la salud tenían en cuenta las estructuras de desigualdad social, respondiendo que el acceso a la salud de determinados grupos ?entre los que se encuentran los enfermos crónicos y los adultos mayores ? era desigual. En 1980 aparece la investigación que constituye el paradigma de los estudios sobre las desigualdades en salud, el llamado Black Report (Black, 1980), que aportó evidencia para sostener la hipótesis que planteaba que las diferencias en las tasas de mortalidad y morbilidad de la población del Reino Unido -para todos los sexos y edades- estaba relacionada con la clase ocupacional ?indicador proxy de clase social. Dicho estudio confirmó que las desigualdades en salud se debían a causas socio-económicas y a determinantes sociales tales como ingreso, educación, empleo, medio ambiente y estilo de vida, todos estos factores fuentes de salud y de enfermedad. De este modo, empieza formularse la teoría que sostiene que las inequidades en salud se deben a los contextos de vida de las personas. Más recientemente Marmot (1991) en su Whitehall II Study vuelve a aportar evidencia sobre la persistencia de la morbilidad diferencial entre clases sociales en el Reino Unido: a menor posición en la escala social, mayor incidencia de las enfermedades más prevalentes y mayores factores de riesgo asociados. Otras investigaciones como las de Wilkinson (1992), Ferh & Schmidt (1999), Martin et al. (2003) y otros contribuyeron a consolidar esta teoría de las diferencias en las tasas de morbi-mortalidad de las poblaciones son debidas a los determinantes sociales: sexo, educación, estatus socio-económico, etnicidad, condiciones de vida y de trabajo. De este modo, Marmot (2004) postula la existencia del síndrome del estatus, por el que las desigualdades sociales conducen a las desigualdades en salud. Este tipo de investigaciones alcanza su pico máximo con el establecimiento de la Organización Mundial de la Salud de una Comisión sobre los Determinantes Sociales en Salud, cuyo último informe fue presentando en la Declaración Política de Río (WHO, 2011) pidiendo el compromiso de los Estados de participar en una política global que permita abordar los determinantes sociales de la salud y reduzcan las inequidades que producen.