Los obrajes jesuitas en el antiguo San Miguel de Tucumán (Ibatín): Una aproximación arqueológica.

BABOT, MARÍA DEL PILAR; SALOMÓN HOCSMAN, ÁLVARO R. MARTEL Y ANDREA TOSELLI

San Miguel de Tucumán

Jornada; III Jornadas de Comunicaciones Internas de la Facultad de Ciencias Naturales, UNT; 1997

Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad Nacional de Tucumán

El antiguo curso del cauce principal del río Pueblo Viejo en los últimos siglos migró hacia el sur, pudiendo llevarse o sepultar las instalaciones de los hornos de tejas y de cal trasladados a los éjidos de la ciudad en 1633.  Creemos que, de existir restos de estos aún, sería muy dificultoso hallarlos pues estarían bajo una importante cantidad de sedimentos fluviales depositados durante las crecidas e inundaciones.  A su vez se suman las modificaciones y/o destrucciones del patrimonio arqueológico, causadas por la construcción de la acequia Santa Rosa que actualmente cruza por el sector norte de la antigua ciudad.              Por su parte los hornos originales, situados en la banda norte del río del Pueblo Viejo, si bien pudieron sufrir los efectos de la dinámica fluvial en una forma más atenuada, es probable que se hallan visto más afectados por las prácticas agrícolas actuales.             Suponemos que ambos habrían sufrido los efectos del desmantelamiento y abandono previo a su traslado (hacia los éjidos de la ciudad y hacia la Toma, respectivamente), de los procesos pedogenéticos y del crecimiento y desarrollo de la vegetación que, en el piedemonte es particularmente densa.            Después del análisis de todos estos procesos, consideramos que los vestigios, que esperamos hallar asociados a los obrajes serían las estructuras de los hornos hechas de ladrillos refractarios, tejas, ladrillos, baldosas, tabletas para almohadillado, cal, sectores de acumulación de las materias primas (piedra caliza, arcilla, arena) o de leña, elementos en proceso de fabricación (como masa sin cocer), sectores de acumulación de residuos (como impurezas de la materia prima, materia de mala calidad, piezas mal confeccionadas), implementos de trabajo (como palas, picos, moldes, clavos, etc.) recipientes de cerámica, loza o madera, restos de algún tipo de construcciones accesorias (contenedores de agua, estructuras de cavado para postes, postes y vigas), estructuras de combustión, zonas de rubefacción, estructuras de forma o composición particulares del sedimento que denoten la existencia en otro momento de alguna de estas actividades, etc..