INVESTIGADORES
DEL OLMO Ismael
congresos y reuniones científicas
Título:
Imposturas diabólicas en la Inglaterra Isabelina: la controversia entre Samuel Harsnett y John Darrell
Autor/es:
ISMAEL DEL OLMO
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Simposio; V SIMPOSIO INTERNACIONAL RELIGIOSIDAD, CULTURA Y PODER; 2014
Institución organizadora:
Grupo de Estudios sobre Religiosidad y Evangelización (GERE)
Resumen:
En una página de El hilo y las huellas, Carlo Ginzburg insta a entrometer las herramientas de la historia también en las simulaciones culturares, en lo decisivamente aparente: ?Nadie ―dice― pensará que sea inútil estudiar leyendas falsas, acontecimientos falsos, documentos falsos?. La temprana Modernidad europea (vagamente, del siglo XVI al XVIII) resulta un escenario privilegiado para tales inquisiciones. Es sabido que la época tuvo fascinación por la simulación. Asiste a un cambio profundo en cuanto a las categorías superpuestas de verdad, error, mentira, certeza, engaño; es, al decir coral de Silvia Berti, Sophie Houdard, y Miriam Eliav-Feldon, un período dominado por el fenómeno cultural de la disimulación, la impostura, la sospecha y el equívoco. Renacimiento y Reforma, nuevos puntos de tensión, presentaron cambios en la idea misma de verdad ―en particular, de la verdad sobre las relaciones entre lo sacro y lo profano, mejor explicitadas quizá en la multiplicación de confesiones, teologías, y mediaciones, avivadas por el fuego cruzado de las acusaciones de superstición, heterodoxia y herejía―, abriendo espacios novedosos para la impostura y el fraude. La exposición intentará rastrear este tópico en la Inglaterra reformada. En pleno desarrollo de su ruptura cultural, la isla se asienta en una corriente particular de escepticismo religioso, conectada con la sospecha sobre lo auténtico. Los inicios mismos de la Reforma inglesa pueden bien tener su literal bautismo de sangre en un caso de simulación: la ejecución, en abril de 1534 (el año de las siamesas Treason Act y la Act of Supremacy) de la visionaria Elizabeth Barton, cuyas profecías amenazaban la salud ultraterrena del rey Enrique VIII. Fue acusada de falsaria; sus enemigos en la corte declaraban a Barton como ejemplar dilecto de la Iglesia de Roma, ?a feigned and forged church?. La insistencia en las imposturas de esta ?forged church? sería una constante en el proceso de construcción de una hegemonía anglicana hasta bien entrado el siglo XVII. La Reforma inglesa dijo darse a sí misma una misión: constituir una máquina basada casi exclusivamente en la operación de des-cubrir toda impostura religiosa. Lo atestiguan la confesionalización de la cultura material con la furia iconoclasta a partir de 1536, el espectáculo de desacralización con la destrucción de reliquias e imágenes, y el vaciamiento de ritos y liturgias.En este marco es que pueden comprenderse las polémicas en torno de los exorcismos católicos y puritanos que tuvieron lugar entre 1580 y 1599. Se sabe que los anglicanos Richard Bancroft y Samuel Harsnett (obispo de Londres y ministro, respectivamente) procesaron judicialmente a sendos grupos; sus investigaciones partieron de la acusación de fraude e impostura. En el presente trabajo nos concentraremos en la disputa demonológica que la High Commission juzgó en Londres entre 1598 y 1599, quizá la querella más espectacular en torno de la posesión simulada en la temprana Modernidad. Los exorcismos que el heterodoxo ministro puritano John Darrell llevó a cabo a fines del siglo XVI entre Burton, Derbyshire, Lancashire y Nottingham fueron objeto de una controversia feroz, que terminó con su enjuiciamiento y el de sus endemoniados fingidos. El debate no sólo fue útil a la conformación de la ortodoxia anglicana, sino que llegaría a transformar a largo plazo la percepción insular sobre los fenómenos extraordinarios en los planos de la cultura popular, la legislación canónica y la medicina. Por otra parte, en el ridículo y la crítica feroz al exorcismo de estos posesos sindicados como falsarios, se intentará subrayar una instancia quizá inadvertida de aquél ?repudio del ritual? que Peter Burke intuyó como característico de la temprana Modernidad. Partiremos del análisis de la obra que Samuel Harsnett dedicó a la desacreditación de Darrell cuando el juicio todavía seguía en pie (A Discoverie of the Fraudulent Practises of John Darrell, Londres, 1599). Allí, remarcaremos tres estrategias principales: la identificación de Darrell con los católicos contemporáneos; la asociación de Darrell con el paganismo antiguo; y la ridiculización de su práctica exorcística. A su vez, se intentarán identificar los posibles aportes de los que se habría nutrido la obra de Harsnett: el contemporáneo Discours veritable sur le faict de Marthe Brossier de Romorantin, pretendue demoniaque, que el médico Michel de Marescot publicó en París en 1599 para conjurar un caso de posesión fingida que alteraba la paz entre católicos y hugonotes en Francia ―y que un tal Abraham Hartwell, cercano aliado de Harsnett, tradujo presuroso; la reapropiación del anti-demonológico Discoverie of Witchcraft (Londres, 1584) de Reginald Scot, inicialmente dedicado a combatir a los católicos; y, por último, quizá la obra pionera del escepticismo respecto de los fenómenos extraordinarios, De praestigiis daemonum (Basilea, 1563), del médico Johannes Wier. A partir del análisis de un hecho menor, fugaz, de la Inglaterra isabelina, se espera contribuir a desentrañar las complejas relaciones que la ortodoxia anglicana en constante formación estableció con la heterodoxia puritana, siempre más predispuesta a enlistar el contacto directo con lo sobrenatural y lo demoníaco en su arsenal evangélico.