BECAS
ABUD SIERRA Maria Laura
congresos y reuniones científicas
Título:
MONITOREO DE POLEN AÉREO Y DE LOS TRASTORNOS ALÉRGICOS EN MAR DEL PLATA A LO LARGO DEL AÑO
Autor/es:
MARÍA LAURA ABUD SIERRA; FABIANA LATORRE; BAILLEAU, FLORENCIA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; XXXVIII Congreso Anual AAAeIC,; 2015
Resumen:
El polen de la atmósfera de Mar del Plata se origina mayoritariamente de la vegetación anemófila del área urbana y periurbana (Latorre et al., 2001). Además de conocer este origen, un análisis del momento en que cada tipo polínico está presente y en qué cantidad, es sumamente importante para establecer un diagnóstico preciso e iniciar a tiempo un tratamiento terapéutico o preventivo en pacientes sensibilizados (Subiza et.al 1995) El objetivo de este trabajo fue identificar los granos de polen y determinar su abundancia a lo largo del año (septiembre 2013-agosto 2014). Estos datos fueron cruzados con información de 54 pacientes que acudieron al Centro de Asma y Alergia de Mar del Plata durante el mismo periodo. Se utilizó un muestreador tipo Burkard/Lanzoni ubicado en el centro geográfico del casco urbano. Las muestras diarias se analizaron al microscopio óptico con un detalle horario; se identificaron los granos en base a colección de referencia y bibliografía. Los datos se expresaron en valores absolutos de concentración: polen/m3 aire. El 70% del polen correspondió a árboles (Fig. 1) y los más abundantes Cupressus (ciprés), Cedrus (cedro), Moraceae (moras), Platanus (plátano) y Acer (arce); las gramíneas (Poaceae) ocuparon el segundo lugar. Todos presentan alergenicidad moderada y alta según la escala internacional y se registran en distintos momentos del año. Si bien un alto porcentaje (43%) de los pacientes realizó su primer consulta en primavera, estación con mayor cantidad de polen (36% del anual), el polen alergénico se encuentra en las distintas estaciones del año (Fig. 2) las cuales deberían evaluarse para un tratamiento apropiado de los afectados que consultan en verano, otoño e invierno (Fig. 3). Rinitis (38 %) y rinoconjuntivitis (29%) fueron los síntomas más frecuentes, coincidiendo con Navarro et al. (2005). Según los resultados sería muy importante dirigir los tratamientos específicamente con aquellas especies alergénicas abundantes que están en la atmósfera en la estación del año en la cual el paciente manifiesta síntomas.