INVESTIGADORES
MONTES Alejandro
congresos y reuniones científicas
Título:
Estructura interna de los depósitos litorales del Holoceno en la zona del río Chico, Tierra del Fuego.
Autor/es:
MONTES, ALEJANDRO; BUJALESKY, GUSTAVO GABRIEL
Lugar:
Ushuaia
Reunión:
Congreso; VI Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología; 2015
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Cuaternario y Geomorfología
Resumen:
La planicie de cordones litorales ubicada en la zona baja de la cuenca del Río Chico, Tierra del Fuego, posee una superficie de 52 km2. La misma se desarrolla a partir del retrabajo de depósitos glacifluviales y principalmente glaciarios ubicados al norte, en la zona de Punta Sinaí (Drift Río Cullen, Meglioli et al. 1990). A su vez, la canibalización de sus propios sedimentos ha contribuido en su desarrollo (Isla y Bujalesky 2000) el cual ha sido el principal causal de la colmatación de los ambientes de bahía constituidos durante el Holoceno medio (Montes y Bujalesky 2014). El sentido de crecimiento de estos depósitos es hacia el sur, a partir del transporte de sedimentos generado por la deriva litoral regional. Al S de la zona de estudio se reconocen espigas desarrolladas durante el Holoceno tardío (Montes y Bujalesky 2012) que evidencian variaciones en la dirección del transporte de sedimentos. Para el estudio de su estructura interna se trabajó con Georadar, utilizando las antenas de 200 y 400 MHz. Se efectuaron 41 perfiles cubriendo una distancia total de 3.373 m de registración, a partir de los cuales se identificaron las principales facies radar. Su interpretación se sustenta en el análisis morfológico de la playa actual realizado mediante la generación de perfiles topográficos con GPS diferencial y de los escasos afloramientos asociados a canteras de extracción de áridos (Fig. 1). En dichos registros se caracterizaron las principales superficies de erosión, cuya distancia en los relictos de espigas fósiles es menor que en la planicie de cordones, promediando poco más de 30 m. La pendiente de las superficies erosivas se encuentra entre 4 y 5°, tanto en las espigas como en la planicie de cordones, ya que responde principalmente a la granulometría de los depósitos de playa. Estas superficies erosivas en la planicie de cordones se asocian estrictamente a canibalización, aunque en las espigas también se las vincula con su migración hacia el continente por rodamiento transgresivo (rollover, Orford et al. 1990; Montes y Bujalesky 2012). El desarrollo de las facies identificadas en la planicie de cordones litorales es principalmente progradante (Fig. 1.b) predominando la facies pbf. Esta facies posee reflectores paralelos o subparalelos a la superficie erosiva anterior y representan períodos de estabilidad en las condiciones de sedimentación (nivel del mar, disponibilidad de sedimentos y clima ?viento/olas-). Dicha facies tiene una baja representación en los depósitos de la espiga fósil, y no se registra en la espiga actual. En los registros realizados en forma paralela a las crestas de los cordones litorales se observan reflectores horizontales, del mismo modo en que se dispone la estratificación en los cortes de las canteras orientados de esta forma. Existen facies radar con sobredepositación y algo de sobrelavado (ot/ow), pero al no generarse un ambiente restringido propiamente dicho, salvo una pequeña depresión tras la berma, predomina la sobredepositación en la zona alta del frente de playa. En contraposición, en los registros obtenidos en las espigas fósiles y en la actual pueden reconocerse facies de marisma (ma) correspondientes a ambientes restringidos. Estas facies son cubiertas o se interdigitan con facies de abanicos de sobrelavado (owf) que poseen un sentido de crecimiento hacia el continente. A pesar de que tanto en las planicies de cordones litorales como en las espigas se identificaron superficies de erosión bien definidas que evidencian ?pulsos transgresivos?, sólo en estas últimas se identifican estas facies que representan un movimiento retrogradante de los depósitos a partir del rodamiento transgresivo. Aun considerando las diferencias mencionadas, la facies br que representa la migración y acreción de barras intermareales hacia el continente conformando bermas de playa (ejemplo f3-br, Fig. 1.b) es recurrente tanto en los registros de la planicie de cordones litorales como en los registros realizados en los depósitos de las espigas fósiles. La pendiente hacia el continente de los reflectores de esta facies refleja claramente el sentido de la migración de las bermas mareales, acorde a los modelos planteados por Sunamura y Takeda (1984). Esta facies se encuentra en general entre los 2,40 m y los 6 m de profundidad, ubicándose en el sector intermareal medio/alto. Las superficies erosivas que limitan a las facies pbf y br evidencian los procesos de canibalización que sufre la planicie de cordones litorales en su desarrollo y la elongación de sus cordones hacia las zonas distales a partir de la erosión de sus propios sedimentos. El predominio de la facies pbf en los registros realizados sobre la planicie de cordones litorales refleja el carácter progradante de su estructura interna. Su escasa representación en los registros obtenidos en las espigas vinculadas a la etapa final de colmatación de los ambientes de bahía, evidencia la escasez de detritos generada por la rectificación de la costa. Esta escasez origina la erosión en el frente de playa y permite la migración de las espigas por rodamiento transgresivo.