INVESTIGADORES
PEREZ MILLAN Maria Ines
congresos y reuniones científicas
Título:
De la Ingeniería de tejidos al remodelamiento cardíaco
Autor/es:
PÉREZ MILLÁN M. INÉS
Lugar:
Capital Federal
Reunión:
Congreso; XXXI Congreso Argentino de Cardiología; 2004
Resumen:
Los miocitos cardíacos adultos son quiescentes y hasta el momento se desconoce, no sólo la existencia de células stem cardíacas, sino también la capacidad de los miocitos adultos de reingresar en el ciclo celular como respuesta a una injuria. Hasta el momento existe sólo un trabajo en el que se asegura haber hallado indicios de mitosis en zonas cercanas a un área infartada1. De todos modos, si el miocardio sufre una lesión isquémica, como un infarto, no se ha comprobado hasta ahora que pueda ser reparado a través de la regeneración de miocitos funcionales, sino que es reemplazado por tejido fibroso, con la consiguiente pérdida de su función. Contrariamente, las células de músculo esquelético tienen capacidad de regenerar en situaciones de lesiones que se manifiestan con pérdida de tejido, debido a la existencia de células satélite. Estas son mioblastos no diferenciados funcionalmente y que no se distinguen de unos músculos a otros. Se las considera las células troncales (stem) musculares, y residen en la lámina externa, entre las células musculares y el endomisio. Al ser estimuladas por distintos factores que están presentes en las lesiones musculares, entran en el ciclo celular, se multiplican, migran a la zona dañada y por diferenciación posterior reparan los miocitos perdidos en la lesión muscular, devolviendo la funcionalidad perdida. La terapia celular ha surgido en los últimos tiempos como una alternativa factible para el tratamiento de diversas patologías. En el caso de patologías cardíacas, se mencionan en la bibliografía diversos tipos celulares que podrían ser utilizados en trasplantes celulares, con el objeto de remodelar o estimular la remodelación del tejido cardíaco dañado. Dichos tipos celulares son cardiomiocitos fetales, adultos, líneas celulares (células inmortalizadas), células stem de médula ósea y mioblastos de músculo esquelético. Cada uno de estos tipos de células presenta ventajas y desventajas. Así, el uso de cardiomiocitos fetales, con gran capacidad de proliferación, está asociado a problemas éticos no resueltos aún. Por otro lado, los cardiomiocitos provenientes de tejido miocárdico adulto tienen escasísima o nula capacidad proliferativa, con lo cual su uso está prácticamente descartado. Las líneas celulares de origen cardíaco son células transformadas, con lo cual su potencial tumorigenicidad nunca puede ser descartada. Las células stem de médula ósea, cuya potencialidad pareciera indefinida, se han mencionado en los últimos tiempos como las candidatas ideales para patologías de distintos orígenes. Sin embargo, su capacidad de transdiferenciación, es decir, de diferenciarse en tipos celulares diferentes a los distintos linajes presentes en la médula ósea, está siendo cuestionada últimamente. Por último, las células musculares esqueléticas pueden ser cultivadas in vitro e implantadas en la zona peri-infarto del miocardio, donde posteriormente se diferenciarían, estimuladas por el ambiente cardíaco, adoptando un fenotipo tipo miocito cardíaco, estableciendo interacciones con los cardiomiocitos del huésped para, de este modo, reparar el tejido dañado. El uso de estas células en trasplante celular constituye un enfoque atractivo, dado que se trataría de un trasplante autólogo, eliminando la necesidad de usar citostáticos en el paciente receptor. Sin embargo, es necesario un análisis más profundo, basado en evidencias experimentales, con el objeto de establecer si se produce una verdadera integración entre los dos tipos celulares (células implantadas y miocitos del huésped), si hay evidencias de arritmias, proliferación celular, tipo de diferenciación o fusión celular, por mencionar algunos de los probables eventos que pudieran producirse.