INVESTIGADORES
NEPOTE Valeria
congresos y reuniones científicas
Título:
SODIO: HÁBITOS DE CONSUMO EN JÓVENES
Autor/es:
BELLOMO, C.; GALLÍO, G.; MENGARELLI, M.; MORENO, J; NEPOTE, V.; RYAN L.
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Congreso; III Congreso de Alimentos siglo XXI; 2013
Institución organizadora:
CASLAN
Resumen:
El objetivo del presente trabajo fue identificar fuentes alimentarias de sodio, hábitos
alimentarios y factores conductuales que influyen en el contenido total de este mineral en la
dieta habitual de jóvenes universitarios. Para ello se encuestaron 300 estudiantes de 18 a 30
años de ambos sexos, pertenecientes a universidades públicas y privadas, de la ciudad de
Córdoba, Argentina. La frecuencia alimentaria consideró alimentos de alto, medio y bajo
contenido de sodio para determinar la contribución a la dieta habitual y un cuestionario
indagando hábitos alimentarios y factores conductuales respecto a la utilización de sal. Se
seleccionaron grupos de alimentos para su análisis. Del análisis de datos resultó que los
grupos de alimentos que aportaron mayor cantidad de sodio fueron: cereales y derivados
(40%), principalmente pastas frescas y panes; cárneos (24%), en orden decreciente:
embutidos, fiambres y carnes rojas. Sopas, salsas, caldos, pickles, aceitunas, aderezos
(14,5%), lácteos (14%). Los grupos de bebidas, frutas desecadas, vegetales congelados,
enlatados; dulces y grasas fueron los de menor contribución (2 y 3%). El consumo
promedio de sodio aportado por los alimentos considerados en la encuesta fue 3300±1700
mg Na/día, en mujeres 2900±1500 mg Na/día, en hombres 4480±1840 mg Na/día,
encontrándose diferencias significativas. Los hábitos alimentarios identificados mostraron
que un 39% llevaba el salero a la mesa, 68% agregaba sal a la cocción, 65% lo hacía en
todas las preparaciones y sólo el 9% consumía sal baja en sodio. Los factores conductuales
demostraron que un 69% de los universitarios no leía el contenido de sodio de los
rotulados, 58% no conocía las fuentes de sodio y 53% no registraba con qué frecuencia
compraba sal. De este estudio se concluye que los alimentos de mayor contribución de
sodio a la dieta, los hábitos alimentarios y factores conductuales que determinan el aporte
total de este mineral, podría resultar una herramienta efectiva para la reducción del
consumo del mismo, la promoción de hábitos alimentarios saludables y la disminución de
la incidencia de las enfermedades asociadas a su ingesta.