INVESTIGADORES
VIGLIANO Carlos
congresos y reuniones científicas
Título:
ONDAS Q EN LA MIOCARDIOPATIA CHAGASICA CRONICA. HALLAZGOS CLINICOS, HEMODINAMICOS Y ANATOMOPATOLOGICOS. VALOR PRONOSTICO Y EVIDENCIAS DE PROGRESION LESIONAL
Autor/es:
MIGLIORE R; ARMENTI H; VIGLIANO C; VIOTTI R; GUERRERO F; LAPUENTE A
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Otro; Premio Rafael A. Bullrich de la Academia Nacional de Medicina.; 1993
Institución organizadora:
Academia Nacional de Medicina
Resumen:
Objetivo: evaluar el significado clínico, hemodinámico, la correlación con la anatomía patológica (AP) y el valor pronóstico de las ondas Q en la miocardiopatía chagásica crónica (MChCr) a través de un seguimiento prospectivo. Material y métodos: se estudiaron 70 pacientes (p), 30 mujeres y 40 hombres (edad promedio 44.3 + /- 8.5 años) portadores de enfermedad de Chagas, a los cuales se les efectuó historia clínica, ECG, Rx tórax, mapeo electrocardiografico anterior de 35 derivaciones (MEA), prueba ergométrica graduada (PEG), ecocardiograma (ECO) modo M y 2-D, Holter 24 horas, hemodinamia (HE) (10 p) , perfusión miocárdica (PM) con Talio 201, radiocardiograma (R) con Tecnecio 99 (l0p) y AP en 5 p fallecidos. Se repitió el MEA a los 4 años (23 p) y se realizó el seguimiento longitudinal durante 8 años. Se definió a las ondas Q patológicas como >= 0.04" y se efectuó la sumatoria en el MEA con el índice de Q (IQ). A fin de evaluar los hallazgos clínicos, HE y AP, los p fueron divididos en dos grupos: con ondas Q patológicas (Q) 27 p (38.5%) y sin ondas Q (no Q) 43 p (61.5%). Para el análisis estadístico se utilizó el test t de Student, chi cuadrado y el coeficiente r de correlación. Resultados: Hallazgos clínicos: la disnea estuvo presente en 14 p Q y 7p noQ (p<0.001). ECG: no se observaron diferencias significativas entre los dos grupos en la incidencia de arritmias ni trastornos de conducción. Rx: cardiomegalia moderada a severa presentaron 16 p Q y 14 p noQ (p<0.05). PEG: no hubo diferencias entre los dos grupos al considerar la carga alcanzada y las arritmias. ECO: el grupo Q mostró mayor dilatación (DDVI 6,3 +/- 0,7 cm) que el noQ (DDVI 5.6 +/- 0,6 cm) (p<0.01) al igual que mayor alteración de la motilidad parietal. HE: permitió descartar enfermedad coronaria asociada como causa de onda Q en todos los p. Discinesia apical en 3 p. R: la fracción de eyección (FE) obtenida se correlacionó significativamente con el IQ (r= -0.84 y = 58 -1.2 x) y con la FE de HE (r= 0.84). PM: todos los p Q tuvieron déficit de perfusión anterior y apical. Holter: no hubo diferencias entre los dos grupos al comparar las arritmias ventriculares. Aparición de nuevas ondas Q: se registró un incremento del IQ del 0.64 +/- 1 a 5.85 + /- 2 (p<0.001) luego de 4 años. AP: se realizó en 5 p fallecidos cuantificándose el grado de fibrosis morfométricamente en subepicardio (22%), mesocardio (26%) y subendocardio (19%) correspondiendo las áreas de fibrosis severa subepicárdica (mayor de 20%) con presencia de onda Q. Curva de sobrevida actuarial: los p Q tuvieron menor sobrevida a los 4 años (82% vs 93%) (p<0.05) y a los 8 años (71% vs 90%) (p<0.01). Conclusiones: 1) la presencia de ondas Q se asoció con mayor incidencia de disnea, cardiomegalia, dilatación de VI, alteraciones de la motilidad parietal, correlacionándose inversamente el IQ con la FE. 2) En las regiones que topográficamente se corresponden con las ondas Q se observó un patrón de distribución de fibrosis con predominio en mesocardio y subepicardio. 3) Se evidenció progresión en la extensión de la fibrosis a juzgar por el incremento del IQ a los 4 años de seguimiento. 4) La presencia de ondas Q se asoció con mayor mortalidad a los 4 y 8 años, por lo cual debe ser considerada signo de mal pronóstico en la MChCr.