INVESTIGADORES
ISON Mirta Susana
congresos y reuniones científicas
Título:
Factores generadores de conductas problema en niños
Autor/es:
MIRTA SUSANA ISON
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Jornada; Expositora en la Jornada sobre “La Problemática de la Infancia y la Cuestión de los Derechos”. Organizado por la Asociación del Personal de Ciencia y Técnica. Centro Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CRICYT).; 1996
Institución organizadora:
Asociación del Personal de Ciencia y Técnica - Centro Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CRICYT)
Resumen:
Los comportamientos disruptivos infantiles, tales como la agresividad, impulsividad, el negativismo-desafiante, el déficit de atención con  hiperactividad, entre otros, pueden iniciarse en  los primeros años escolares y es un tema de constante preocupación por parte de padres y educadores. Es común observar el incremento de estas conductas problema a medida que el niño avanza en los grados escolares, pudiendo adquirir estilos de comunicación interpersonal  disfuncionales que provoquen consecuencias desfavorables tanto para el propio niño como para quienes le rodean. Es en la familia donde se producen los primeros intercambios de conducta social y afectiva y donde se adquieren los valores y las creencias (Hidalgo Carmona, & Abarca Melo, 1992). Las investigaciones realizadas sobre los estilos de interacción familiar concluyen que los sistemas disfuncionales de relación familiar favorecerían el desarrollo y mantenimiento de las conductas problema infantiles. Patterson y Bank (1989) sostuvieron que las interacciones coercitivas entre padres e hijos pueden originar conductas agresivas infantiles, pudiendo arribar a actos delictivos, abuso de sustancias o relaciones inadecuadas con su grupo de pares. En un trabajo posterior, Patterson, Reid , & Dishion (1991) mostraron que la presencia de conductas antisociales en los miembros de una  familia eran predictoras de delincuencia en los niños. Estudios sobre apego indican que factores de riesgo tales como adversidad familiar, hostilidad parental, depresión familiar son predictores de comportamientos agresivos en la infancia (Lyons-Ruth, 1996). Otros factores que inciden en el aprendizaje temprano de conductas sociales son la enseñanza directa por medio de instrucciones, el refuerzo o el castigo de esas respuestas sociales y  la oportunidad para practicar la conducta en una serie de situaciones (Caballo, 1993). Cuando el niño ha incorporado un estilo de relación interpersonal basada en la agresividad o conductas oposicionistas, traslada hacia otros ámbitos de interacción esta modalidad  de comunicación aprendida y establece redes sociales basadas en conductas socialmente inadecuadas. Este déficit en el desempeño social del niño para ejecutar competentemente una tarea determinada es el fundamento que motiva la aplicación de los programas de entrenamiento en habilidades sociales. Las habilidades sociales, es decir, aquellas capacidades específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea pueden ser innatas o pueden adquirirse por medio del entrenamiento y la práctica (McFall, 1982; Caballo, 1993). Es en la familia donde se producen los primeros intercambios de conducta social y afectiva y donde se adquieren los valores y las creencias (Hidalgo Carmona, & Abarca Melo, 1992). Las investigaciones realizadas sobre los estilos de interacción familiar concluyen que los sistemas disfuncionales de relación familiar favorecerían el desarrollo y mantenimiento de las conductas problema infantiles. Patterson y Bank (1989) sostuvieron que las interacciones coercitivas entre padres e hijos pueden originar conductas agresivas infantiles, pudiendo arribar a actos delictivos, abuso de sustancias o relaciones inadecuadas con su grupo de pares. En un trabajo posterior, Patterson, Reid , & Dishion (1991) mostraron que la presencia de conductas antisociales en los miembros de una  familia eran predictoras de delincuencia en los niños. Estudios sobre apego indican que factores de riesgo tales como adversidad familiar, hostilidad parental, depresión familiar son predictores de comportamientos agresivos en la infancia (Lyons-Ruth, 1996). Otros factores que inciden en el aprendizaje temprano de conductas sociales son la enseñanza directa por medio de instrucciones, el refuerzo o el castigo de esas respuestas sociales y  la oportunidad para practicar la conducta en una serie de situaciones (Caballo, 1993). Cuando el niño ha incorporado un estilo de relación interpersonal basada en la agresividad o conductas oposicionistas, traslada hacia otros ámbitos de interacción esta modalidad  de comunicación aprendida y establece redes sociales basadas en conductas socialmente inadecuadas. Este déficit en el desempeño social del niño para ejecutar competentemente una tarea determinada es el fundamento que motiva la aplicación de los programas de entrenamiento en habilidades sociales. Las habilidades sociales, es decir, aquellas capacidades específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea pueden ser innatas o pueden adquirirse por medio del entrenamiento y la práctica (McFall, 1982; Caballo, 1993).