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En los últimos tiempos se ha observado un creciente interés en tratar de entender la interacción entre los procesos en la atmósfera y el suelo con sus características. Estudios efectuados en otras regiones, como los de Paegle y otros (1996), y Wu y Raman (1997), han mostrado claras evidencias de como ciertos componentes fundamentales del clima exhiben una fuerte sensibilidad ante cambios en las condiciones de superficie. En nuestra región pocos son los trabajos efectuados en estudiar dichas interacciones. En la última década se ha observado en la Argentina, una creciente expansión de la frontera agrícola hacia el noroeste y norte, modificando así los usos/manejos del suelo. Este hecho podría tener una gran implicancia no sólo en el clima de la región, ya que al modificar las condiciones de superficie también lo haría sobre los sistemas meteorológicos que más influyen en la región, sino también sobre las condiciones del suelo mismo, ya que se podrían generar feedbacks en distintos sentidos. En este trabajo se proponen varios estudios de sensibilidad a diferentes patrones de usos de suelo sobre la región del Noroeste y noreste de la Argentina, donde se presentan los cambios agrícolas antes mencionados. Estos experimentos se realizan con un modelo numérico de pronóstico del tiempo (WRF/CIMA). El objetivo es evaluar el impacto de los cambios en los usos de suelo sobre la precipitación, y los flujos de calor y humedad durante un evento sinóptico típico del verano, conocido como Baja del Noroeste Argentino (Seluchi et al., 2003).