INVESTIGADORES
WECHSLER Diana Beatriz
congresos y reuniones científicas
Título:
Miradas Metropolitanas, imagenes migrantes
Autor/es:
DIANA B. WECHSLER
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; Jornadas Arte y Memoria; 2005
Institución organizadora:
Universidad Torcuato di Tella
Resumen:
Una fotografía de "Forma primaria" del escultor argentino Pablo Curatella Manes aparece en el dossier sobre Arte Nuevo de la revista parisina "Cahier d´art" en 1926. "Figura de Espaldas" la obra del español Salvador Dalí se publica por primera vez en las páginas de "La Prensa" de Buenos Aires en 1925. El listado de las obras de trastienda de la Galería Zak de París de la segunda mitad de la década del veinte, incluye nombres de artistas jóvenes españoles, argentinos y mexicanos entre otros. Antonio Berni participa del movimiento surrealista, Juan Del Prete del grupo abstracción-creación, en su primera exhibición en París en 1932. El joven pintor español, amigo de Federico García Lorca, Manuel Angeles Ortiz recuerda en su vejez que ha sido el pintor argentino Emilio Pettoruti quien en París lo introdujo a Picasso. Es este artista español el que luego de haber participado en las brigadas de propaganda durante la Guerra Civil Española elige a Buenos Aires como su destino de exilio en 1939. Años antes, el mejicano David Alfaro Siqueiros mientras produce sus obras desde una estética metafísica resignificando la observación de las pinturas de Giorgio De Chírico durante su viaje por Italia en 1919, lanza en 1921 desde Barcelona los "Tres llamamientos a los pintores mejicanos" que se convertirá en el manifiesto del movimiento muralista. Dos años antes, él y Diego Rivera se conocían en París. Entre tanto, el pintor Lasar Segall -nacido en el gheto de Vilna y formado en Berlín y Dresden -participa del grupo Secesión de Dresden primero y del grupo de artistas expresionistas más tarde presentando en este proceso de tránsito de un espacio a otro un movimiento de Lituania a Alemania primero, entre las ciudades alemanas más tarde y a París luego. Pero este nomadismo tiene además un giro singular: en 1913 hace su primera muestra en San Pablo, y hacia 1923 se une al movimiento modernista brasilero permaneciendo allí unos años, hasta 1928 para regresar a París de donde volverá a San Pablo en 1932. El caso de Segall muestra otros recorridos que incluyen París pero incorporan además otros polos como Berlín o Dresden. El derrotero de Xul Solar o Emilio Pettoruti, por ejemplo, incluyen también los centros alemanes. Asimismo, Pettoruti transita territorios en los que no sólo se formó sino donde se integró a la "familia artística" local: Florencia, Milán, Venecia, Roma, llegando a aparecer como uno más entre los jóvenes artistas modernos italianos (nota con citas probatorias). Incorporar quizás también Torres y Barradas. A esta sucesión de presencias en diferentes espacios y territorios de artistas de distinta procedencia en las metrópolis centrales podríamos sumarle una cantidad de datos que no harían más que reforzar la hipótesis de que París, metrópoli cultural, funcionó como medio propicio para atraer a artistas e intelectuales de diferentes latitudes, cuestión que por otra parte es lo que la historiografía del arte moderno ya nos ha contado reiteradas veces. Pero no es sólo esto lo que aquí queremos volver a demostrar sino que avanzando un poco más y esto es lo que resulta interesante, y que por alguna razón se ha soslayado tanto en las biografías de los artistas como en la construcción de los relatos de las historias del arte moderno tanto en América Latina como en Europa, es que las presencias de extranjeros en París, así como en otras metrópolis culturales, no fueron sólo en calidad de viajeros de consumo cultural, que llegaban allí en el mítico "viaje estético" para aggiornarse y regresar con ese nuevo bagaje a sus ciudades de origen. Una lectura detallada de los datos así como una nueva incursión en archivos y fuentes hasta el momento no considerados o bien no leídos en este sentido, ofrecen una sugerente perspectiva que lleva a pensar un proceso más activo y dialéctico en donde personas e imágenes circularon y actuaron de manera eficaz en diferentes ámbitos. Así, podemos decir que estas breves, o no tanto en algunos casos, migraciones de artistas e intelectuales a París y a otros centros, ponen en foco no sólo lo que este viaje pudo haber operado en las historias de estos viajeros hispanoamericanos sino lo que estas presencias operaron dentro de estos activos espacios culturales.