IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
- La formación de los docentes de Filosofía en la Universidad Nacional de La Plata: el comienzo de un análisis necesario.
Autor/es:
BETHENCOURT, VERÓNICA
Lugar:
Rio de Janeiro
Reunión:
Encuentro; VI Coloquio Internacional de Filosofia da Educacao. Filosofar: prender e insinar; 2012
Institución organizadora:
UERJ
Resumen:
Indudablemente una de las cuestiones centrales con que nos enfrentamos quienes intentamos formar profesores de Filosofía es, precisamente, qué consideramos que es un ´buen´ profesor de Filosofía. Como sabemos, esta en apariencia, sencilla cuestión pone de manifiesto un vasto conjunto de preguntas y problemas de diverso tenor: si debe transmitir la historia de la Filosofía y/o propiciar el pensamiento, si debe usar a la filosofía o considerarla como valiosa en sí misma, cómo se inserta su saber en la institución, cómo la propia institución modifica o impone ciertas normas a la filosofía en tanto saber, hasta qué punto trasciende o reproduce los saberes propios de esa institución, en qué medida los desarrollos del campo filosófico impactan en su práctica, etc., etc.. Las preguntas son muchas; algunas pueden ser abordadas desde la propia Filosofía, otras reclaman la confluencia de otros saberes y seguramente ninguna de ellas es pasible de una única respuesta. Efectivamente dada la propia complejidad de la práctica docente y las múltiples variables que la atraviesan, un ´buen´ profesor no es sino un denso constructo en el que se anudan variables del orden de lo disciplinar, pero también de lo histórico, lo político institucional, y aquellas relativas a las trayectorias de los propios docentes. No es el objeto del presente trabajo intentar avanzar en la definición de tan compleja cuestión ni estamos ciertos en que pueda recibir una Respuesta de corte general precisamente en atención a lo anteriormente señalado. Sin embargo, sí intentaremos aproximarnos a ella a través de camino lateral o auxiliar si se quiere, pero no por eso poco valioso. Nos proponemos llevar adelante un estudio de la formación que han recibido los docentes de Filosofía de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) desde sus inicios en 1905, hasta la actualidad. Intentaremos componer los modos -quizás diversos- en los que ese lapso fue concebido - Institucionalmente- el profesor de Filosofía. Como sabemos, la incidencia de esta variable en las prácticas docentes ha sido relativizada por algunos autores precisamente en atención a la complejidad de las prácticas de enseñanza y a la escasa incidencia que la formación institucional ha demostrado tener la efectiva práctica de los docentes (Sacristán, 1991); no obstante ello, atender al modo en que una institución forma a sus docentes, a cómo concibe la relación entre la formación disciplinar y los saberes del orden de lo pedagógico, la manera en que diseña los recorridos institucionales para dar cuenta de éstos, etc., es decir, recomponer las representaciones en torno al ´saber ser docente de Filosofía´ que en determinado momento una comunidad académica define o asume como pertinentes, indudablemente resulta una pieza nada desdeñable en aras a componer el complejo rompecabezas que configura a la enseñanza de la Filosofía. El profesorado en Filosofía formó parte de la oferta académica de la UNLP desde 1905. Entonces estaba inserto en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales como parte de la Sección Filosofía, Historia y Letras; luego pasó a formar parte de la Facultad de Ciencias de la Educación y desde 1920 pertenece a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En estos más de cien años, la formación de nuestros profesores pasó de estar junto a las Letras y las Ciencias de la Educación a independizarse de todo otro saber; asimismo, en el transcurso de estos años lo que podemos llamar la formación pedagógica del profesorado sufrió importantes modificaciones hasta adquirir la actual estructura de cinco espacios curriculares -dos específicos de Filosofía y tres correspondientes a las Ciencias de la Educación. En los inicios, los planes de estudio no contemplaban ninguna materia pedagógica o ligada a las prácticas de la enseñanza. Todas estas modificaciones hablan de diversos modos que en el tiempo y como resultado de diversas formas de consenso, desde la UNLP sus actores concibieron a la Filosofía, su enseñanza, su relación con otros saberes y consecuentemente, el ser ´buen´ profesor. Intentaremos, entonces, avanzar en este análisis sin dudas necesario a la hora de pensar no sólo que profesores estamos formando sino qué profesores de filosofía queremos formar.