IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La técnica como destino y el espacio para la (no-) acción humana en la filosofía del segundo Heidegger
Autor/es:
CARRERA AIZPITARTE, MARÍA LUCIANA
Reunión:
Congreso; XVI Congreso Nacional de Filosofía AFRA; 2013
Resumen:
La preocupación por el problema de la técnica moderna aparece bajo diferentes configuraciones a lo largo de toda la obra de Heidegger, aunque siempre asociada a la capacidad de dominio con que la filosofía moderna define al sujeto. En efecto, la posición del hombre como subjectum a partir del desplazamiento que opera la época moderna respecto de la concepción medieval del hombre como ens creatum, es largamente analizada por el filósofo, por ejemplo, en su conferencia de 1938 La época de la imagen del mundo, mientras que ya en el curso de 1923, Ontología. Hermenéutica de la facticidad, Heidegger realiza una aguda crítica, en esta misma dirección, al método de descripción fenomenológica tal como era empleado por Husserl. Allí sostiene que la hipostatización de la matemática y la extrapolación de su rigor a ámbitos ajenos a la cuantificación, arroja descripciones constructivas, que violan la máxima de atenerse a las cosas mismas. En ese marco, la descripción que él mismo propone (en este caso, de una mesa), refleja la inmersión del hombre en un universo de sentido que lo precede y, de este modo, lo desplaza de la posición de sujeto constituyente frente al cual se darían los fenómenos en sus cualidades primarias. Sin embargo, este demorar junto a las cosas que exige el “método” fenomenológico-hermenéutico de Heidegger está ausente en la lógica de contemplación-dominación que supone el paradigma de la metafísica moderna. Ahora bien, este paradigma entra en crisis ante el carácter amenazante y la dimensión planetaria que alcanza el desarrollo tecnológico en el siglo XX. Parafraseando a Marx, se podría decir que la ontología moderna desarrolla en su seno las fuerzas destinadas a aniquilarla, es decir, su propia contradicción, en la medida en que el dominio humano sobre la naturaleza y el avance de la ciencia frente a obstáculos de cualquier orden, engendran un engranaje tecnológico que ya no parece requerir del “sujeto” para su funcionamiento y que incluso lo sumerge en su lógica como una pieza más. En este sentido, el concepto de maquinación [Machenschaft] que Heidegger utiliza para reflexionar sobre esta cuestión en la década del ’30 y frente a los acontecimientos que se avecinan sobre Europa, un concepto todavía vinculado, en cierta medida, con la capacidad de acción humana, es radicalizado en los años siguientes hasta alcanzar su forma final en La pregunta por la técnica, de 1953, donde la esencia de la técnica es definida como imposición o emplazamiento [Gestell] que sumerge al hombre en su lógica y lo torna en mera mercancía [Bestand], poniendo en crisis, como decíamos, la concepción moderna del sujeto como centro en torno al cual se configura la realidad. No obstante, esta lectura heideggeriana de las sociedades tecnológicas contemporáneas ha sido a menudo asociada a una concepción romántica de la naturaleza y a un afán reaccionario que añoraría, en algún sentido, el retorno a la vida sencilla del campesinado, expresada de manera filosófica en la idea de serenidad o desasimiento frente a las cosas [Gelassenheit zu den Dingen], única alternativa que Heidegger encuentra en contraposición al despliegue de la técnica. A su vez, estas consideraciones aparecen como un emergente de la inserción del filósofo en la tradición völkisch de la Alemania del siglo XIX. La Ontología política de Martin Heidegger de Pierre Bourdieu representa un importante apoyo a esta idea y las biografías elaboradas por Ott y Safranski documentan suficientemente el estado de la Kulturkampf en el ambiente en el que creció el filósofo. Incluso escritos del propio Heidegger como Paisaje creador: ¿por qué permanecemos en la provincia? abonan estas interpretaciones. No obstante, análisis como el que lleva a cabo Dominique Janicaud en su artículo Frente a la dominación, permiten tratar la cuestión desde otro ángulo, vinculado con el proyecto filosófico heideggeriano. Según este autor, la idea de retracción o abstención que implica la serenidad está directamente conectada con la necesidad de intervenir en el funcionamiento de la lógica de la concepción moderna del sujeto como agente primario que se sirve de los objetos a voluntad y con pleno dominio. Si la acción es el vector que vincula el par sujeto-objeto en la ontología tradicional, la no-acción (la abstención) es la única posibilidad que permite tomar distancia del fluir de la técnica – en el que el hombre se concibe como dominante, cuando en realidad es arrastrado y engullido – y de generar un espacio de apertura para lo que Heidegger llama un nuevo comienzo, es decir, una nueva época en el pensar del ser. Esta misma oposición se refleja, por ejemplo, en la concepción de un pensar meditativo frente al pensar calculante característico de la concepción metafísica moderna. En este sentido, la tarea que nos proponemos aquí es explorar la concepción heideggeriana de la técnica como Gestell en relación con su crítica a la noción tradicional del sujeto, con el objetivo de i) mostrar en qué medida el modo de darse de la técnica pone en crisis, justamente, el carácter de subjectum del sujeto y, de este modo, contribuye a explicar la centralidad que la reflexión sobre la técnica adquiere en el pensamiento del filósofo, y ii) evaluar la eficacia del recurso de Heidegger a la idea de Gelassenheit en relación con su proyecto filosófico en primer lugar, y como alternativa posible frente a la amenaza que supone el despliegue tecnológico actual, en segundo término. Sin desatender la vinculación de este pensador con los motivos völkisch de la época, la conclusión de nuestro trabajo apunta a mostrar que la articulación del problema con el camino filosófico de Heidegger permite refigurar esos tópicos y recuperar su aporte para una reflexión sobre las sociedades tecnológicas contemporáneas y el lugar de la agencia humana en sistemas que parecen exceder su posibilidad de decisión e intervención.