BECAS
LEITON Diego Martin
congresos y reuniones científicas
Título:
Ritual funerario, biografías y lugar: Aproximación a una narrativa ancestral en el sitio 2(I) de Campo del Pucará, Catamarca
Autor/es:
DIEGO LEITON; PAULO BARRALES; MARCO GIUSTA; LUCRECIA TORRES VEGA
Lugar:
San Miguel de Tucuman
Reunión:
Jornada; VIII Jornadas de Comunicaciones y Primeras Interinstitucionales; 2007
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo
Resumen:
La ancestralidad es una condición socialmente construida que se inscribe y objetiva en la vida con cada una de las relaciones y actos implicados no sólo en la manipulación e inhumación de los cuerpos, sino también en las materialidades y lugares que narraron sus identidades como fundamento constitutivo de la comunidad y de los sujetos (Isbell 1997). Tomando esto como punto de partida, nos interesa aproximarnos a las prácticas implicadas en la construcción de la ancestralidad en las comunidades prehispánicas que habitaron la zona de Campo del Pucará (Catamarca) durante los primeros siglos DC (Núñez Regueiro 1998); la importancia de su abordaje reside en el hecho de que aquella constituyó un proceso que a nivel local incidió no sólo en la dinámica de distintos lugares de vivienda que fueron periódicamente modificados en función de eventos de inhumación, sino también en los procesos de desocupación y movilidad de las unidades de residencia. El caso particular a partir del cual esta problemática será tratada, lo constituye el área del cobertizo sur del sitio 2(I), un sector donde gran parte de la producción material y social cotidiana estuvo sujeta a la interacción comunitaria. Este lugar en algún momento de su historia de ocupación fue modificado para inhumar un individuo masculino que falleció entre los 39 y 45 años de edad. Las actividades en las que se había involucrado a lo largo de su historia, dejaron en sus huesos marcas muy características de su estilo de vida, habiendo sido registrados indicadores de importantes esfuerzos realizados reiteradamente con su espalda, además de lesiones en su cráneo producto de actos de violencia, y una avanzada proliferación de caries y atrición y pérdida de dientes como resultado de una alimentación rica en carbohidratos y del uso de la dentadura como herramienta de trabajo. El entierro del individuo fue realizado en la cavidad de un pozo cuya apertura implicó la alteración de la superficie de actividad de aquel lugar de uso comunitario. Este proceso fue acompañado por la depositación de distintos objetos junto al cuerpo, entre los que se encuentran un recipiente cerámico de identidad zoomorfa, un hueso de un infante, fragmentos cerámicos, semillas carbonizadas y un colgante y cuentas de collar manufacturadas en materias primas alóctonas y locales. Aunque algunos de estos objetos debieron estar relacionados estrictamente con la persona social del individuo (tal vez el colgante y el recipiente cerámico), otros debieron ser involucrados sólo como parte del desenvolvimiento de acciones de la escena ritual. El caso del hueso del neonato es bastante ilustrativo al respecto, ya que tratándose de un objeto tan particular difícilmente haya pasado desapercibido en el momento que los sedimentos se arrojaron sobre el cuerpo; razón por la cual pensamos fue dispuesto intencionalmente a un costado de los brazos como acompañamiento funerario. En cuanto a los fragmentos cerámicos, aunque su depositación debió ser plenamente conciente, la mayor parte de ellos debió estar contenida en los depósitos formados por la ocupación del área, alterados luego por el cavado del pozo y vueltos a ser arrojados con el tapado del entierro. Las características de cada uno de estos objetos sugieren biografías particulares en torno a la apropiación, circulación y consumo de cada uno de ellos, las cuales en definitiva también fueron puestas en escena y depositadas junto al cuerpo en el momento que aquellos se involucraron en el ritual de inhumación. De modo similar, la historia social del lugar comunitario donde se desenvolvió aquel evento también encontró en este proceso un punto de inflexión definitivo, ya que por encima del entierro no se registró información alguna que sugiriese la continuidad de su uso efectivo por parte de la comunidad. En este sentido, los sacrificios de objetos y lugares, como denomina Walker (1995) a este tipo de acciones en circunstancias particulares como la comentada, fueron un componente fundamental de la trama narrativa que transformó particularmente a aquel individuo en ancestro de su grupo. Así, la ancestralidad fue inscripta y objetivada en la vida social a través de cada uno de los actos de manipulación, depositación y sacrificio de distintas biografías que personificaron e historiaron espacios, relaciones, seres y objetos, actuando como recursos constitutivos ya no sólo de la trama ritual sino también de la historia social del lugar, la comunidad y las personas.