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En algunos trabajos recientes hemos planteado la importante interacción que parece haber tenido lugar entre las poblaciones tardías asentadas en la llanura central de Santiago del Estero y los incas y los habitantes de los valles intermontanos de Catamarca y Tucumán en tiempos incaicos (Angiorama y Taboada 2008; Taboada y Angiorama 2009). Estos planteos se basaron en el análisis de las características, distribución y contextos de hallazgo de fundamentalmente tres tipos de evidencias arqueológicas recuperadas en Santiago que consideramos clave para abordar la problemática: a) artefactos metálicos con características valliserranas e incaicas; b) evidencias de práctica textil que muestran cambios morfológicos, de diseño y cuantitativos en ciertos elementos artefactuales asociados a la producción, respecto de contextos más tempranos de Santiago, así como datos que remiten a ciertas características posiblemente andinas en la producción o desarrollo de la práctica; y c) cerámica Averías con ciertas características morfológicas y de diseño de posible influencia incaica combinadas con caracteres locales. En base al análisis de estos puntos hemos señalado que en Santiago se observa: a) el arribo de una importante cantidad de objetos metálicos incaicos y valliserranos complejos (objetos muy preciados por los pueblos de tierras bajas) que podría corresponder a regalos por servicios prestados al Imperio; b) una explosión y cambio en la práctica textil tardía que podría tener que ver con el desarrollo de nuevas escalas y esferas de producción y distribución de textiles y de hilados, que aprovecharon el conocimiento de la gente de la llanura, la presencia de ciertas materias primas locales con características particulares y la organización y el rol preponderante de esta actividad entre los incas; y c) una incorporación y reelaboración local tardía de elementos y modalidades de producción estilística incaicos y valliserranos que son sugerentes no sólo de formas de interacción sino también de procesos de apropiación, resignificación e incorporación en la vida cotidiana de los pueblos de llanura, de conceptualizaciones y modos estilísticos particulares vinculados tanto a lo incaico como a comunidades locales de los valles. Como integrador se presentó el aspecto distribucional, ya que esta situación, características y evidencias aparecen en su mayoría exclusivamente, y concentradas, en un área muy acotada de la llanura santiagueña, sobre el río Salado Medio, en los alrededores de las localidades de Icaño y Averías (Dpto. Avellaneda, Santiago del Estero). Todo esto nos permitió ir planteando y sosteniendo, además de una interacción con el incario, un específico interés (político y/o económico) estatal -y aún una posible intervención- en esta zona y/o en las poblaciones (y sus destrezas artesanales) asentadas en ella. Dicho planteo sumó, además, el análisis de evidencias históricas y lingüísticas (ver Angiorama y Taboada 2008; Taboada y Angiorama 2009). El objetivo de este trabajo es señalar ahora nuevas evidencias y líneas de análisis que nos permiten sostener y afinar la mirada sobre estas hipótesis y sobre los posibles mecanismos, procesos, y modos de acción política y simbólica más concretos que pudieron generar esta interacción y sus consecuencias posteriores. Con este objetivo, en esta ocasión hemos incorporado el análisis de un conjunto de evidencias y rasgos registrados en los valles. En este nuevo trabajo nos interesa también dejar planteadas y avanzar en preguntas más especificas, vinculadas a las cuestiones que pudieron motivar este interés en Santiago y en la zona específica señalada, e identificar y explorar modos y estrategias particulares de sostener y desarrollar esta relación que tomen en cuenta aspectos más allá de los políticos o económicos, tales como los simbólicos y domésticos.

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