INVESTIGADORES
GIMENEZ Mario Ernesto
congresos y reuniones científicas
Título:
Origen Tectónico De La Cuenca Del Huecú (37°43'S, 70°41'O), Provincia De Neuquén.
Autor/es:
ROJAS VERA, EMILIO; FOLGUERA, ANDRES; VÍCTOR A. RAMOS; PATRICIA MARTINEZ; MARIO GIMENEZ; SELLÉS DANIEL
Lugar:
San Luis
Reunión:
Congreso; XIII Reunión de Tectónica San Luis; 2006
Institución organizadora:
Universidad Nacional de San Luis- ComTec - AGA
Resumen:
La cuenca del Huecú se ubica en el sector occidental del la faja plegada y corrida del Agrio a los 37°43'S, 70°41'O, en la provincia de Neuquén. Su desarrollo está ligado a la morfología volcánica asociada a la eruptividad dentro de la fosa de Loncopué y a la dinámica fluvial coetánea. Sin embargo la efusión de coladas principalmente monogénicas y los principales quiebres topográficos dentro de la misma están determinados por el desplazamiento dextral del sistema de fallas de Liquiñe-Ofqui al cruzar la divisoria de aguas dentro de territorio argentino. El sistema de fallas de Liquiñe-Ofqui controla la posición del frente volcanico desde los 46º hasta los 38ºS con un rumbo promedio NNE, que cambia bruscamente a ENE a estas latitudes, pasando a controlar gran parte de la eruptividad de retroarco. El principal rasgo volcánico asociado a esta rama del sistema de fallas, es un cordón volcánico de unos 80 km de longitud, ubicado inmediatamente al norte de la misma, formado por centros monogénicos basandesíticos, domos dacíticos y calderas menores denominado cordillera de Mandolegüe, que se extiende desde el frente volcánico cuaternario hasta la faja plegada y corrida del Agrio. Dos dataciones en los principales centros volcánicos que la conforman permiten ubicarla en el Pleistoceno (0,6 Ma), siendo su química variable en función de la proximidad al arco volcánico, en donde sus productos más orientales son magmas de intraplaca contaminados con líquidos afines al arco. La cuenca del Huecú posee una morfología cuadrangular definida por dos juegos de fallas, uno ENE correspondiente al que flanquea por el sur a la cordillera de Mandolegüe y otro NO transversal al anterior y de menor longitud. Estas fallas han controlado la efusión de distintas generaciones de erupciones cuaternarias, las cuales han provocado la formación de cuencas lacustres en forma recurrente dentro de la cuenca. Particularmente, la última inundación ha sido histórica y correspondiente a la interrupción del cauce del arroyo Ñorquin que drena en la dirección NNE-SSE por parte de coladas basálticas desarrolladas en la dirección SE-NO. Esta fase de inundación ha sido determinada como histórica a través de los estudios realizados por Groeber (1928) a partir de entrevistas con los habitantes Mapuches de la zona, quienes habrían sido testigos y damnificados de y por estas erupciones volcánicas y sus inundaciones asociadas. Adicionalmente Groeber identificó los niveles lacustres traslapando con las coladas y determinó su extensión areal. Esta fase de inundación con unas dimensiones de unos 7 x 4 kilómetros en donde quedó sumergida casi la totalidad de la cuenca del Huecú es la mayor de una serie de 3 niveles lacustres de relativa estabilidad formados a distintas cotas por efectos de distintas erupciones a lo largo de la depresión y la cuenca fluvial del Ñorquín. En el presente estudio en base al procesamiento de información gravimetrica y magnetometrica de la zona se pudo constatar que la cuenca cuaternaria del huecú representa una depresión no solo a nivel topográfico sino también a nivel estructural profundo, en el cual un "basamento" se encuentra deprimido y segmentado por fallas que conforman un sistema de horsts y grabens. Esta estructura de subsuelo coincide en superficie con aquella que afecta las coladas volcánicas recientes de la zona y con los principales lineamientos volcánicos fisurales. Particularmente, el campo monogénico que provocó el último anegamiento de la cuenca del Huecú hacia el sur, está formado por más de 30 conos cuyas coladas se encuentran afectadas por escarpas de fallas de orientación NO. Estas se asocian a uno de los principales resaltos que experimenta el basamento en subsuelo, indicando que la estructura del sector interno de la faja plegada y corrida del Agrio controla las vías de escape del volcanismo en el retroarco y la geometría de las cuencas con las cuales éste se asocia.. Sin embargo la efusión de coladas principalmente monogénicas y los principales quiebres topográficos dentro de la misma están determinados por el desplazamiento dextral del sistema de fallas de Liquiñe-Ofqui al cruzar la divisoria de aguas dentro de territorio argentino. El sistema de fallas de Liquiñe-Ofqui controla la posición del frente volcanico desde los 46º hasta los 38ºS con un rumbo promedio NNE, que cambia bruscamente a ENE a estas latitudes, pasando a controlar gran parte de la eruptividad de retroarco. El principal rasgo volcánico asociado a esta rama del sistema de fallas, es un cordón volcánico de unos 80 km de longitud, ubicado inmediatamente al norte de la misma, formado por centros monogénicos basandesíticos, domos dacíticos y calderas menores denominado cordillera de Mandolegüe, que se extiende desde el frente volcánico cuaternario hasta la faja plegada y corrida del Agrio. Dos dataciones en los principales centros volcánicos que la conforman permiten ubicarla en el Pleistoceno (0,6 Ma), siendo su química variable en función de la proximidad al arco volcánico, en donde sus productos más orientales son magmas de intraplaca contaminados con líquidos afines al arco. La cuenca del Huecú posee una morfología cuadrangular definida por dos juegos de fallas, uno ENE correspondiente al que flanquea por el sur a la cordillera de Mandolegüe y otro NO transversal al anterior y de menor longitud. Estas fallas han controlado la efusión de distintas generaciones de erupciones cuaternarias, las cuales han provocado la formación de cuencas lacustres en forma recurrente dentro de la cuenca. Particularmente, la última inundación ha sido histórica y correspondiente a la interrupción del cauce del arroyo Ñorquin que drena en la dirección NNE-SSE por parte de coladas basálticas desarrolladas en la dirección SE-NO. Esta fase de inundación ha sido determinada como histórica a través de los estudios realizados por Groeber (1928) a partir de entrevistas con los habitantes Mapuches de la zona, quienes habrían sido testigos y damnificados de y por estas erupciones volcánicas y sus inundaciones asociadas. Adicionalmente Groeber identificó los niveles lacustres traslapando con las coladas y determinó su extensión areal. Esta fase de inundación con unas dimensiones de unos 7 x 4 kilómetros en donde quedó sumergida casi la totalidad de la cuenca del Huecú es la mayor de una serie de 3 niveles lacustres de relativa estabilidad formados a distintas cotas por efectos de distintas erupciones a lo largo de la depresión y la cuenca fluvial del Ñorquín. En el presente estudio en base al procesamiento de información gravimetrica y magnetometrica de la zona se pudo constatar que la cuenca cuaternaria del huecú representa una depresión no solo a nivel topográfico sino también a nivel estructural profundo, en el cual un "basamento" se encuentra deprimido y segmentado por fallas que conforman un sistema de horsts y grabens. Esta estructura de subsuelo coincide en superficie con aquella que afecta las coladas volcánicas recientes de la zona y con los principales lineamientos volcánicos fisurales. Particularmente, el campo monogénico que provocó el último anegamiento de la cuenca del Huecú hacia el sur, está formado por más de 30 conos cuyas coladas se encuentran afectadas por escarpas de fallas de orientación NO. Estas se asocian a uno de los principales resaltos que experimenta el basamento en subsuelo, indicando que la estructura del sector interno de la faja plegada y corrida del Agrio controla las vías de escape del volcanismo en el retroarco y la geometría de las cuencas con las cuales éste se asocia.horsts y grabens. Esta estructura de subsuelo coincide en superficie con aquella que afecta las coladas volcánicas recientes de la zona y con los principales lineamientos volcánicos fisurales. Particularmente, el campo monogénico que provocó el último anegamiento de la cuenca del Huecú hacia el sur, está formado por más de 30 conos cuyas coladas se encuentran afectadas por escarpas de fallas de orientación NO. Estas se asocian a uno de los principales resaltos que experimenta el basamento en subsuelo, indicando que la estructura del sector interno de la faja plegada y corrida del Agrio controla las vías de escape del volcanismo en el retroarco y la geometría de las cuencas con las cuales éste se asocia.