INVESTIGADORES
FELD Adriana
congresos y reuniones científicas
Título:
"Los comienzos del Instituto del Bocio de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo y el uso pacífico de la energía nuclear durante el peronismo ( 1950-1952 )”
Autor/es:
FELD, ADRIANA; BUSALA, ANALÍA
Lugar:
Rosario
Reunión:
Jornada; Xº Jornadas Interescuelas Departamentos de Historia; 2005
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Rosario y Universidad Nacional del Litoral
Resumen:
   El peronismo ha sido privilegiado por múltiples y encontrados análisis e interpretaciones. Por el contrario, la organización de la ciencia durante el régimen peronista (1946-1955) suscitó un interés historiográfico reciente (Hurtado de Mendoza y Busala, 2005) concentrado en la recepción de la energía nuclear en la década de 1950 desde una perspectiva comparativa con Brasil (Hurtado de Mendoza, 2005).    A partir de 1950, el gobierno apunta a la organización de un sistema científico y técnico integrado a un plan político y económico  nacional que más tarde dará lugar al Segundo Plan Quinquenal. Esos objetivos se materializaron en la creación de nuevos espacios institucionales científicos y técnicos. En 1951 en un emprendimiento  que integró al Instituto del Bocio, la división afín del gobierno cuyano y  un equipo  del Massachussets General Hospital y  la Universidad de Harvard liderado por John B. Stanbury se hicieron los primeros estudios médicos con radioisótopos I-131 para la determinación del bocio endémico en Mendoza.  El trabajo busca asociar las diversas políticas implementadas para el desarrollo de la física nuclear en la Argentina y, entre ellas, la de importación de radioisótopos para uso pacífico, con los orígenes de la medicina nuclear en el Instituto del Bocio (1951) de la Facultad de Ciencias Médicas (1950)  de la Universidad Nacional de Cuyo.        También se analiza la retórica de creación de ambas instituciones, coincidentes con el clima re-fundacional del centenario de la muerte de San Martín, año crucial para que el régimen encontrara una nueva fuente legitimadora al conjugar la figura del Libertador con la de Perón (Plotkin, 1993).