INVESTIGADORES
ALVAREZ Juan Agustin
congresos y reuniones científicas
Título:
Estructura y estado de conservación de los bosques de algarrobo (Prosopis flexuosa D.C.) en el noreste de Mendoza
Autor/es:
ALVAREZ, J.A.; VILLAGRA, P.E.; CONY, M.A. Y J.A. BONINSEGNA.
Lugar:
San Cristóbal. Santa Fé
Reunión:
Congreso; 2º Congreso Nacional sobre Manejo de Pastizales Naturales, 6ª Jornada Regional, IVª Reunión de la Asociación Argentina de Prosopis; 2003
Institución organizadora:
AAPRO-INTA-AAPMPN
Resumen:
La recomendación
de normas de manejo que regulen el uso de los recursos forestales debe estar basada
en el conocimiento de la estructura y funcionamiento de los mismos. Es escasa
la información existente sobre el funcionamiento de los bosques de zonas
áridas. Por medio de este trabajo se conoció la estructura poblacional del
bosque de algarrobos del noreste de Mendoza, en que condiciones sanitarias se
encuentra y cuáles son sus principales unidades boscosas. Se efectuó un
inventario forestal, en las zonas intermédanos, que tuvo en cuenta parámetros
dasonómicos, el estado de conservación y la forma de los árboles.
Se muestrearon un total de 1.299
algarrobos en las tres unidades boscosas más representativas (Bosque 1, 2 y 3),
donde los individuos inferiores a los 25 cm de diámetro en la base son los que
poseen mayor número por hectárea en las tres áreas. La densidad total de
algarrobos (en valles intermédanos) fue la siguiente: Bosque 1: 240 árboles por ha, Bosque
2: 168 y el Bosque 3: 215. El
análisis de correspondencia, usando la estructura diamétrica a partir de la
clasificación de la vegetación, no mostró separación clara de los sitios
relevados en las distintas unidades boscosas.
Debido al hábito de crecimiento de los algarrobos, la
cantidad de productos maderables de estos bosques es baja. P. flexuosa presenta en esta zona un porcentaje alto de individuos
con más de dos fustes, la forma en muchos casos es decumbente y la altura de
los fustes es menor a un metro, por lo tanto, el posible aprovechamiento
debería realizarse a escala local con los pobladores de la región, teniendo en
cuenta un uso silvopastoril en zonas establecidas para tal fin. El uso de leña
seca o campana dependería de la cuantificación de la misma mediante nuevos
estudios.