INVESTIGADORES
GUTIERREZ Maria Florencia
congresos y reuniones científicas
Título:
Legislación laboral y proceso de sindicalización: la construcción de derechos de los empleados azucareros. Tucumán, 1944-1957
Autor/es:
FLORENCIA GUTIÉRREZ
Lugar:
Florencio Varela
Reunión:
Congreso; VIII Congreso de Estudios sobre el Peronismo (1943-2023); 2023
Institución organizadora:
Universidad Nacional A. Jauretche
Resumen:
Las dimensiones y composición del mundo laboral de los empleados azucareros tucumanos diferían en razón de la escala, las necesidades del ingenio y la organización que cada patronal dispusiera para su personal. También variaba en función del autoabastecimiento de materia prima en algunas fábricas, lo que suponía disponer de personal para la atención de los cañaverales. Ahora bien, un repaso somero por las reglamentaciones de ingenios en los años cuarenta permite identificar en la cúspide de la pirámide laboral al administrador, sub-administrador y contador. En el ingenio se distinguían los jefes de las distintas secciones, quienes asumían la responsabilidad de los procesos productivos y laborales: jefe de fabricación, jefe de mecánica, jefe electricista, jefe de taller, jefe de depósito, jefe de control químico, jefe de tráfico y destilador. En la esfera agrícola el responsable era el jefe de campo. La contaduría se podía subdividir en distintas secciones con sus respectivos encargados (teneduría de libros, caja, caña, sueldos y jornales, control de almacenes y compras, cuentas corrientes, expendio de azúcar y envases, corresponsal y archivo). Finalmente, entre los empleados se contemplaba al personal de asistencia social vinculado a la atención sanitaria en los ingenios. Esta clasificación, centrada en los responsables de las secciones, no incluía a los empleados que se desempeñaban de forma subordinada en cada una de ellas, cuya presencia, número y denominación del oficio desempeñado podía cambiar en función del ingenio. Las implicancias de ese mundo diverso, jerárquico y eminentemente masculino, percibido por “los de abajo” como cercano a la patronal, selló la imposibilidad de la agremiación conjunta de obreros y empleados y modeló derroteros gremiales y socio-laborales disímiles. En la esfera sindical, a lo largo del primer peronismo, la FEIA solo obtuvo la personería jurídica, por lo tanto, en las negociaciones paritarias estuvo representada por la FOTIA, que en 1947 alcanzó la personería gremial. Las negociaciones sectoriales profundizaron las históricas tensiones entre obreros y empleados, en tanto estos últimos no se sintieron representados por la Federación obrera; no menores fueron las desavenencias con la patronal, que asistió azorada a la sindicalización de sus “estrechos colaboradores”, a quienes reconocía un estatus diferenciado al de los obreros. Fue después del golpe de Estado que derrocó a Juan D. Perón que la Federación de empleados obtuvo, en octubre de 1956, la personería gremial y, por ende, al año siguiente firmó su primer Convenio Colectivo de Trabajo. Analizar el derrotero de los empleados azucareros, las implicancias de su sindicalización, así como sus demandas y negociaciones por derechos, supone reponer a un conjunto de actores cuya agencia fue eclipsada por el peso numérico del mundo obrero y el protagonismo político y sindical de la FOTIA desde su creación. Por ello, el objetivo de esta ponencia es analizar a estos actores para comprender cómo su ubicación y funciones socio-laborales, indisociables de un estatus diferenciado al de los obreros --que llevó a los empresarios a definirlos como sus “estrechos colaboradores”-- condicionaron su sindicalización e incidieron en sus demandas por derechos. Asimismo, resulta importante reflexionar cómo estos procesos estuvieron condicionados por el diferenciado piso de reivindicaciones del que partieron empleados y obreros, así como por las implicancias de las coyunturas políticas que ralentizaron o aceleraron, tanto el reconocimiento sindical de la FEIA como la concreción de conquistas laborales. Por ello, el recorte temporal se extiende desde la fundación de la Federación de Empleados de la Industria Azucarera, en febrero de 1945, hasta la firma del primer Convenio Colectivo de Trabajo, en junio de 1957.