BECAS
FERNÁNDEZ CHEIN Guadalupe Silvia
congresos y reuniones científicas
Título:
PROMOTORAS DE GÉNERO: UNA INVITACIÓN A DES-UNIVERSALIZAR AL SUJETO PEDAGÓGICO DE LA ESI
Autor/es:
FERNÁNDEZ CHEIN, GUADALUPE; LOZZA, MARÍA EUGENIA
Lugar:
Floranópolis
Reunión:
Congreso; Seminário Internacional Fazendo Genero-12 UFSC - Florianópolis, Brasil 2021; 2021
Institución organizadora:
Universidade Federal de Santa Catarina
Resumen:
¿De qué manera se puede lograr que el silencio hable sin que necesariamente sea el lenguaje hegemónico el que hable o el que le permita hablar?Boaventura de Sousa Santos (2006)La Ley de Educación Sexual Integral se sancionó en Argentina en el año 2006. Entre las múltiples experiencias de su implementación, es posible encontrar prácticas que se inscriben dentro de lo que Eleonor Faur (2019) llama ?Buenas Prácticas Pedagógicas en ESI? que implican acciones sistemáticas en las instituciones generando desafíos pedagógicos y políticos (Zemaitis, 2016). Si el currículum escolar es el producto de la negociación y la confrontación entre tendencias contradictorias (Pineau, 2001), la ESI es una apuesta política para debatir el proyecto pedagógico. Pensar su implementación desde esta perspectiva es pensarla como parte de un proceso de transformación social, cultural, curricular, es pensarla como parte de la justicia curricular (Morgade, 2011).Socializamos aquí una experiencia llevada a cabo por un grupo de docentes que ha conformado un Equipo ESI que busca aportar a la construcción de un proyecto educativo que habite los intersticios de la escuela formal desde una pedagogía otra. Puntualmente nos interesa reflexionar en torno al Proyecto de Promotoras Estudiantiles de Género que vibra en una escuela que se encuentra atravesada/caracterizada por un complejo entramado de relaciones sociales. Este contexto configura las identidades estudiantiles, sobre las que recaen múltiples opresiones de género, clase, nacionalidad. Las juventudes subalternizadas que habitan esta escuela invitan a romper con la categoría monolítica de juventud y ello implica un desafío para que nuestras prácticas docentes no reproduzcan, en términos de Guha (2002) un colonialismo discursivo.