El lugar tenebroso adonde huimos: un análisis del significado simbólico e histórico de dos casos de fuga al bosque en la literatura caballeresca francesa de la Plenitud Medieval.

ASISS GONZALEZ, FEDERICO JAVIER; CARRIZO, WALTER JOSÉ

San Juan

Jornada; Jornadas de creación y actualización científica-'Miradas en torno a las independencias en la Historia'; 2016

Universidad Nacional de San Juan - Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes - Dpto. de Historia

En la Edad Media, el 'espacio civilizatorio' se circunscribía a los límites de la comunidad urbano-rural. Más allá del ager, se extendían los bosques, cuya espesura y extensión fue en aumento tras la desaparición del Imperio Romano. Así, el bosque, repleto de obstáculos naturales y de peligros ambulantes, tales como grandes animales depredadores, bandoleros, ejércitos en campaña y 'aunque parezca extraño decirlo', monstruos, aparecía para los hombres y mujeres de aquellos tiempos como un auténtico «desierto». No obstante, también constituía una despensa de madera y productos alimenticios complementarios a la magra dieta campesina de cereales, como frutos silvestres, miel y carnes. Esta provisión de carne realizada a través de la cacería tomaba una significación especial cuando dejaba de ser una necesidad para tornarse en una actividad lúdica de la nobleza. Por su parte, los hombres de la Iglesia tomaron la foresta como un sitio de meditación, un espacio propicio para la fuga mundi. En consecuencia, las zonas boscosas fueron codiciadas por todos estos sectores de la sociedad medieval.Temido y codiciado, el bosque echó raíces en la literatura caballeresca del período, de la cual hemos tomado dos casos de fuga al bosque, a saber: el del ermitaño que aparece en Yvain o El Caballero del León, de Chrétien de Troyes, y el de los amantes Tristán e Iseo, del roman homónimo. A través de las experiencias vividas por estos personajes podemos comprender las diversas facetas de una representación tan dicotómica como la del bosque a la vez que acceder al sentido que el imaginario medieval asignaba al mundo en el que vivían.